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La labor del artista no se acaba nunca. Es una gestación constante.

¿Lo del pincel viene de lejos?


DSC00910-1.JPGDesde niño ya sentía yo la curiosidad por la pintura, una curiosidad que se potenció desde el colegio de La Salle. Los Hermanos me encargaban trabajos escolares, dibujos, acuarelas para ilustrar todo tipo de festejos, fiestas patronales, para adornar cuadernos. Eran como unos mecenas para mí. Todo esto junto con el empuje de mis propios compañeros que me animaban mucho, me hizo ganar confianza. Poco a poco surgió la idea: ¿Por qué no ser pintor?


La pintura… ¿Expresión o vocación?
 

No puedo separar una cosa de la otra. Primero llegó la vocación que se consolidó con el tiempo, queriendo expresar, mediante el arte, sentimientos, una forma de ver mi realidad, mi entorno. El pintor es un observador. Yo me impregno de mi realidad, de mi cotidianidad. Un artista es un poco un cronista de la imagen.
 

¿En solitario o de la mano de algún maestro?
 

Comienzo mas bien en solitario, de forma autodidacta. Pero rápidamente veo la necesidad de adquirir conocimientos técnicos, algo más profesional. La cualidad se queda un poco escasa si no se tienen unos conceptos técnicos. Mis primeras clases son con José Suárez “Pilu”. Yo tenía apenas doce años cuando conecté con él. Me invita a asistir a sus clases de dibujo y eso para mí es la gran oportunidad. Asistí a las clases de este maestro con emoción, con devoción, con entrega. Se me abría un mundo nuevo lleno de color y de creatividad, al mismo tiempo que veía la posibilidad de aprender mucho. Pilu me abrió el camino. El vio en mí la gran afición de aprender. Incluso, muchas veces, me quedaba a comer en su casa invitado por su madre. Con él aprendí mucho, lo esencial. José Suárez Fernández.jpg

Después de su marcha a Bellas Artes a Madrid y posteriormente a París, me quedé un poco huérfano pero seguí adelante, me nutrí de libros de arte, impresionistas, Van Gogh. Luego gané un premio en Mieres organizado por los hermanos Urbina, Inocencio y Ángel, grandes pintores mierenses. Aprendí mucho de ellos y seguí desarrollando mi pintura con estos maestros.

¿Ya con estilo propio?


Bueno, ya tenía mi manera de pintar, lo que a veces lleva a choques con los maestros. Discusiones sobre formatos, los colores… También adquirí cosas nuevas en Lanzarote, durante el servicio militar, donde asistí en ratos libres a clases de bellas artes.
 

¿En qué momento empiezas a volar solo en el mundo de la pintura?
 

Una vez de vuelta de la mili navego entre música, otra de mis grandes pasiones hasta la actualidad, y pintura. Entro de lleno en mi vida de pintor cuando empiezo a dar clase y a exponer. Todo ello sin perder el contacto con todos esos maestros.
 

¿Hay tradición pictórica en Turón?


Humildemente creo que Turón, dentro de sus posibilidades, ha dado muchos pintores y bastantes aficionaos. Pilu, Baquero, Muñiz y un largo etc… No hay escuela pero sí algo que une a muchos: la inspiración, la temática del valle, nuestra realidad. La inspiración viene de la minería y de su entorno, el impresionismo y la abstracción escapan a eso….
 CZ5J0821.jpg

¿Dominan los colores o se imponen los personajes?
 

Un crítico dijo que tenía que refrenar eso, los colores un poco “fauvistas”. Pero yo tengo la paleta fácil y acaban saliendo esos coloridos fuertes. Sin embargo intento que no se imponga uno sobre el otro. Yo veo el mundo en color y a los personajes en color. Mi última etapa efectivamente es más expresionista que impresionista, un poco como Munch, con colores fuertes, una vida un poco salvaje. Mi entorno me impondría más los grisados, el violeta… Pilu me decía que tenía tendencia a la pintura canaria en cuanto a colores, los tierra por ejemplo, los amarillos… Hoy estoy en esa tendencia expresionista, busco más al personaje y su vida, también ese rincón no tan pictórico… gente mayor, ancianos al sol, cosas olvidadas. Puede que haya algo de denuncia.
 

¿Turón en blanco y negro o en color?
 

Turón en blanco y negro y en color. Mas bien en rojo y negro. Rojo por la pasión del minero y negro por la dureza de su vida; negro por las entrañas, por el mineral. El entorno sin embargo es verde, el color de la esperanza, pero no me va mucho. De hecho existen muchos verdes y el abanico de colores del valle tiene todos los matices. El pintor enseña el paisaje a los demás. En ese sentido si pinto los verdes, que no el verde exclusivo.
 

CZ5J0836-1.jpg¿Inspira tanto Turón?
 

Turón da pero también se queda corto. A veces se agota y es necesario y vital buscar otras fuentes de inspiración. Seguramente el viajar traería mas inspiración. Yo que he vivido siempre aquí, tanto tiempo, noto que eso pesa en la vida y que de alguna manera puede reflejar un poco la monotonía, la rutina. Algunos críticos ya lo señalaron. Pero bueno, salvando la distancia y sin pretender compararme con él, hubo maestros, genios como mi admirado Van Gogh que también realizó su obra en un entorno muy reducido.
 

¿La utopía del artista se aplica a Turón?
 

Ya no sueño. Pienso más en la realidad. Lo que veo y lo que quisiera cada día. Deseo que se haga un pueblo habitable, de hecho ya está en marcha, un pueblo digno, con servicios, que ya los está teniendo, con ocio…Todo esto, va en función de la población. No hay un Turón idílico. Conocí pueblos gloriosos de Castilla que se fueron abajo. Turón vivió de la minería, otro Turón murió al acabarse todo. Turón está ahora en buen camino pero tiene que surgir una nueva creatividad para poder subsistir. Se me antoja que parte del éxito vendría por el incremento de la población, por la vuelta de muchos a “gastar” su vida en proyectos con futuro en este valle.

Hablando de proyectos, ¿ y los personales de Varela?
 

El año pasado tuve una exposición regional con bastante éxito, con obras importantes a las que dediqué mucho tiempo estos últimos años. Ahora me toca cargar las pilas, impregnarme de nuevo, hacer obra. Para diciembre está en preparación una exposición en el Atenéu coincidiendo con las fiestas navideñas. La labor del artista no se acaba nunca. Es una gestación constante.
 

 

Entrevista realizada por Jorge Varela para elvalledeturon.net, 2 de septiembre de 2010