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Un recorrido por la geología de Turón (I)

Una visita por nuestro valle, seccionando, al pisar, su sepultada geología. Ésa es la invitacion a la que respondió un grupo de apasionados hace unos meses y que hoy, con esta primera entrega, comparte con nosotros el gran geólogo Pedro Fandos Rodriguez , socio fundador de GRUCOMI.

SITUACIÓN DEL VALLE

 

El río Turón se sitúa en el concejo de Mieres. Limita al norte con el valle del río San Juan y al sur con el valle del río Aller. Nace en el cordal de Navaliego y desemboca en el río Caudal a la altura de la población de Figaredo.

Topográficamente, la cuenca es una zona montañosa, abrupta, y presentan desniveles superiores a los 1.500 m en distancias de 50 km. Además cuenta con valles subsidiarios de laderas muy pendientes, que superan en algunos casos los 45º.

 

LOS GRUPOS MINEROS DEL VALLE

 

El comienzo de la actividad minera en la Cuenca Carbonífera Central de Asturias tuvo lugar a través de las minas de montaña. Fueron numerosas las capas de carbón aprovechadas tanto por las grandes empresas de la época como por pequeñas explotaciones privadas (denominadas coloquialmente “chamizos”). Por este motivo es muy difícil recopilar información referente a todas estas minas.

 

Los principales grupos de minería de montaña en el valle del río Turón son: Escribana, Santo Tomás, Clavelina, Piedrafita, Polio, San Víctor, Espinos, La Faya, Podrizos,  Fortuna, Riquela, San José, San Francisco, San Benigno, Tablao, San Pedro, La Rebaldana, Los Corrales,  Urbiés y El Caburno.

 

A cotas inferiores al río Turón se explotaron Figaredo, San José, Santa Bárbara, Espinos y Fortuna. A cotas del grupo San José existió otro pozo vertical, llamado Tablado por haberse perforado en el anticlinal de igual nombre para servir como balanza en una zona que por tumbada presentaba grandes dificultades de relleno.

 

MINAS DE FIGAREDO: LA PRIMERA Y ÚLTIMA EXPLOTACIÓN DEL VALLE DEL TURÓN (POZOS SAN INOCENCIO Y SAN VICENTE)

 

La empresa Minas de Figaredo fue fundada por Vicente Fernández Blanco (o Fdez Martínez) en 1867. Estas minas reunieron, en sí mismas, dos circunstancias de gran solera al haber dado lugar a la primera empresa instalada en el valle y al último carbón extraído del mismo.

 

La explotación minera de Figaredo se encuentra ubicada en la parte más baja del valle del río Turón, en las inmediaciones del pueblo de Cortina a 1,2 km de la localidad de Figaredo y a 4.5 km de la capital del concejo. La cota base de la plaza del pozo se sitúa a 254 metros sobre el nivel del mar y la máxima altura corresponde a los 787 m del Picu Novalín que al sur del pozo ejerce como divisoria de aguas con el valle del Aller y marca aproximadamente uno de los límites de las antiguas concesiones de los Figaredo.

 

Si geográficamente se encuentra ubicada en la parte más baja del valle del río Turón, geológicamente su yacimiento se instala en el propio núcleo del sinclinal de igual nombre, una de las estructuras tectónicas principales de la gran Cuenca Carbonífera Central Asturiana y quizá uno de los mejores ejemplos que se conocen de adaptación del relieve topográfico a la estructura geológica subyacente (el río Turón se instala aprovechando el Sinclinal de Turón, con la particular competencia de sus materiales e inclinación de su eje).

 

Conviene citar, como curiosidad geológica, que el yacimiento de Figaredo contiene en su núcleo los terrenos carboníferos más altos y por tanto más jóvenes de toda la cuenca del Turón y del Aller; corresponden al paquete Entrerregueras del que se tiene constancia al menos de cuatro capas explotadas hace más de un siglo en la zona de Peñule y probablemente con muy poca corrida dado que entre las últimas capas del paquete Sotón y las primeras de Entrerregueras se inserta un gran tramo estéril que obliga a suponer aquellas capas en el mero núcleo del sinclinal.

 

El yacimiento de Figaredo puede visualizarse como un gran triángulo isósceles cuyo vértice apunta aguas arriba del río Turón. Los dos lados largos del triángulo corresponden a las dos ramas principales de explotación (Norte y Sur) mientras que la base estaría formada por los paquetes de capas que con dirección Norte/Sur discurren paralelos a la margen derecha del río Caudal en dirección Figaredo- Mieres. Este último campo, nunca explorado por Figaredo, está separado de los dos anteriores por la gran falla de Barredo que discurre por el eje del Sinclinal de Figaredo, el cual hace que las capas de la rama Sur terminen girando en el sentido de las agujas del reloj a la altura de Sovilla. Además de la citada falla de Barredo, el yacimiento de Figaredo se ve afectado por las fallas de Cortina y Gramedo, situada situada la primera en la Rama Norte y la segunda en la Rama Sur. Ambas tiene características similares: salto de tipo inverso, dirección NE/SW y buzamientos hacia el oeste, si bien quizá algo más tumbada la de Cortina (48º) que la de Gramedo (60º) y, sobre todo, con una componente horizontal levógira en la primera y dextrógira en la segunda lo que provoca en esta última numerosos casos de repetición de capas por solape. De forma conjugada con esas dos fallas existen al menos otras dos, la de Santo Tomás en el campo norte y la de Cabojal en el sur, también similares entre sí, pero en este caso con saltos de tipo directo, direcciones próximas al sentido E/W y buzamientos ambas hacia el sur si bien, una vez más, de forma vertical (82º) en la falla del Sur y tumbados (42º) en la del norte. El análisis de los planos de labores con datos y criterios tectónicos más actuales, permiten deducir al menos una veintena de trastornos de menor dimensión pero que son las que afectan en mayor medida a la explotabilidad pues si las grandes fallas definen conocidos campos de explotación, las pequeñas introducen, siempre en un grado superior al deseado, las anomalías que más de una vez hemos visto en la prensa como “imprevistas e imprevisibles dificultades geológicas del yacimiento”.

 

El campo de Figaredo está a su vez rodeado de otras grandes estructuras geológicas que  también contribuyen a la correcta comprensión de la problemática geológica y de ahí a la del laboreo, nos referimos por el sur, al Anticlinal de Revallinas al cual se asocia la Falla de Tablado con algunas fallas satélites que llegaron a afectar a capas de Figaredo; y por el norte al gran Anticlinal de Polio, cuyo cierre occidental origina un acusado cambio de rumbo en las capas del campo norte de Figaredo.

 

Cinco son los paquetes y  22  las capas de carbón que de forma más o menos continua se pueden reconocer dentro del perímetro de las concesiones de Figaredo. Casi todas se nombran con números que responden al orden en que fueron cortadas en el flanco sur, desde la primera capa del paquete Sotón por el techo, capa 1, hasta la penúltima del paquete Mª Luisa por el muro, capa 30. Aun más a muro se sitúa la Benita, del paquete San Antonio, Lógicamente, en el otro flanco del sinclinal, el orden de corte fue el inverso, decreciendo los ordinales según los transversales se alejaban de la propia caña del pozo. La correlación entre las mismas capas de los principales campos del pozo, ha sufrido tradicionalmente de una cierta discordancia que puede llevar a cierta confusió en la valoración minera, no obstante, supuesta la correcta identificación y citándolas de techo a muro, las capas con historia minera son la siguientes:

 

En el paquete Sotón tienen o han tenido historia minera las siguientes capas: capa 1ª, apenas deshullada, con su escasa potencia; la capa 2ª, de 1,10 m de potencia con techo y muro de pizarra; la 3ª, de 1,20, con techo pizarroso y muro de arenisca; la 4ª, también de escasa potencia, por lo general inferior a 0,60; la 8ª, de 0,85 y hastiales pizarrosos; la 10ª, de 0,70, techo pizarra y muro arenisca; la 14ª, de potencia media inferior al medio metro; la 16ª, la 17ª, de 1,40, techo de pizarra y muro de arenisca (estas cinco últimas fueron también explotadas en el flanco norte, con la excepción de la 16ª que puede equivaler a la que llamaron Formidable, histórica capa “de a metro” y hastiales pizarrosos que heredó el nombre de la primera mina que tuvo don Vicente Fernández). Por último en este paquete, la capa 19ª, de 1,50 m, de caja pero apenas medio metro de carbón, que da paso al siguiente paquete por el muro, el Mª Luisa.

 

En el paquete Mª Luisa,  se reconocieron las corridas más largas llegando a alcanzar casi 3 km metros en el campo sur. Las capas con historia minera son las siguientes: capa 20ª, de 0,70 m de potencia y hastiales pizarrosos, al igual que casi todas las que siguen; capa 21ª, de sólo medio metro de potencia, excepto en el norte, único campo donde se explotó, junto con la anterior y las dos siguientes; capa 22ª, de 1,20 m; capa 23ª, de 0,80 m de caja pero sólo la mitad en carbón; capa 24ª, que alcanza potencias medias de 1,70 pero con cierta irregularidad según los campos. La capa 24 fue explotada sólo en el N., junto con las anteriores 20, 21y  22, capa 25ª, de 0,65 m; capa 26ª, de 1,25 y 0,90 m. respectivamente de caja y carbón; capa 27ª, entre 0,70 y 1,35 m; capa 28ª, de 0,70 m; capa 30ª de 1,20 y muro de arenisca; y capa María, de 0,80 a 2,60 m., con techo de arenisca. Su inconfundible correlación geológica la hizo quizá la capa más famosa en toda la cuenca, bajo diversas denominaciones. Como capa María fue conocida en todo el Caudal-Aller y como capa Voz en la zona del Nalón.

 

Por último, el terreno más profundo de la columna estratigráfica correspondió a la denominada capa Benita del paquete San Antonio, explotada con cierta intensidad en plantas altas con potencias del orden de 0,60 m. Una zona separada de los dos flancos anteriores por una clarísima frontera geológica, la Falla de Barredo, es el flanco occidental del llamado Sinclinal de Barredo o de Figaredo donde explotaron las minas de Barredo y Ortiz Sobrinos en los paquetes Caleras, Generalas, San Antonio y Mª Luisa, este último laminado en gran parte por la gran fractura citada. Ninguno de estos paquetes fue reconocido por labores mineras de Figaredo. Tan solo en tiempos recientes, tras el cierre del pozo Barredo, Minas Figaredo ha accedido a la explotación de parte de aquél yacimiento, especialmente la capa 24 del flanco tumbado y siempre sin acceder al flanco vertical, donde la capa 3ª (la famosa Voz o María de otras zonas) fue explotada con gran intensidad a lo largo de casi dos kilómetros y permanece virgen al menos por debajo de la cota -150.

 

© Pedro FANDOS RODRÍGUEZ y Eva MARTOS DE LA TORRE, Oviedo, 2014