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Castillete auxiliar del Pozo Sta Bárbara

Ya está en marcha el proyecto de rehabilitación del pozo Santa Bárbara que cuenta con casi un millón de euros para unas reformas que afectarán a los dos castilletes, la sala de compresores y el pozo de ventilación; unas obras que podrían comenzar antes de finales de año. Aprovechando la actualidad, Ismael Fernández Álvarez nos hace vivir sus recuerdos del desmontaje y ensamblaje de este castillete que coronaba el pozo auxiliar de La Rebaldana de unos 550 m de profundidad.

En la década de los años 50 del siglo pasado Hulleras del Turón acuerda un cambio radical en las instalaciones del pozo Santa Bárbara: profundización del auxiliar, renovación de todos los edificios antiguos, cambios de castilletes , máquinas de extracción, en fin todo nuevo.

Sobre el 58 se desmontó el castillete auxiliar, trabajo realizado por personal del taller al mando de Benjamín. Era una labor en aquellos tiempos muy complicada, ya que había que aprovechar el material de su construcción para un nuevo montaje. Se va desmontando pues, pieza por pieza, con la ayuda de una pluma y sus vientos.

La pluma era como un poste de la luz, por decirlo de alguna manera, en su grosor y su largo. En su parte superior se colocaba una especie de polea “trocola” y un cable y con un torno de mano se izaban las piezas una a una para su colocación. Los vientos eran unas largas y gruesas cuerdas de esparto, que se amarraban en la parte superior de la pluma se tensaban y sujetaban en la parte del suelo en cuatro puntos distintos. Siempre que la pluma se cambiaba de sitio o en el ascenso del castillete había que aflojar y tensar sus vientos ya que los vientos eran los que sujetaban la pluma.

Esta faena es por consiguiente muy cansina por el cambio de sitio de la pluma y sus vientos en cada una de sus piezas recuperadas. Se va desmontando con cierta lentitud pero sin pausas. Sus tornapuntas fueron bajadas con diferenciales de cadena manuales, sus remaches cortados con soplete y botados a mano. El desmantelamiento fue más bien despacio, pero llegó el momento del final, en el que se trasladaron al taller para su reparación y modificación durante un periodo de tiempo.

A principios del año 60, terminadas las oportunas reparaciones y modificaciones se empezó su nuevo ensamblaje, ésta vez con un giro de 180 º. Su montaje fue un calco del desmontaje, su modo de izar las piezas el mismo: una pluma con sus vientos, subiendo pies derechos, colocando sus diagonales, sujetando con los tornillos correspondientes y remachando ya que su armadura requería remaches. Un proceso lento pero preciso, subiendo sucesivamente pluma según las alturas remachadas, moviendo pluma cada vez que se izaba una pieza y tensando los vientos. Una tarea lenta por la complejidad del montaje y todo lo que conlleva la operación de sujeción: colocar y retirar andamios, escariar los agujeros meter tornillos, apretarlos, remachar, sacar los tornillos…etc.

Sus tornapuntas se subieron con unas diferenciales con cadenas manuales, cambiando de posición cada poco y amarrando el tornapuntas cada metro aproximadamente a su estructura para un cambio de posición de diferenciales, en su tiro y gatos, para ir colocándolo en su sitio correspondientes. Esta larga obra, a falta de algunos retoques, se concluyó sobre las huelgas del 62-63.

​Las obras ya estaban muy avanzadas en los edificios, en la casa máquinas del auxiliar ya se estaba montando la maquina, los cambios ya eran notables aunque aún faltaba mucho en su culminación, castillete del maestro, jaulas, casas de aseo, oficinas, etc.  En la casa máquinas del principal se montaba el puente grúa por mediación del taller. En la caña del pozo auxiliar y en sus plantas, por aquel entonces, se empezó la señalización en alguna de sus plantas y la puesta en marcha de la colocación de escalas (escaleras), descansos y rejillas, siendo las plantas 1ª y 2ª las primeras en su colocación y las 10ª y 11ª planta las segundas con las escaleras de seguridad.

En el año 65 todavía continuaba la labor de acondicionar las plantas aunque el pozo y su máquina de extracción ya funcionaban normalmente. Sus jaulas eran de un vagón, y en sus plantas principales disponía de embarques con sus taquetes y cuadro de señales.

El que suscribe colaboró en el montaje del castillete, montaje de la grúa en el principal, colocación de escalas, descansos, rejillas, y los embarques……En el auxiliar, el castillete estaba cerrado en su parte baja para la ventilación del principal. A partir de marzo del 65 yo abandoné estos cometidos mineros y Hulleras del Turón.

 

© Ismael Fernández Álvarez, septiembre de 2012

 

Para consulta del blogpozosanfructuoso.wordpress.com/