La brigada minera
Desde la distancia del tiempo. Un tiempo en el que nacimos y convivimos con mineros en Asturias. Todavía convivimos, gracias a Dios. Mineros que vivieron el esplendor del carbón. Todavía hijos siguen en la mina y en la lucha.
Estos días saltaron a los medios con motivo de la triste noticia del rescate de Julen, el niño que se precipitó a un pozo de difícil acceso. Allí fueron estos héroes asturianos, provistos de valor y entrega desinteresada. Solo pretendo un sencillo desahogo y expresar mi apasionada admiración por estos trabajadores con los que todavía convivo. Por otra parte contribuir a desterrar la falsificación creada a partir de personajes planos y literarios surgidos en “aldeas perdidas” que nada tienen que ver con la realidad.
Si los comienzos de la minería del carbón fueron duros, sin ellos no sería posible contar hoy con estos valientes, que como ángeles guardianes, acuden a salvar vidas en peligro bajo tierra. A nosotros, claustrofóbicos, que contemplamos los riesgos desde la comodidad de nuestras pantallas, nos recorre un sudor frío por todo el cuerpo cuando pensamos, y además vemos, el estrecho y profundo agujero de más de 100 metros por el que tuvieron que bajar los salvadores, esta vez no fueron al encuentro de un minero, sino de un niño. Un arriesgado rescate. Admiración y reconocimiento a ellos, los mineros asturianos.
E. Gómez. Enero 2019