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Cine Fano / Cine Río

Con el Cine Río publicamos la última entrega de la historia de los añorados y míticos cines turoneses realizada por nuestra colaboradora María Fernanda Fernández. Sin ser el postrero en cerrar sus puertas, ya que el Copeval proyectó su sesión de clausura el 30 de junio de 1980, este local cultural fue el de mayor aforo, el más moderno y el que más multiplicó la diversidad de actividades: cine, baile, festivales de música, etc. Broche final pues para una página cultural que como muchas vivió a la par del auge y del declive de nuestro valle.

DEL FIDEFLOR AL... RÍO



De nuevo encontramos al empresario gijonés Florentino Fano Quintana, quien fuera en primer lugar socio y luego propietario del Cine Fideflor de esta misma localidad, conocida figura del negocio del espectáculo en el valle de Turón.

En la génesis de este salón tuvo buena parte el azar, pues al ganar una elevada suma jugando a la lotería decidió comprar este solar en el lugar másFicha Cne Rio.jpg céntrico de La Veguina para destinarlo a cinematógrafo, encargando el proyecto (Cine Fano) al prestigioso arquitecto gijonés Mariano Marín, probablemente movido también por el hecho de ser él mismo de esa localidad. El nombre definitivo del salón se eligió mediante un concurso de ideas, ganado por una mujer de la localidad que obtuvo a cambio la entrada gratuita por un largo período de tiempo (1).

Parece ser que razones de índole económica provocaron su huida a Francia y posteriormente a la Argentina, después de 1962 (fecha en la que desaparece de la documentación) haciéndose cargo del negocio el constructor Sr. Pevida, a quien adeudaba una elevada cantidad (2).

Durante un tiempo, al menos la temporada 1964-65, fue la empresa de Manuel Fernández Arango la que explotó el local, y parece que más tarde se hizo cargo la Empresa Pesquera, como en tantos otros casos del municipio. A fines de la década de los 60 o iniciados los 70, con el decaimiento del negocio por razones como la difusión de la televisión, la mejora del transporte y las nuevas formas de ocio, el propietario juzgó oportuno cerrar el local, reformarlo, construir sobre él un bloque de viviendas y finalmente el salón de baile, faceta en que sí tuvo un mayor éxito, cediendo luego su lugar a una mueblería que conservaba el nombre de Río. 

Pero como explicamos ahora, la historia de esta sala queda íntimamente enlazada con la del Cine Copeval de esta misma localidad, pues documentalmente parecen coincidir y hemos pretendido aclarar su relación en las siguientes líneas, cosa harto difícil.

En Mayo de 1956 Mariano Marín había diseñado el proyecto del Cine Fano, que recibe el visado colegial en Enero de 1958. En Abril de 1958 Florentino Fano solicita el permiso de construcción al Gobierno Civil, habiéndole sido concedido en Febrero de ese año la licencia de obra por el Ayuntamiento y prohibiéndosele en Junio la ejecución en tanto no presentara el permiso concedido por la Junta de Espectáculos. En el mes de Julio el arquitecto vocal de la Junta informa favorablemente el proyecto, recibiéndose a la par la autorización de la Delegación de Industria y en Agosto el permiso del Sindicato Nacional del Espectáculo. Hasta aquí el protagonista es el empresario gijonés Sr. Fano, que se atiene al proyecto de Marín presupuestado en 557.335 pesetas.

La documentación recogida en el Archivo Histórico Provincial presenta un lapso de 4 años y en el otoño de 1962 se reanudan los trámites, esta vez para la obtención del permiso de apertura del Gobierno Civil (3).

 

INAUGURADO PA'L CRISTO


Publicidad cafeteria Cine Río.jpg
La visita de inspección girada el 6 de septiembre de ese año alude a un salón de 600 localidades de aforo, tres plantas -semisótano, baja y anfiteatro- y 3.500.000 ptas. de presupuesto, propiedad de Florentino Fano. Fue inaugurado muy probablemente el 14 de Septiembre de 1962, coincidiendo con las fiestas del Cristo de Turón, a la vez que se reabría el Cine Fideflor que había sido sometido a una reforma.

Aunque no se adjunta un proyecto diferente, este salón (que se abrió al público con el nombre de Cine Río y que tantas alabanzas mereció en el portfolio de festejos, y siguió anunciándose y -en consecuencia- funcionando como baile o sala de espectáculos al menos hasta 1966), obedece a otros condicionantes: la ubicación ha variado, pues en las fotos se observa un edificio dispuesto en paralelo a la carretera a Urbiés, con la fachada posterior hacia el puente sobre el río que comunica con el barrio de San Francisco, junto al Cine Fideflor, de estilo algo diferente y que en el interior cuenta con una tribuna de gran aforo que vuela al menos un tercio sobre el vacío de la sala.

En cambio, el emplazamiento, la planta, la distribución espacial y la parte inferior de la fachada principal de aquel Cine Fano -como se diseñara Marín, aparecen en un proyecto de Luis Cuesta con fecha de Abril de 1955 para sala de fiestas y en otro de Abril de 1958 con ese mismo fin. Aún en Febrero de 1961 diseña este arquitecto por encargo de Valeriano Zurrón Rodríguez la construcción de un edificio de planta baja y un piso, destinado a cinematógrafo, que «se emplazará sobre los cimientos y sótano ya construidos en La Veguina-Turón-Mieres» según menciona en la memoria (4).

Con escasas variaciones sobre ese primer proyecto, combinando características de la planta del salón de baile -que desaparece- y de la del cine, propone un diseño sencillo para este salón que se inauguró el 24 de Diciembre de 1961 y llevó el nombre de Copeval; su historia y características son comentadas en un artículo ya publicado en la página.

Ignoramos la razón de la probable transformación o interrelación de ambos proyectos, y la confusión generada por los planos es casi imposible de explicar, por falta de testimonios y documentos más explícitos. Sólo podría explicarse a nuestro juicio si, una vez iniciados los trámites del cine de Fano, cuestiones de tipo económico, conflictos derivados de la propiedad o intereses encontrados supusieran la interrupción de la construcción cuando ya se había erigido parte de la edificación, adquiriéndolo o recayendo en manos de Valeriano Zurrón.

Así el proyecto del Cine Fano se convertiría en la realidad del Cine Copeval, consiguiendo un año más tarde Florentino Fano hacer realidad la apertura del Cine Río -como pasó a conocerse- en otro solar y según un proyecto que no hemos localizado; tal vez se limitó a adaptar el del Cine Fano de Mariano Marín incorporando una tribuna y variando el emplazamiento. Sí parece desprenderse de la documentación que mantuvo la existencia de dos plantas, una con salón de baile y cafetería (que incluso funcionó como restaurante) y la superior destinada a cine. Su funcionamiento fue paralelo y en los porfolios dePrimavera Cine Río 1965.jpg festejos encontramos anuncios de uno y otro local. Indudablemente, es éste el punto más oscuro de toda la investigación.

 

UN SALÓN MULTI USOS



Resulta de enorme interés la memoria descriptiva y los planos a escala 1:100 – sin acotar – que presenta el arquitecto, así como el informe emitido tras girar una visita de inspección por los vocales de la Junta Provincial de Espectáculos, que carece de fecha. También contamos con otro informe del arquitecto vocal de la Junta dirigido al Gobernador Civil, de 1958 (5). Se trata de un inmueble exento, junto a la carretera que conduce de Turón a Urbiés y con la fachada posterior hacia el río. El solar que ocupa es longuero, levemente irregular, y su volumen un sencillo paralelepípedo.

Apenas si se ofrecen datos sobre su técnica constructiva. El arquitecto Sr. Marín enuncia cómo “en su ejecución se emplearán materiales de tipo corriente” y presumimos el empleo de hormigón armado, tabiques de ladrillo y cubrición a dos aguadas con teja curva sobre la estructura metálica que permanece oculta tras la fachada. Cumplía, eso sí, los requisitos de resistencia, higiene y seguridad de la normativa de 1935, pues se estipulaba en el proyecto que “las condiciones constructivas del edificio estarán sujetas a los vigentes Reglamentos”. Constaba de dos pisos y un altillo, que se corresponden con el salón de baile, el cinematógrafo y la cabina de proyección, con accesos independientes los dos primeros para facilitar su funcionamiento autónomo.

Salón Cine Río.jpgEn primer lugar nos ocupamos del salón de baile, recogiendo las “características particulares” que comenta el arquitecto; la adecuación al emplazamiento irregular se salva con acierto y logra una diafanidad espacial y una gran movilidad en torno a la pista semienterrada que articula su configuración. Su acceso se realiza desde el lateral izquierdo, y la rasante es inferior al nivel de la carretera. 

Cabe la posibilidad de que se haya destinado en algún momento a restaurante, y desde luego hubo una sidrería en los bajos del Cine Río hacia 1966 (6).

La planta superior era la ocupada por el cinematógrafo, una sala con acceso desde la fachada principal y mediante una escalera de patín exterior adosada al flanco izquierdo que se empleaba para la salida.

Mediante tres puertas de doble hoja -que abren en sentido de la salida- se ingresa al hall; el informe que emite el arquitecto tras estudiar el plano y memoria es anterior al que se corresponde con la visita de inspección al local y los datos que ofrece este segundo informe deben referirse al Río emplazado junto al puente.

En consecuencia, de las tres puertas de 2 m. del inicio se pasa a la solución de dos puertas de 2,70 m. y una tercera de 0,85 m., en consonancia con el artículo 120 del vigente Reglamento de Policía de Espectáculos. El vestíbulo es amplio y de él parte la escalera que desciende al salón de baile, al igual que la escalerilla de caracol que conduce a la cabina, junto a la cual se cierra la taquilla; en esta ocasión no interrumpen ni agobian al espacio de encuentro y descanso, al hallar- se en los ángulos junto a las puertas. La entrada al patio de butacas se efectúa a través de un amplio hueco, que alcanzó finalmente los 4 m. y se cerró mediante una cortina u otro elemento móvil. Para la salida de emergencia se practicaron dos puertas hacia la terraza del costado izquierdo, de 2,80 y 1 metro respectivamente.

Las butacas se distribuían en 21 ó 22 filas, con 13 localidades a cada lado del pasillo central de 1,30 metros de anchura, con otros pasos junto a los muros Muebles Cine Río.jpglaterales; la distancia entre las hileras era de 0,85 m. El escenario muestra una planta oval y se eleva respecto al suelo de la sala, de perfil en suave declive; es de fondo reducido y escasa altura, y carece de cualquier camerino, atrezzo, tramoya o dependencia para un eventual espectáculo teatral: es únicamente una cavidad anterior a la pantalla donde se cobijan los altavoces de un cinematógrafo sonoro, de fábrica y comunicada únicamente con la sala, siguiendo el Reglamento de espectáculos. No figuran servicios higiénicos en esta planta, debiendo descenderse al piso bajo para acceder a las toilettes.

La cabina se situaba sobre el hall; la ventilación la procuraba una apertura en el techo. Disponía de un local para bobinaje del film y no nos consta que se instalara un servicio higiénico para uso de los operadores, como recomendó al arquitecto vocal de la Junta de Espectáculos. En la ejecución e informe previo a la apertura, como corrobora la información oral (7) , se incluyó una platea con su vestíbulo para fumadores que mejoraba el aforo y rentabilizaba la inversión.

De su instalación y decoración fija poseemos pocos datos; en los servicios el mobiliario era el corriente y el revestimiento de azulejo blanco. La pintura interior sería el temple, la instalación eléctrica bajo tubo Bergman y los demás acabados sencillos, como era habitual en la época. De la iluminación mencionamos las ventanas que se abrían sobre la escalera que comunicaba con la cabina y la parte alta del vestíbulo.

La fachada era austera; comentaba en la memoria de construcción el arquitecto que «se proyecta en tono de sencillez», disponiendo el cartel de «Cine Fano» y colocando una composición abstracta de formas curvas, estrellas y trazos con letras en el lugar de la cartelera (8). Estaba en una línea de sobriedad que podemos calificar de funcional, frecuente en estos años que apreciamos en otras obras del municipio y de este arquitecto gijonés.
Del equipamiento sabemos que había dos extintores en el escenario y otro en la cabina, certificados por la casa Janet.


© María Fernanda FERNÁNDEZ GUTIÉRREZ

 

(1) Testimonio oral de Secundino Fernández Álvarez

(2) Testimonios orales Manuel Menéndez Baquero y Secundino Fernández Álvarez

(3) AHP, Fondo Gobierno Civil, Caja 23862, Cinematógrafos de Mieres, año 1962, papeles sueltos.

(4) AMM, Serie Licencias de apertura, sign. 8.6/201.J.7, año 1962

(5) Esta documentación es la que puede consultarse en AHP, Fondo Gobierno Civil, Caja 23862, Cinematógrafos de Mieres, año 1962, papeles sueltos.

(6) Álbum de las fiestas del Santo Cristo de Turón, Turón, Septiembre de 1966

(7) Testimonios orales de Juan Carlos Vega y Manuel Menéndez Baquero

(8) El proyecto de construcción está conservado entre los documentos manejados en el AHP, Fondo Gobierno Civil, Caja 23862, Cinematógrafos de Mieres, años 1958 y 1962.