Carnaval de Turón, con sol y agua

Carnaval de Turón, con sol y agua

Tuvo nuestro Valle del Turón un apreciable movimiento de sístole con motivo del pasado Carnaval lo cual, después de tantos movimientos de diástole resultó más que llamativo. Fue sin duda  -y mucho me gustaría equivocarme-  un esporádico ejemplo de que cuando se quiere, las cosas salen bien puesto que la voluntad, como la fe, está demostrado que mueven montañas. Por una vez, no fuimos fotocopia de nada por lo que como original, todo resultó más agradable, al menos a la vista. Bastaba ver el cartel anunciador para darse cuenta que algo original y diferente  podría suceder.

En un auténtico día primaveral, las aceras de La Veguina volvieron a llenarse de gentes a la espera del animado y colorista desfile.  Lástima que Villapendi y Villabazal, dos clásicos que nos tenían acostumbrados a muy buenas participaciones carnavalescas no se hubiesen encontrado entre las abundantes participaciones.

Lo que ya había comenzado de viernes con el desfile de carnaval de los centros escolares y un polideportivo lleno de padres y abuelos viendo a sus retoños derrochar imaginación, tuvo su continuación  -aunque el tiempo climatológico no acompañó del todo- el mismo martes con el desfile infantil en un recorrido algo más corto que resultó de agradecer a causa de la lluvia y el descenso de temperatura. Como era de esperar hubo de todo: indios, dálmatas, payasos… y hasta la mismísima virgen de Covadonga acompañada de Pelayo.

Algunos establecimientos fueron decorados para la ocasión y sería de esperar que alguno más se sume a la iniciativa carnavalera que da un aspecto, al menos diferente a la vez que rompe la cotidiana monotonía. Mientras la niebla cubría parte del valle y podían verse las laderas salpicadas del amarillo de las mimosas y el blanco de los nísperos, los frixuelos marcaron la tarde mientras en el polideportivo, niños y mayores disfrutaban de una tarde de disfraz y daban cuenta de un merecido chocolate.

Buena organización de SoTuFe. que contó con un abundante grupo de desinteresados colaboradores y total ausencia de esas personas que tiene la crítica a flor de boca y nunca están donde deben. Por cierto ¿sería muy difícil de recuperar para ediciones venideras aquella imagen de la sardina llevada en andas para su entierro? Luego, por supuesto, habría que quemarla y depositar sus cenizas en el río Turón. Habrá quien diga que se contamina y podría acompañarla en la hoguera. Supongo que con eso de celebrar la fiesta dos tardes diferentes -para mayores y para niños- será una dificultad pero daba una nota de distinción al acto del desfile. Al menos, podría intentarse. La propuesta queda hecha.

© Carlos Vega Zapico

Turón, 28 de febrero de 2017