Herramientas Personales

Cambiar a contenido. | Saltar a navegación

Navegación

Navegación
Menu de navigation
Usted está aquí: Inicio / Cultura / Escritura / Araceli Zapico / Autobiografía
Acciones de Documento

Mi infancia con recuerdos...


IGLESIA.jpgNacida en el número 40 de la antigua Rafael del Riego, en “La Cooperativa”, mi madre Julita y mi padre Zapico, jugador del CD Turón, de la época de Nando, Celsín, Saúl… Mis abuelos, Claudio y Araceli, evidentemente, lo de “La Cooperativa”. Mi familia turonesa hasta la médula, mi abuelo Claudio de Carcarosa, mi padre del puente Villandio, mi abuela Araceli de un poco más cerca de Oviedo, Priañes. Mis estudios, en Turón, escuelas del parque, de La Cuadriella, Instituto y Facultad de Geografía e Historia de Oviedo, desde el año 1983 hasta el año 1988 cuando me licencié en la especialidad de Geografía.

Abro Donhogar en el año 1998, después de trabajar como administrativo y en un estudio de arquitectura con el que seguí colaborando hasta el año pasado, En mayo del año pasado me lanzo a la red poniendo en marcha www.hogaradas.com, un nuevo sueño por cumplir.
 

Autobiografía desde el recuerdo


Escribir es sencillo, solamente tienes que plasmar en unas líneas aquellas imágenes que aparecen en tu cabeza, describir los sentimientos que te producen, intentar conseguir que quien te lea perciba lo mismo que tú. Escribir es precioso, porque quienes lo hacemos recordamos doblemente, y nuestros recuerdos se multiplican, como ahora, como a partir de este momento en el que mi reciente visita a Turón ha removido en mí tantos sentimientos…

Mi infancia son recuerdos… como diría Machado, en mi caso de una casa de techos con un altura imposible, de paredes vestidas con la moda de la época, papeles de gran colorido, con estampados grandes y vistosos, de suelos y contraventanas de madera. Mi vida comenzó en esa casa, en aquella habitación que luego fue nuestro comedor durante tantos años, en un día de invierno muy cercano a la Navidad, con una comadrona de la cual no recuerdo su nombre, pero que es el nexo de unión de todos los turoneses que, como yo, nacimos en aquella época.ABUELOS.jpg

Mi infancia son recuerdos de una casa en la que la cocina era el centro de reunión, aquel espacio grande, como ahora ya no se encuentran, en el que la estrella era sin ninguna duda la cocina de carbón. Recuerdo perfectamente aquella habitación, a un lado la cocina de carbón, la meseta, el fregadero, enfrente el armario, y recuerdo sus ventanas, esas a las que con tanta frecuencia nos asomábamos; lo que daría por poder volver a abrir aquella que daba a la cuesta del parque, y ver a Fredo y a Chon, y saludarlos, y escuchar a Juan Manuel cuando me llamaba a voz en grito para ir al catecismo a la iglesia de La Felguera.

Mi infancia son recuerdos de esa cocina de carbón, a la que cuidé y mimé con todo esmero, pintando su frente, lijándola, echando foster para conseguir aquel brillante y elegante tono gris. Cómo me gustaba atizar la cocina, conseguí tener la estrategia perfecta para encenderla sin problema, y avivar su fuego, para luego sentarme en la silla carbonera, y en el otoño, cuando les castañes, ver como mi padre las preparaba, primero un pequeño corte, y luego encima de la chapa, y silbaban, y luego una vuelta, no sea que se quemen. Al lado de aquella silla carbonera hubo, cuando yo era muy pequeña, un sillón de mimbre, el de Mamaitina, mi abuela materna, a la que debo mi nombre, y una tarde, mi amiga Marigen y yo amenizamos la velada cantando “Tengo miedo”. Tardes de cocina de carbón con notas de copla, seguramente las que llegaron a Turón de la mano de tantos andaluces que emigraron a nuestra tierra en busca de trabajo.

Recuerdos y más recuerdos, una película en la que las secuencias se mezclan, se superponen a veces, se dispersan, se multiplican. Recordar y seguir recordando, vivirlo y escribirlo, compartir una infancia que comenzó en aquella casa, que hoy, a pesar de los años y del evidente abandono, todavía sigue en pie, firme, robusta, como vestigio de unos de los años más importantes y felices de mi vida.

Mi infancia son recuerdos de “La Cooperativa”, la casa en la que nací y viví, la que con solamente cerrar los ojos puedo recorrer de palmo a palmo, y sentir, escuchar sus sonidos, momentos de un pasado que hoy he querido recordar y compartir con vosotros.