Pasión y arte para un modelismo ejemplar.

No sé exactamente cuando empecé a hacer modelismo. Recuerdo ser muy niño, haciendo pintadas sobre la mesa de casa (a mi padre la asombraba los detalles que les ponía, en lo referente a bielas, faros, ventanillas y tuberías) . También recuerdo las locomotoras de la vía estrecha que veía al pasar por mi barrio.

Con el tiempo conforme fui creciendo, realizaba pequeñas locomotoras con cartón e incluso les metía motores eléctricos que rescataba de pequeños electrodomésticos estropeados, aunque estos solo servían de adorno. A medida que crecía y aprendía a trabajar con materiales más duros, realizaba las maquetas con madera, siendo cada vez más realistas, pero aún estaban muy lejos de ser fiables, las reproducciones. De esta época no conservo nada, tan solo algunas fotos.

Con el tiempo la realización más destacable fue, un castillete de un pozo que se parecía al de la Rebaldana, que tenía motor alimentado con un convertidor, como el de verdad. Pero fue cuando siendo ya un paisano y coincidiendo con mi etapa laboral cuando empecé a construir réplicas de locomotoras, con medios más técnicos y mejores materiales como el acero.
 

Fueron muy buenos. Por aquel entonces, en mi barrio había mucha actividad a causa del Pozo Santa Bárbara ( Pozo La Rebaldana), casi puedo decir que fue mi patio infantil. Allí podía ver toda la actividad que se desarrollaba en las instalaciones mineras, como el embarque de vagones en las jaulas, el funcionamiento de las máquinas de extracción y las ventiladoras, pero lo que más me fascinaba era el funcionamiento de los compresores. Aquel edificio tenía cuatro enormes máquinas que no paraban en toda la semana y me fascinaba el sonido de aquellos aparatos.

Algunas veces recuerdo que los guardas jurados me escorrían por el pozo para sacarme de las instalaciones. Por los alrededores de mi barrio había instalaciones mineras ya abandonadas, como el Pozo Espinos o el Plano del Grupo Rebaldana. Eran lugares que me encantaba frecuentar, aunque a mi padre no le gustaba nada que lo hiciese. En estos sitios, creo que empecé a interesarme por la temática minera, observaba todo cuanto veía y al llegar a casa lo dibujaba en un block, era como un archivo.

De mi barrio muchos podrían decir que es un lugar feo, sombrío y húmedo, en el fondo algo de razón tienen, pero yo no lo veo así, porque aquí pasé los mejores años de mi vida; hoy día me da mucha pena verlo en ruina.
 

No creo que empezase con esta idea, mi afición obedece más a un ímpetu interior por intentar ser creativo y no pasar por esta vida de puntillas sin hacer nada, para mí es una forma de aprovechar el tiempo libre, de adquirir conocimientos y técnicas de trabajo, pero sin darme cuenta vi que estaba recuperando la memoria histórica de la minería de mi tierra, cosa que ahora me causa gran satisfacción.

La primera cualidad es la paciencia, creo que la segunda sería la observación.

Mucha gente me dice que para hacer todo lo que tengo hay que ser muy listo y curioso; no creo que ésto sea así, yo creo que si algo te gusta de verdad, buscarás los medios y las técnicas de trabajo para realizarlo. Si no dispones de experiencia, con práctica la consigues. Al principio tienes muchos fallos, pero con mucha paciencia y pruebas los superarás y si de verdad te gusta, te convertirás en un virtuoso de la lima y del soplete.

Una vez que empiezas serás como una locomotora lanzada por una vía, nada podrá pararte. Algunas veces llego al cansancio y paro, me pongo a pensar y encuentro una gran satisfacción por el trabajo realizado.
 

Casi nunca lo hago, tan solo en algunos modelos lo hice por curiosidad. TLa locomotora GECo U10B a escala 1:8 que realicé, tiene computadas quinientas horas y aún faltan tareas por terminar. En este cómputo no está metido el tiempo empleado en la realización del proyecto (durante cinco meses hice a mano dieciocho planos tan grandes como un mantel de mesa salón).
 

Realizar el proyecto, que consta de: localizar la pieza que te interesa ( un vagón, una locomotora, etc), hacer un reportaje fotográfico, hacer un borrador para tomar cientos de medidas in situ. Si puedes localizar a alguien a quien hacer una entrevista del tema; todo esto en la calle o el campo, luego en casa con los datos conseguidos realizar la escala, si es del tema minero a 1:6, todas las medidas que tengas las divides entre seis y haces otro borrador con las medidas modificadas. Con la ayuda de este último y las fotos haces los planos, si son de un vagón pueden ser relativamente sencillos, los de una locomotora son algo más complicados.

A partir de aquí hay que conseguir los materiales y pasa al banco de trabajo; todo esto puede llevarte algunos meses. Puedo contarte el caso de una locomotora de las mías en que el proyecto llevo tres meses y la construcción poco más de un mes.
 

Si, la locomotora ALSTHOM BB 500 a escala 1:8, pintada con la imagen corporativa de FEVE de los años noventa (S. XX). Fue la primera que construí con una gran complicación técnica y que salió con resultados muy favorables. Todo un reto para mí en 1.998 que no contaba con mucha experiencia por aquel entonces.
 

Algo de eso hubo en mis tres exposiciones. Al fin y al cabo las  obras finalizadas no son más que el resultado feliz de un trabajo previo muy arduo, la parte invisible, asi como lo fue esa labor subterránea de nuestros antepasados.

Mi guiño cariñoso al valle lo llevan  mis  locomotoras. Todas tienen por nombre pueblos del valle hoy día vacíos y silenciosos. Es mi manera de recordarlos y evitar así que caigan en un olvido que no merecen... Rigaceo, Arnizo, Cotarente, Ablaneo y Escaldallonga.

 

Por desgracia sí. Creo que a corto plazo no veremos un resurgir de la minería, mientras exista la política de la economía de mercado. Yo pienso que cuando el petróleo se agote o salga muy caro extraerlo, y la vez suba el nivel de vida de los países que ahora lo producen más barato, que equipare los precios, entonces puede que haya posibilidad de que se extraiga el de aquí. El ser humano no es nada sin energía y tarde o temprano volveremos a sacarlo, solo que para entonces no será una minería como ahora la vemos y espero que sea más racional su uso.
 

El futuro de Turón por el momento es más negro que el carbón que salió de sus entrañas y las iniciativas de regenerar el tejido industrial son un fiasco.

Yo creo que la falta de espacio industrial es una de las principales causas, es un valle muy estrecho y el terreno disponible ya está ocupado, la única manera de conseguir algo de espacio es desmantelando las viejas instalaciones mineras, pero de esta manera perderíamos nuestro viejo patrimonio industrial. Creo que tenemos que hacernos a la idea de que nunca tendremos el pasado industrial que tuvimos, y que tendremos que conformarnos con las pequeñas empresas que se instalaron en la zona (pareceremos pequeñas hormigas conformándose con las migas de pan que encuentran en un parque después de una merienda).



Entrevista realizada por  Jorge Varela para elvalledeturon.net, Mieres, febrero de 2011