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La iglesia de San Martín se nos cae

SOS para la "Iglesia La Felguera”, uno de los edificios más emblemáticos de nuestro valle, por su utilización religiosa, cultural y social y hoy en estado de gran deterioro. Carlos Vega Zapico.

La iglesia de San Martín se nos cae
 


Desde hace varios años vienen, intermitentemente, sonando voces de alarma sobre el estado en que se encuentra la Iglesia Parroquial de San Martín de Turón. Vamos, la que conocemos los vecinos del Valle, popularmente, como “La Iglesia La Felguera”. Ahora, ese edificio enfermo que paulatinamente fue agravándose ante la falta de tratamiento, entra en estado de coma irreversible con el inminente peligro de muerte. Si nadie lo remedia se nos cae uno de los edificios más emblemáticos de nuestro Valle del Turón.
 

Patrimonio de todos
 

 

No soy hombre de iglesia, vaya por delante, pero, si fui, soy y seré defensor de todo cuanto constituye nuestro patrimonio histórico, artístico, industrial, social o cultural y, la Iglesia de San Martín, creo que cumple, con creces, esos requisitos.Exterior-2.jpg

Iniciaríamos, una vez más y creo que ya son demasiadas, la dilatada discusión de: “que la arregle el cura y el obispado” que dicen unos y “como patrimonio del pueblo que es, todos deberíamos colaborar en su recuperación” que mantienen los otros. Y, mira que tampoco debería ser tan difícil encontrar, por una vez, un punto medio de consenso. Por lo que, sin querer “ser más papista que el papa” expongo algunos razonamientos que podrían servir para unificar posturas. Al menos esa es la única pretensión de estas líneas.

Creo que la Iglesia (entiéndase arzobispado, parroquia…) como comunidad religiosa y cuantas personas son practicantes de la misma, deben aportar su colaboración económica para que el templo (su lugar de oración y reunión) no se venga abajo. Pero, ¿son éstos los únicos que deberían participar en su restauración?. Por supuesto que manteniendo la libertad de cada persona, entiendo que también se trata de rehabilitar un edificio singular de nuestro Valle.
 

 

Edificio para todo y para todos
 

Recuerdo, porque fui testigo presencial de alguna de ellas, aquellas asambleas de mineros que se mantuvieron en ella. Era el único lugar en el que no podían entrar “los grises” y por tanto, resultaba un lugar seguro para hablar de huelgas, subidas salariales o mejoras de las condiciones de trabajo de nuestras gentes. Con los Público-2.jpgnervios tensos por lo complicado de la situación, se sentía la imperiosa necesidad “de echar un pitu” pero “¡aquí nun se pue fumar!”. Surgió, entonces, la voz de D. Manuel, aquel cura “raru” pero, al que todos recordamos con cariño: “sí, hombre, podéis fumar. Yo también lo hago”. No sonó a irreverencia, sonó a compañerismo, ¿o no?. Con posterioridad me enteré que los asamblearios quisieron dejar un dinero para la limpieza “por aquello de les colilles” que no les fue aceptado por el párroco.

Entre aquellos acontecimientos (del pueblu) y la celebración de los Festivales de Masas Corales que año tras año tras año viene celebrando en el mismo lugar nuestro Coro Minero (también del pueblu), muchos recuerdos de haber convertido la iglesia de La Felguera en lugar público. ¡Cuantas veces vimos bailar en ella al Grupo de Danzas de Monchu, celebrar en la Fiesta Rociera, asistir a aquellos Pregones de Navidad ya desaparecidos o ser mudos testigos de aquel inolvidable y único concierto de la Orquesta Sinfónica de Asturias bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez!. También allí estaba D. Manuel sacando, de donde pudo, hasta siete estufas de gas porque pedían calor ambiental para no desafinar los instrumentos musicales.
 

Una restauración necesaria
 

 

Creo que es el momento de luchar por mantener lo que tenemos. ¿Acaso alguien se atreve a no apoyar la restauración de nuestro Patrimonio IndustrialFoto antigua-1.jpg (castilletes, lavaderos…) por no haber trabajado en la mina?. No sería entendible como no lo es el dejar caer la Iglesia, inaugurada en 1944 y en cuya construcción participaron muchos de nuestros vecinos. Le empresa no es fácil y menos en estos tiempos de crisis económica en que los presupuestos se disparan y las obras están valoradas en muchos millones de las antiguas pesetas. Pero, los turoneses sabemos agudizar nuestro ingenio en momentos de necesidad y como dice el viejo refrán “muchos pocos hacen un mucho”. Ahí están las Asociaciones Turonesas que algo tendrán que decir en el tema, las instituciones municipal y autonómica, el arzobispado, las entidades financieras, la feligresía…

Está claro que no tengo la solución al problema y que ideas, parece ser, ya circulan por nuestra calle a falta de ser materializadas al mundo real. Pero, debemos ser conscientes que si entre todos no somos capaces, en un breve período de tiempo, de dar respuesta a la situación planteada, nos encontraremos con un edificio que se nos ha caído por no soportar el dificil paso del tiempo. Vendrán entonces las inútiles lamentaciones pero, ya no habrá solución y, como dejó escrito Gustavo Adolfo Bécquer en una de sus rimas: “¡Dios mío, que solos se quedan los muertos!”. Ni a estos podremos despedirles aunque sea en un sentido acto social.

Carlos Vega Zapico, Entre Polio y Cutrifera, mayo 2011