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Turón en Tierra de Campos

Embajadores de la música y de nuestro valle, los componentes del Coro Minero han paseado su arte por tierras castellanas, convenciendo con su interpretación a un público entendido que celebraba en Mayorga la edición XX de la Trovada de Habaneras. Un reportaje más de Carlos Vega para la larga historia del conjunto dirigido por Fidel.

Entre Polio y Cutrifera

Carlos Vega Zapico

Habaneras de Tierra de Campos

La llegada del verano suele ser ocasión propicia para abandonar, momentáneamente,Cartel habaneras T. de Campos.jpg nuestro lugar habitual de residencia y vivir alguna nueva experiencia, en el más amplio sentido que pueda tener esa palabra, a la vez que uno, dedica tiempo a buscar esa identidad de pasado esplendoroso tras el declive intenso y preocupante, ahora que toda la cuenca minera asturiana se lamenta y se pregunta qué será de nosotros ante el negro futuro de la minería, dado que no supo sacar conclusiones de lo ocurrido en el Valle del Turón, “paradigma de la brutal reconversión industrial”, en pomposas palabras de los políticos de turno. Siempre se aprende algo.


Así las cosas, acompaño al Coro Minero, en una calurosa jornada de finales del mes de julio, a un Festival de Habaneras, ese original género musical originario de Cuba y que numerosas poblaciones costeras han hecho suyo, mientras que en la originaria isla no es más que un bello recuerdo. Nada tendría esto de particular sino que el Certamen tiene lugar en la vallisoletana localidad de Mayorga de Campos, pueblo de la meseta castellana que a partir de 1993 celebra, año tras año, su Trovada de Habanera, quizás en recuerdo de aquellos mayorganos que en su día se fueron, en 1898, a la Guerra de Cuba y nunca regresaron.



En la “Plaza España”, dando la espalda a la iglesia parroquial del Salvador, templo de muy reciente construcción, levantado sobre otra anterior y de la que solo se conserva una esbelta torre del siglo XVIII coronada con cúpula, cuyo reloj marca la vida de la “Muy Ilustre Villa de Mayorga”, nos recibe un amplio escenario sobre el que unos operarios tratan de dar los últimos retoques de luz y sonido mientras se coloca un gran cartel anunciador: “XX Trovada Escenario.jpgde Habaneras. Mayorga de Campos 2012”. A la izquierda, el Ayuntamiento, edificio de piedra y vecino del antiguo Palacio de los Pimentel, hoy conocido como Casa de Cachón, construcción barroca coetánea de la Torre del Salvador y frente a ellas, al otro lado de la plaza, el Bar Central, lugar de reunión y tertulia lugareña. Cierra la plaza un conjunto de bajas viviendas donde destaca el rótulo de “Casa Riol: calzado, juguetes, regalos”.

A poco de llegar, prueba de sonido, y uno comienza a observar que el cielo no está dispuesto a sumarse a la fiesta coral puesto que empieza a ennegrecer amenazando lluvia a la vez que se levanta un molesto viento que dificulta el ensayo obligando a los encargado del evento de tapar todo el sistema de megafonía en previsión de riesgos mayores. Como queda tiempo y ante el riesgo inminente de tormenta, visito el Museo del Pan, levantado sobre la que fuera iglesia de san Juan. El espacio visitable se extiende por un conjunto construido en una superficie cercana a los 3.000 m², divididos los contenidos en tres plantas. La visita tiene una dirección descendente, de arriba hacia abajo, pasando desde la planta tercera dedicada a los cereales, la segunda donde se exhibe lo relacionado con la molienda, la primera concentrada en la panificación y la planta baja dedicada al panCoro en Tierra de Campos.jpg en la cultura. La entrada me parece cara -4 €- para ser visitado en familia y el contenido me resultó interesante por el desconocimiento que tenía del mismo. Da mucho juego para posibles visitas escolares. A punto de terminar la visita se descuelga una gran tormenta que “obliga” a los responsables dl museo a prolongar el horario de visita. Por cierto que pese a ser un edificio nuevo, puesto que según pude enterarme abrió sus puertas del 14 de febrero de 2009, las goteras son demasiado abundantes.

La meteorología hizo cambiar el lugar del concierto que hubo de celebrarse en la iglesia parroquial donde a partir de las diez de la noche fue congregándose gran cantidad de gente. Llama la atención en la espaciosa iglesia el precioso retablo del maestro Palanquinos fechado en 1498 con la escultura gótica de la Virgen de Arbas en el centro. Tras varias intervenciones se hace la penumbra y son los focos de los componentes del coro la única iluminación del recinto que de esa forma interpreta su Santa Bárbara. Al final de la misma suenan los primeros aplausos de un público ya entregado a la Lamelas.jpgembajada musical turonesa. Poco a poco y durante más de una hora van interpretando un variado repertorio. Al final y ante la insistente petición del público fue necesario interpretar varias canciones en señal de agradecimiento a un pueblo que aplaudía entusiasmado cada interpretación coral.

Fuera, en una “Plaza de España” llena de sillas blancas vacías, seguía lloviendo con fuerza mientras, en los soportales del Ayuntamiento, un grupo de adolescentes se probaban los cascos de algunos de los componentes del coro y se hacían alguna foto con su teléfono móvil. Mientras tanto, el reloj de la torre daba las doce campanadas que ponían fin a un día por tierras castellanas de Mayorga donde, como curiosidad, se encuentra el buzón de correos más antiguo de España del que se tienen noticias. Aquí, en la calle Derecha, cumpliendo con las Ordenanzas de Correos en España, se estableció abrir “agujero o reja, en todas las Hijuelas o Veredas, por donde se echen las cartas sin que se puedan recibir en mano…”

Solo restaba cenar y, en escasa sobremesa, admirar  a Lamelas en sus juegos de magia. Luego, regresar para llegar a Turón pasadas las cuatro de la madrugada. Para el Coro Minero de Turón daban comienzo las vacaciones veraniegas.


 
Valle del Turón, 27 de julio de 2012 © Carlos Vega Zapico