Volvió el Antroxu

Entre Polio y Cutrifera

Carlos Vega Zapico

Volvió el Antroxu

Estaba claro que tras un par de años sin poder ocupar la calle,  por aquello del virus y la pandemia”, la gente tenía gana de que llegase el carnaval. Y Turón no podía ser una excepción. Así que, Sotufe organizó dos días de Antroxu, el sábado 26 de febrero para los adultos y el 1 de marzo para los niños. Con esa disculpa, durante dos tardes, mayores y pequeños se pasearon desde El Lago a La Veguina dispuestos a disfrutar de sus mejores trajes de disfraz  para que todo resultase un éxito.

Comenzaron algunos establecimientos con una decoración acorde con la celebración, lo que motivó el agrado de las gentes del Valle que, al menos, vio rota su diaria rutina. Buena iniciativa de más imaginación que coste económico  que bien podría ampliarse en años sucesivos y convertirse en auténtica tradición durante unos días “diferentes”. La idea queda expuesta para que nadie pueda decir que “faltan ideas”.

Al desfile del sábado nada le faltó. Allí estaba la Virgen de Covadonga a la que, con todo respeto, no le faltaba detalle, mexicanos, payasos, tiestos en terraza y hasta el más lejano oriente con música incluida. Más variado y variopinto fue el Antroxu infantil que por aquello del tiempo climatológico se celebró en el polideportivo, que por cierto cuenta con más de una gotera. Los niños disfrutaron de una tarde en la que la imaginación se hizo presente y no faltaron ni siquiera esquimales.

El colofón lo pusieron, una vez más, esas Amas de Casa que con su ya tradicional chocolate hacen las delicias de niños y no tan niños y que celebración tras celebración nunca fallan. Mi sincera felicitación al igual que a Sotufe, diminuta en Junta Directiva pero siempre activa en cuanto a trabajo se refiere.

Como no podía ser de otra manera y justo me parece reconocerlo, la peculiar participación de “Marañón” que año tras año desfiló por La Veguina con su  peculiar disfraz  carnavalero. Para mí y esto es personal, siempre será “el rey del carnaval turonés”. Sí, ya sé que deberían ser nombrados los premiados pero, todos fueron merecedores de un simbólico premio por su participación. No podían faltar los típicos frixuelos, imprescindibles en estas fechas.

La quema de la sardina y la pirotecnia, sencillamente espectacular. Habría que ir pensando en recuperar aquel “Testamento de la Sardina” que antaño se leía antes de ser quemada y vertidas sus cenizas en las aguas del río Turón. Por lo demás ya hay quien comienza a pensar en qué disfraz preparar para la próxima edición que esperamos ya con ansias.

© Carlos Vega Zapico,  Turón, Carnaval 2022