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Abstracción y Paisaje - Expo 2016

El verde del valle, con sus numerosos y sutiles matices abriga el estudio de Secundino y desde siempre protege su vida. Pero en ese frágil sosiego gritan unos insolentes colores que aspiran a libertad, el « acertado atrevimiento » del que habla Evelia Gómez. Una paleta que ejerce de lacerante catarsis.

EXPOSICIÓN DEL PINTOR TURONÉS  SECUNDINO GONZÁLEZ

Como un adelanto de la primavera, la exposición de Secundino González viene a llenar de color la Galería Cimentada que este año estrena nueva sala en la céntrica calle La Lila de Oviedo.

Ya hace más de veinte años que Secundino viene exponiendo con regularidad en esta galería. Josefina, su directora, mantiene con él una estrecha amistad y una sana complicidad que la lleva a apostar siempre por su pintura. Numerosas exposiciones y premios avalan este reconocimiento. Su currículum, que ya está en la página, es bien conocido por los lectores y seguidores de la trayectoria artística de este pintor turonés.

“Abstracción y Paisaje” es el título general de la exposición. Dos formas de expresión distintas pero que salen de una misma mano, de una misma imaginación creativa.

La Abstracción -un expresionismo abstracto- trazos y pinceladas de sugerente  color  lejos de cualquier figuración. Las formas parecen fraguarse en el subconsciente. La imaginación y su sensibilidad dan lugar a una obra muy personal llena de lirismo y gran riqueza cromática. Pintura en estado puro. Fue Kandinski el que al contemplar el cuadro de Claude Monet, “Montón de heno”, no reconoció el tema, es decir, el objeto que  representaba,  sin embargo le gustó tanto y hasta tal punto que desde entonces consideró que el valor de la pintura estaba no el objeto que representaba sino en la fuerza de sus colores.

Y el Paisaje es la otra cara colorista de la misma moneda artística de Secundino. Ahora la mirada se dirige  hacia fuera, hacia el entorno que conoce a la perfección. Un paisaje idílico que en otro tiempo se teñía con oscuras brumas mineras pero que hoy resplandece con todo el esplendor de una Arcadia feliz. Desde la atalaya de su rincón en San Justo contempla un valle que plasma en el lienzo pero solo en lo esencial. Unos planos bien delimitados, limpios y de gran pureza con fuerte contraste en su colorido. Simplicidad de las formas a manera de la pintura naíf: casitas, árboles, caminos; montañas recortadas en un cielo de azul o de un amarillo intenso. Libertad del cromatismo que sorprende por su acertado atrevimiento. Como dice Josefina, directora de la galería, es que despertar por la mañana, abrir los ojos y encontrarte de frente con un cuadro de un encendido color naranja, como ese, y señala el del Naranjo de Bulnes, es que ya te alegra el día.

Disfrutamos de la limpieza del trazo de la montaña de un atrevido color rojo sobre fondo de cielo azul. Son paisajes que poseen una  ingenuidad primigenia, esa que contacta con  lo esencial de las cosas. Como si quisiera decirnos que el arte o la felicidad solo se encuentra en lo sencillo. Secundino es un maestro en la atrevida utilización del color. Toda su pintura es luminosa, de gran viveza y expresividad. Sigue al pie de la letra la indicación de  Van Gogh  cuando decía que “el pintor del futuro tiene que ser colorista”.

 

 

Evelia Gómez, marzo 2016