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Luis Alberto: nuestra voz por el mundo

Luis Alberto es nuestra voz turonesa trotamundos, ese sonido armonioso, sinfónico y verde, que cautiva públicos e interpreta de manera magistral a los más grandes. Pero si su voz ha roto las fronteras de su horizonte, convirtiéndole en ciudadano del mundo, él sigue fiel a la más entrañable de las partituras: Turón. Sus palabras son una apasionada confesión en la que los personajes y los acontecimientos presentes en su memoria están al servicio de un solo recuerdo: su familia, su infancia, sus amigos…su valle. Esa partitura que sabe de memoria y que lleve tan adentro, es la que sigue practicando y compartiendo porque “va a durar mucho más que el carbón porque por nuestras venas siempre sentiremos correr un poco de ese carbón que nos hizo como somos”. Si la música le lleva por todos los rincones del mundo, no se olvida que todo empezó en Turón, porque en su casa “la música siempre tuvo un protagonismo absoluto”. Nació con ella, se crió con ella y se emocionó con ella escuchando voces familiares que poblaban su entorno: sus padres, la tía Maricarmen, Licinio, Celia, Antonio, Ester, Manolito y Lumi. Ellos fueron, sin duda alguna, el preludio vocacional a los grandes compositores. La música hoy es su vida, una vida exaltante pero movida, con la voz preparada y un billete de avión en la mano. Se disculpa por no poder mandarme más noticias…pero hay saludos de Panamá, recuerdos de Bogotá y cuatro letras rápidas desde Nueva York. Dice que en esos momentos de alejamiento y en la soledad de las habitaciones de los hoteles su Turón siempre está presente en una foto entrañable, amarillenta que resume todos sus recuerdos y que “me lleva, añade, a mi lugar, a mi sitio”. Así es como Luis Alberto “vuelve a menudo a estar en su casa”, esa casa familiar “ con las enormes galerías desde las que veía el río con su agua negra”… Bethoven y Mozart tendrán que conformarse con compartir compañía con…Turón. Gracias por tu música.

Sé que tu padre fue un “dulce” personaje de Turón, cuenta algo de tus padres…
 

San José-1.jpgSomos de una de esas familias de Turón de toda la vida pues por parte de mi padre los orígenes estaban el La Ceposa, de donde era mi bisabuelo Fausto el carpintero, y de los Valles y San Justo la familia de mi bisabuela Carmen. Ellos construyeron la casa de Vistalegre que, tristemente se que está cayendo, en la que nació mi padre y después nacimos mi hermana y yo siendo los últimos de la familia que nacimos en casa. Me trajo al mundo Ángeles la comadrona dándose la casualidad que ella misma había traído al mundo a mi padre en la misma casa unos años antes. Mi padre se crió con su abuela Carmen, mis tías Maruja y Tina (las de teléfonos ) y su tío Manolito Media Luna. Mi abuelo Luis, el Carpintero se había quedado viudo y vuelto a casar con Elia a la que quise como una abuela y con la que antes de nacer yo se fue como otros muchos a Bélgica .

Quien también crío a mi padre fue Esther la de la confitería de Castañón que como decía Carlos Vega no tenía el mejor carácter del mundo pero que a mi hermana y a mí ,aunque no pasaba día sin reñirnos, nos quiso como una abuela y nos dio tanto cariño que aun hoy la recuerdo cada día .De ella mi padre aprendió el oficio de Pastelero y así era Berto el Pasteleru un hombre que me regaló la libertad de ser como soy y de elegir mi camino ,la curiosidad por ver nuevos horizontes, la tolerancia para aceptar a los demás como son y un amor a la música que ha guiado mi vida. Yo, a pesar de ser músico, no he tenido el oído absoluto y privilegiado que él tenía .
 
Mi madre nació en san Andrés donde vivían mis abuelos y bisabuelos aunque después mis abuelos se fueron a Torrelavega en Cantabria donde a mi abuelo le ofrecieron un buen trabajo en las minas de Reocín pero mi madre se quedó en San Andres con Canga, el vigilante de Fortuna y Consuelo que eran sus abuelos. La familia de mi madre no era de las de Turón de toda la vida como la de mi padre ya que mis bisabuelos se instalaron en el Valle en los años veinte del siglo pasado y procedían por una parte de la Güeria San Juan, cerca del Alto de Santo Emiliano y por otra de fernando Vallejo-1.jpgSotrondio.
 

¿Qué queda del pueblo, cuando se ha pateado tanto mundo?


Del pueblo queda todo porque el pueblo no es una entelequia, el pueblo somos nosotros, son nuestros recuerdos, los personajes que acompañan nuestra vida, nuestros aprendizajes, nuestras alegrías y nuestras penas. El pueblo es la referencia de nuestra vida el lugar en el que despertamos a nuestra curiosidad y a nuestras ilusiones. Después de tanto viajar por el mundo nunca he dejado, ni un solo día de estar en Turón porque Turón con sus recuerdos me acompaña a cada lugar que voy. Hay veces que me encuentro por el mundo con personas que ya no pertenecen a ningún lugar porque no han tenido la suerte que he tenido yo de nacer en un lugar con el carácter que tenía Turón. Para mí es un refugio, es un puerto al que regresar cuando las naves estén maltratadas y haya que volver a calafatearlas. Es el lugar donde me encuentro entre amigos donde no soy extraño ni extranjero, donde las conversaciones empiezan con aquel famoso "decíamos ayer ..." de Fray Luis de León porque ayer fue cuando salimos del pueblo pero nunca nos fuimos de él. El pertenecer a algún sitio es lo que da ánimos al que, como yo, está siempre de viaje. Siempre llevo en la maleta una foto de Turón, de aquella casa de la confitería donde viví tantos años y que ya no existe más que en mi memoria y al lado de un “prau” verde donde pasta una vaca y que hoy ocupa, como ocupaba en m infancia, el edificio del Pozo San José. Esta foto me trae lugares que están en mi cabeza y en mi corazón y que hacen que cualquier habitación de hotel en México o Singapur, en Berlín o en Johanesburgo pase a ser mi casa porque esa foto amarillenta me lleva a mi lugar, a mi sitio. Y por una combinación mágica vuelve a estar mi casa en pie con las enormes galerías desde las que veía el río con su agua negra, vuelvo a correr por la Veguina y a subir a la Crucina, vuelvo a coger castañes por Ablaneo y Fresneo y vuelven aquellos que ya llevan durmiendo mucho tiempo,que fueron dejando Turón hace muchos años pero que no dejan ni mi corazón ni mi memoria y vuelvo a caminar por los Cuarteles y Vistalegre, El Lago y la Felguera y me voy encontrando con esos rostros, con esas sonrisas de los que ya no están pero que vienen a mí y ya no puedo separarlos a ellos de Turón ni entender a Turón sin su memoria. Y esos rostros idos se juntan con los del Turón de hoy y juntos, en la habitación de cualquier hotel del mundo, me gritan que mi pueblo sigue vivo y me repiten que siempre tendré un puerto al que volver cuando necesite abrigo.
 

Con tanta memoria “activa” algunos recuerdos de la infancia seguirán poblando tu mente..


Muchos, muchísimos .Cuando me encerraba en el obrador de mi padre a cantar a voces imitando a los cantantes de ópera que oía en los discos y Ester la de la confitería (la primera que confió en mi infantil fantasía ) me decía "Ya verás lo que voy a presumir yo cuando me siente en un palco del Teatro Real a oírte ..."

También aquelles fogueres de San Juan que preparábamos con mucho tiempo siempre compitiendo con los de los cuarteles que siempre hacían una más grande que la nuestra porque, claro, eran muchos más. En una de les fogueres toqué en público la gaita por primera vez .

Pero son tantos recuerdos como el día que me tiré al río en un armario que tenía en la huerta Gelita la de Neira porque quería ir a conocer la Argentina y pensaba que bajando por el río Turón llegaría al mar y de allí a Buenos Aires. De aquella aventura en la que casi me ahogo me salvó Pepe el de Gay y no fue la única vez que me salvó ya que en otra ocasión, no sé porqué, me ahorqué en una higuera que él tenía y como me vio me vino a soltar y me llevo a "ostia limpia " a mi casa para que se me quitaran las ansias suicidas y, desde luego, lo logró.

Recuerdo el kiosko La Región y el de Manolo en el parque y también el de Lola y después el de Saleta , la banda de Coro-1.jpg
Melilla y al hermano Pablo, Turín corriendo a los entierros y el jolgorio del bar Devesa a las seis de la mañana antes de entrar el relevo a trabajar . Recuerdo las tardes del domingo en casa de Frutos y Ángela en los cuarteles donde yo miraba de reojo la gaita que descansaba encima de una cama con los flecos descoloridos. Las tardes con algunos viejos en el bar de Chuch u sobre todo con Vidal el padre de Pili la del estanco que me quería tanto y yo a él también como si fuera mi abuelo y hasta hoy lo recuerdo cada día con cariño.

Recuerdo los largos paseos con Emilio el del Banco que era uno de mis mejores amigos, y hoy un gran médico que entonces era ya una gran persona, paseos que nos llevaban por todo el Valle y fuera de él y en los que hablábamos de los divino y lo humano. Recuerdo a tanta gente de Turón y tantos momentos que habría que sentarse con unas cuantas botellas de sidra y mucho tiempo para recordar. Pero no quiero que esto se vea como nostalgia porque no lo es sé que Turón sigue vivo y eso es lo que importa.
 

Ambiente familiar y música, todo esto viene de lejos…
 


En mi casa la música siempre tuvo un protagonismo absoluto y con ella me crié Mi madre con una preciosa voz y un gusto para cantar que muy pocas veces he oído (y no quiero pecar de parcialidad por ser mi madre )y mi padre que tocaba la guitarra bastante bien para ser un aficionado que nunca estudió una sola nota de música .

En el patio de mi casa en Vistalegre eran frecuentes los guateques en los que se tomaban compuestas y se cantaba toda la noche .Mi tía Maricarmen haciendo siempre la segunda voz de una manera magistral ,la voz brillante de su marido ,mi tío Julio Quevedo, mi madre con su bellísima voz y mi padre a la guitarra con poca voz pero con ese oído musical preciso .No faltaban en aquellas reuniones, Licinio Tomillo y Celia Rosa, en algunas ocasiones Antonio y Ester los de SPAR y siempre Manolito Baquero y Lumi que cantaban maravillosamente .A los niños que ya estábamos en la cama nos tenían encantados con esas melodías que traían aires de Sudamérica y palabras dulces de bolero y habanera. Yo me emocionaba con ello.

Otra cosa que creo que influyó mucho era escuchar cuando cantaba el coro minero porque me parecía arte de magia que aquellos hombres cantaran todos a la vez, cosas distintas y que sonara bien.
 

Estudios musicales…

Victoria-1.jpg 

Empecé a tocar la gaita e iba a aprender con Chema Castañón en Mieres y después los mineros me dejaban ir una vez a la semana en el Chabolero a Gijón porque allí me daba clases Pepe Blanco. Con la gaita fueron mis primeros viajes y con ella conseguí el dinero para ir a mi primer viaje a Italia con una mochila y la gaita. Tenía 17 años y ella fue la que me quitó el hambre tocando por las calles de Roma y Florencia en aquella primera experiencia de viajar solo por el mundo .

Empecé a estudiar música de manera más seria en el conservatorio de Oviedo que era el único que entonces había en Asturias y que tenía las salas de estudio insonorizadas de una manera muy original con cajas vacías de huevos pero que feliz fui allí mientras descubría la magia que esas notas traían a mi vida y empezaba a descifrar y a convertir en sonidos vivos lo que hasta entonces eran solo manchas negras sobre el papel. Me empecé a sentir un mago por poder traer a la vida esa música.

Conocí a la Gran soprano Victoria de los Ángeles después de un concierto en el Campoamor cuando, armándome de valor y temblando como una vara verde, le pedí que me escuchara y ella no solo me escuchó si no que me recomendó a Myriam Alió y Manuel García Morante, dos de los grandes maestros de canto en Barcelona y me abrió las puertas de su casa así que empecé a estudiar en Barcelona siempre bajo la protección de tan gran artista de la que guardo el mejor recuerdo, agradecimiento y enorme cariño . Después vinieron clases magistrales con personajes tan grandes como Alfredo Kraus, Maga Olivero o Carlo Begonzi y la posibilidad de hacer cursos en Santa Cecilia de Roma, Hoheschulle für Musik en Berlín, Conservatorio de Praga y de Leningrado (hoy San Petersburgo ) y el debut en Praga .

 

Alguien dijo que la música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón…


Yo diría que incluso va al corazón sin pasar por el oído porque es el corazón el que sueña cuando llega la música y hay muchas personas que tiene un oído fatal pero se emocionan con la música. Hay mucha música a nuestro alrededor solo tenemos que ser capaces de escucharla y dejarnos llevar por ella. Además hay una parte evocadora de la música que trasciende lo propiamente físico.
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Cómo es la vida de un artista como tú…


Me gustaría primero aclarar que yo no me considero un artista, es esa palabra demasiado grande para mí yo soy un obrero de la música e intento hacerlo de la mejor manera y con dignidad. Soy de la opinión que si en la actualidad llamamos artista a Beethoven y usamos el mismo término para Bisbal en uno de los dos casos estoy seguro que tenemos que estar utilizándolo mal .

Pero, bueno, con respecto a mi vida pues tiene la parte maravillosa de estar siempre en contacto con Beethoven o Verdi, con Shubert o Mahler y ser el sacerdote que acerca esta música a la gente, ser el mago que con su barita mágica hace despertar las notas muertas en el papel y las lleva a los corazones de el público. Tiene el premio del aplauso de la emoción y de la belleza. Detrás de todo esto está el estudio continuado, el cuidado continuo de nuestro instrumento, los nervios, las noches en vela en los hoteles, los largos ensayos, los interminables viajes intercontinentales y las horas eternas de espera en los aeropuertos, las cenas aburridísimas en embajadas o con gente que no nos interesa en absoluto. También tiene cosas muy buenas. Conocer culturas y países distintos, entrar en contacto con artistas de primerísimo nivel, llegar a cada uno de los lugares del mundo y tener el idioma universal de la música para comunicarse y no ser un extraño ni un turista en cada lugar al que se va y sobre todo la magia del teatro y el calor del aplauso eso es algo que solo el que ha estado en un escenario puede sentir y, yo al menos, no puedo describir.
 

Ópera, cante, recital…. ¿Por dónde te mueves?


Mira, hago todos los estilos y cada uno tiene algo que le hace atractivo y maravilloso. La ópera como espectáculo completo con vestuario gran orquesta, encarnando a un personaje con sus pasiones y sus miserias, trabajando con grandes compañeros y llegando a públicos enormes me gusta mucho pero el concierto es lo que más me emociona aunque es mucho más difícil ya que hay que cantar en varios idiomas y varios estilos diferentes y además hay que conseguir, en el breve tiempo que dura una canción, dos o tres minutos, llegar a el público sin ningún tipo de artificio, sin una gran orquesta tan solo con un piano , la expresividad de tu voz y la sinceridad de la música. Es muy Bjorling-1.jpgemocionante la corriente de intimismo que se puede llegar a establecer en el concierto entre el público y el interprete como si estuvieses cantando para amigos muy cercanos a los que conoces muy bien y quieres hacer partícipes de tanta belleza.

 

Compositores, obras o voces preferidas…


En la música pasa como con los amigos del alma: ¿Cuál es el mejor?, ¿A cuál quieres más ?.... Lo que me gusta de éste no está en el otro, pero a su vez este otro tiene algo que no encuentro en nadie más y que me subyuga...Dentro de los compositores, tengo enorme amor y reverencia por Beethoven y Brahms pero no podría entender la música sin Schubert o Mahler o Richard Strauss. Me sigue emocionando Verdi, me conmueve Bellini, me deslumbra Bach con la pureza de su música y Albéniz por el color que hay en sus obras. Falla me llena de pasión ....en fin que no lo puedo decir porque son tantos que sería imposible escoger.Con las obras pasa lo mismo, son tantas que sería imposible. A cada una la quiero por distintos motivos.

En cuanto a los cantantes sí tengo mis preferencias y ahí entre las mujeres para mí la más grande ha sido Victoria de los Ángeles (además al convivir con ella tantos años he descubierto también la gran persona que había detrás de tan gran artista) y junto a Victoria señalaría a Lucia Popp, Elisabeth Schwarkopf o Leyla Gencer .
Entre los tenores mis dos grandes ídolos han sido Fritz Wunderlich y Jussi Bjorling creo que no ha habido en la historia del canto voces que unieran con más grandeza una voz privilegiada con una técnica impecable y una expresividad tan grande. Entre los barítonos me quedaría con Cappuccilli o Bastianini dentro de la ópera y en el mundo del concierto destaco a Hans Hotter y a Hermann Prey. Pero han sido tantos los grandes que aquí no puedo mencionar a todos.
 

¿La música como necesidad en nuestra vida?


La vida es música y la música es vida. Nos rodea la música. La música nos hace más soportables los momentos tristes y nos ayuda a llorar en ellos. La música comparte nuestra alegría y trasmite nuestra felicidad. La música nos recuerda Concierto-1.jpgmomentos perdidos, personas que ya no están, lugares que ya no existen o a los que no volveremos nunca. Nos deja pasear por paraísos perdidos o incluso inexistentes y volver a pisar la tierra que está muy lejos.
¿Quién no ha sentido como todos esos recuerdos, esos perfumes y esos olores, esos sabores y esas caricias aquellas voces queridas volvían a nosotros solo con el simple sonido de una melodía? No creo que haya nada tan evocador como la música. Seguramente que se puede vivir sin música pero, la verdad, no sé si tal vida merece la pena .
 

En música una negra dura un tiempo, pasó algo así con el carbón…


Pasa lo mismo con el carbón que con la nota musical a la que aludes es verdad que una negra es solo una parte de un compás corta pero a la vez intensa y esa nota queda flotando eternamente en el ambiente y sin esa nota la obra sería otra o simplemente no sería. Con el carbón pasó lo mismo duró poco pero forjó un pueblo, forjó un carácter y forjó una manera de ver la vida que quedará mucho más allá de lo que dure el carbón .

Nacimos en un pueblo solidario, con orgullo de clase, con afán de lucha, con vocación de mejorar (recordáis aquellos padres que decían:""Al mi fíu aunque y tenga que metei los libros en la cabeza a hachazos pero a la mina nun va ...") Nacimos viendo de cerca la lucha por ganar el pan, lo duro de la vida mezclado con el negro del carbón que, incluso después de salir de la casa de baños, dejaba su sombra en los ojos y en las manos. Nacimos con la muerte sorprendiéndonos de vez en cuando y ésto nos hizo crecer con un carácter y un sentido de la solidaridad y una bondad en el corazón que va a durar mucho más que el carbón porque por nuestras venas siempre sentiremos correr un poco de ese carbón que nos hizo como somos.
 

¿Cómo se ve Turón desde la distancia?Buenos Aires-1.jpg


No sé cómo se ve Turón desde la distancia porque siempre lo he tenido cerca, tan cerca como cuando corría por las calles de Vistalegre o subía a Villapendi. Es curioso pero creo que aprendí a ver Turón cuando físicamente me alejé de él así como tenemos que alejarnos para ver los cuadros impresionistas. Pero, nunca me sentí lejos. Yo repetiría aquellos versos de Almuthamid ,el último rey moro de Sevilla: "Ausente de mí ,estás siempre conmigo ..."
 

Un guiño a los turoneses…


Que aprovechen lo que tienen, lo que el Valle les da. Que no olvidemos nuestro origen minero y luchador ahora que tanto nos quieren engañar y comprar voluntades. Que no nos dejemos deslumbrar por lo de afuera porque adentro, sí se sabe buscar, siempre se encuentra todo. Al final como dicen los Italianos "Tutto il mondo e paese", es decir todo el mundo es el mismo pueblo, pero el nuestro se llama Turón, eso nos une y nos hace una gran familia. Ahora que hay tantos conflictos y tantos nacionalismos estúpidos siempre pongo como ejemplo aquel Turón en el que me crié donde gente de Andalucía, Extremadura, Galicia o Portugal llegaba y pasaban a ser tan turoneses como yo… ¡ Que bella lección ! No dejemos nunca de ser un pueblo acogedor y de puertas abiertas. Yo he tenido que estar muy lejos físicamente de Turón para darme cuenta de que he estado siempre tan cerca que ya hace mucho me he dado cuenta que nunca he salido que nunca me he ido y que mis límites siguen estando en Figaredo.

Entrevista realizada por Jorge Varela para elvalledeturon.net, Turón, septiembre de 2011