Entre Polio y Cutrifera: ¡Carnaval ! ¡Carnaval !

Acabamos de pasar -aunque todavía falta por celebrar en algunas localidades- el carnaval, que, antes, solamente se celebraba el martes anterior al miércoles de ceniza, pero, que, como todo cambia con el paso del tiempo, tiene una duración de celebración indefinida. De momento, Turón que era uno de los pocos lugares que mantenía la tradición de “sólo el martes”, amplió su espacio festivo al sábado anterior. Y fue todo un éxito de participación ciudadana. El desfile, desde El Lago al polideportivo del Parque, contó con una nutrida representación de grupos vecinales que se sumaron a la fiesta que terminó el martes con una gran chocolatada para la numerosa plebe infantil. Seguí el desfile desde sus inicios y mientras pasaban ante mí los moteros, los Gatinos de Villabazal, Villapendi, Lago o los siempre necesarios piratas, payasos… fueron aflorando, a mi mente, los recuerdos.
 

Creo que fue en los primeros días de marzo de 1981 –joder, como pasa el tiempo, 30 años- cuando a iniciativa del Grupo de Hostelería de la Veguina y algún que otro particular, se organizaron los primeros carnavales de la etapa democrática. Volvían después de haber estado prohibidos durante tantos años que sorprendió la iniciativa, sobre todo cuando ese año los niños turoneses no tuvieron cabalgata de Reyes. La nieve observó el desfile desde las cumbres y no pudo por menos que sorprenderse de aquel grupo de “indios” que a pecho descubierto desfiló a lomos de desillados caballos (bien lo recordará Severino “el de Riera” que montaba un ejemplar de Villamor). El punto de asturianía lo puso el Grupo Folclórico Turonés que dirigía Monchu y que ambientó la calle entre disfraz y disfraz. Pero, si hubo unos verdaderos protagonistas aquel frío martes fueron Baquero y Varela que armados de bombo y saxo desfilaron una y cien veces Veguina arriba, Veguina abajo.

Es curioso, pero aquel mismo mes – de hace 30 años- se hablaba en Turón, entre otras cosas, del estado de nuestro río, de la necesidad de una capa asfáltica a nuestra única vía de comunicación, de nuestras aceras y canalones, de la integración del Coro Minero en Mejoras del Valle, del éxito de la exposición de Varela en Mieres, de la clausura de los Campeonatos Sociales de La Salle… y, hasta de que Luis “Galán” había capturado un salmón de nueve kilos.
 

Tres años más tarde -1984- se hace cargo de la organización del Antroxu Mejoras del Valle –el año anterior ya nadie se encargó de su organización - que introduce como novedad un pregón de Manolito Baquero y una amplia actividad cultural relacionada con la festividad (actuación del Grupo Margen, ciclo de cine sobre los carnavales, exposición de carteles murales escolares, baile de antroxu…). En su primer intento de recuperar los carnavales turoneses, Mejoras se vio desbordada por la masiva asistencia de participantes por lo que difícil resultó la tarea de aquel jurado encargado de dilucidar los mejores disfraces. Allí estaban, entre otros, Manuel Barbón, Jesús Suárez, Julio Armengol y Nel Amaro. En el desfile, desde La Veguina al salón de la piscina, en la Cuesta del Lago, la banda de cornetas, de Ujo y por primera vez la sardina, obra de Juan Luis Varela y que año tras año se preparaba en el Colegio La Salle. Años hubo en que tuvo que ser descendida con cuerdas a través de las ventanas dado que por su enorme tamaño no podía se sacada por las escaleras del taller de artes plásticas. ¡Que recuerdos!. Se retransmitía el desfile a través de Radio Turón Emisor Escolar y era un ir y venir de conexiones y personajes que pasaban por el pequeño estudio para contar su experiencia carnavalesca. La sardina era quemada en el parque después de ser recitado públicamente por Rafa “el de Chuchu” su testamento obra de Rofervi.
 

Con la llegada de la última década del pasado siglo, la organización cambió de manos y fue la Sociedad Turonesa de Festejos la encargada de los mismos. La fiesta de carnaval estaba consolidada y se trataba de ir manteniendo año tras año la tradición de sacar la gente a la calle puesto que es un festejo de participación. Por mi recuerdo pasaron aquellas cenas anteriores al festejo, aquellos desfiles encabezados por Juanito Barreiro marcando, a golpe de tambor, el ritmo del entierro, aquellas plañideras que lloraban desconsoladamente y hasta aquella cabra que un buen año se rifó durante el desfile. Todo forma ya parte de un pasado, capitulo que año tras año se ve superado en participación y originalidad en hacer un disfraz diferente. Si años atrás era la “Murga de Bautista” la encargada de poner música, lo es ahora “Los que faltaban” quienes se encargan de animar el jolgorio.

Mis recuerdos se amontonan y precipitan por salir al exterior, ahora con nombre propio. El de Sabi del Viso, verdadero “alma mater” de las fiestas carnavalescas durante la etapa de Mejoras del Malle. Hacía, deshacía, mandaba, dibujaba el cartel, participaba en el testamento… y siempre en la sombra de quien sabe hacer las cosas de manera desinteresada. El de Luis Cinfuegos “Marañón” quien este año vio agradecida públicamente su colaboración durante tantos y tantos años (creo que sólo un año no se disfrazó). Era llegar el carnaval y todos esperábamos ver a Marañón con su disfraz de “muyer”. Los dos merecéis ese agradecimiento de todos nosotros capitaneando a cuantos, en ese día, aportan su granito de arena.

Ahora, ya se sabe, a ver pasar la cuaresma y…¡Hasta el año que viene!

Carlos Vega Zapico, Turón, marzo de 2011