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Tributo a un amigu

Seísmo emocional para un valle que ve, en poco tiempo, desaparecer uno más de sus valedores, en el caso de Arsenio de los pocos que llevaron tan alto su turonismo ejemplar y comprometido. Drama humano para un amigo que no pudo acompañarle en este emotivo adiós. Sirva este espacio para juntar a Senio y Carlos. Emoción compartida.

 

 “No camines delante de mí, puede que no te siga.

 No camines detrás de mí, puede que no sea un buen guía

 Sólo camina a mi lado y sé mi amigo.”

 Albert Camus

 

Cambados. Pontevedra. Domingo 9 de octubre de 2016. Una llamada telefónica desde Turón, a hora poco usual e inesperada me sobresalta cuando a punto estábamos de subir al autobús que nos trasladaría a la capital de provincia. Al otro lado del teléfono, una voz un tanto temblorosa me “espeta”.

- Oye, murió Arsenio.

Mi respuesta fue del todo sorpresiva:

  - ¿Qué Arsenio?

  - El del garaje, el tú amigu.

Me sonó como una bomba por el auricular telefónico y mi cara debió ser todo un poema cuando al saltárseme las primeras lágrimas Merche acudió sobrecogida

-¿Qué pasó, qué pasó?

- Que murió Senio

Fue toda mi respuesta para pasarle el teléfono. Luego, vinieron más y más llamadas para comunicarme la noticia e incluso de un diario regional me llamaron en reiteradas ocasiones para hacerme algunas preguntas a cerca de tu persona y nuestra amistad.

Por eso, porque no pude despedirme de ti como me hubiese gustado y guardando en mi retina la cara de sonrisa que le pusiste a Julia pocos días antes de tu inesperado fallecimiento, permíteme que lo haga a mi manera y por escrito a modo de carta aunque ésta sea breve.

 

Recordado Arsenio:

Lejos quedan, aunque perduran en el tiempo, aquellos tiempos en que compartimos aquellos viejos pupitres del colegio La Salle, en ese magnífico edificio cuyo actual estado de conservación denunciaste en repetidas ocasiones. Luego, cada uno tomó caminos diferentes. Tú decidiste dedicarte al tema mecánico. Sin duda, era lo tuyo. ¡Que no sabrías tú de aquellos viejos 600!, y luego Hunosa. Nuestros caminos vuelven a coincidir en aquel viejo domicilio social del Grupo Montañero San Bernardo donde tantas horas pasamos entre la humedad y las tablillas que pretendían disimularla. Hasta que nos marchamos de allí para el actual. A mi memoria acuden recuerdos de aquellas espichas y viajes a Cerulleda así como las obras de transformación del refugio. ¿Y qué decir de aquel campamento de montaña en San Isidro donde nuestras andanzas transcurrían de Torres al Toneo y del Toneo al Torres sin que me refiera a las cumbres?

Luego, volvimos a trabajar juntos al frente de una Sociedad Turonesa de Festejos que carecía hasta de Estatutos. ¿Recuerdas aquellas mañanas de domingo en que nos juntábamos para confeccionar un nuevo reglamento para la sociedad?. De aquella etapa destaca, sobre todo, aquel intento de “hermanamiento” con Oleiros que posteriormente se tiró por la borda. Repetidas veces recordamos aquel acontecimiento con un “tuvimos un par de cojones”. Éramos un auténtico grupo humano tanto para el trabajo como para la diversión. ¡Qué recuerdos de aquellos desfiles de  carnaval en lo que lo más importante era deshacerse de la cabra!. Y no contentos con ello, sacamos adelante aquellas Jornadas Gastronómicas del Pote que tanto nos hicieron sudar para llagar a la línea de salida. ¿Te acuerdas de aquella reunión en el bajo de la casa de los maestros?. Ah, qué tiempos aquellos. Pocos son conocedores de aquellas largas conversaciones y gestiones para, en la sombra, tratar el futuro de nuestro Valle tras el anunciado cierre de Santa Bárbara. Los entonces comunes compañeros de viaje y amigos, estoy seguro, se sentirán identificados con cuanto se dice en estas líneas que podrían resultar interminables.

Y de aquella “Mesa Pulso por Turón” que coordinaba el también desaparecido Manolito Baquero donde tantas ideas se fueron quedando de el papel de los sueños… Ahora, cuando capitaneabas Mejoras del Valle nos dejaste. Así, de repente, por sorpresa y sin tratar de molestar, como tú solías hacer las cosas. Nunca habías recibido reconocimiento alguno, ni el Pote de Oro -otros con mucho menos merecimiento lo tienen-, ni el Mierense del Año. Sí cuentas con uno que te hacía feliz por habértelo concedido su propio creador Manolito Baquero. Eras “TURONISTA”, sin que a ti tenga que explicarte lo que ello significaba.

Juntos compartimos alegrías y también discrepancias -que haberlas, las hubo- y entonamos, cuando mi voz lo permitía, aquella “Quiero una motocicleta que me sirva para correr…” y tantas y tantas otras que unían lazos de amistad familiar. Sé que ahora que dejaste nuestro mundo, allá donde estés te habrás encontrado con tu familia -Mina, Lolo y Cesar- pero también estoy seguro que estarás acompañado de un grupo de personas que como tú hicisteis de Turón el santo y seña de toda vuestra vida: Sabi, Baquero, Tomillo, Fenro…

Habría mucho que escribir y en estos momentos uno podría dejarse llevar por los tópicos, aunque creo que es difícil de reflejar los sentimientos personales hacia una persona con la que compartiste mesa, mantel e incluso la llegada del nuevo siglo.

A la mente acuden, en borbotón, imágenes y vivencias que son difíciles de plasmar en la hoja en blanco, así que como tú eres conocedor de mis íntimos sentimientos, sólo me resta decirte: Senio,”porri”, un fuerte y sincero abrazo que, cómo no, hago extensivo a Belén -cómplice de toda tu vida-  a María, a Silvia y a Senín. Y no te preocupes, a tu nuevo nieto le diremos “quien fue su güelu”.

 

Turón 11 de octubre de 2016 , Carlos Vega Zapico