XXVI Certamen del quesu de Urbiés

PROGRAMA

Viernes 3.

Presentación del certamen (20:00). A continuación, lectura del pregón a cargo de Marcelino Gutiérrez, director de ELCOMERCIO. A las 21:30 horas, gran corderada y, después, verbena amenizada por el grupo Taxi.

Sábado 4

II Marcha BBT Alto Urbiés (9:30 horas). II Gran Tirada al Plato Alto Urbiés (11:00). Gran paellada (14:30). Verbena con las actuaciones de Orquesta Principado S. XXI y Costa Norte (23:30).

Domingo 5

Pasacalles (11:00). XXVI Certamen del Quesu y IV Mercáu Asturianu de Urbiés (12:00). Sesión vermú con reparto del bollo y puya’l ramu y comida homenaje con ‘bollu preñau’ (15:00).

ENTREVISTA A LOS GUARDIANES DE LA TRADICION

© MARÍA GANCEDO – MIERES – EL COMERCIO - 29 mayo 2016 

El Certamen del Quesu de Urbiés, que el próximo fin de semana cumplirá su vigesimosexto aniversario, se organiza a ratos libres «por teléfono y a través de internet», aseguran los tres treintañeros que se ocupan de todos los detalles para que se pueda celebrar desde hace cinco años. Daniel Fernández, Jorge González y Alberto González integran la directiva de la comisión de festejos.

«Cuando empezamos éramos cinco chavales, pero a medida que fue pasando el tiempo perdimos efectivos y ahora solo quedamos nosotros», explica Daniel Fernández, el único de los tres que reside en la localidad de Urbiés, donde tiene una empresa de embutidos. Jorge hace un año que vive y trabaja en Mieres, aunque el pueblo le tira mucho. «Siempre que puedo, subo», asegura. Y Alberto lo tiene algo más difícil. Hace un año también dejó Urbiés, en su caso para irse a vivir a Gijón por una oferta de trabajo en Avilés.

Guardianes de la tradición

A pesar del ajetreo diario y de no disponer casi de tiempo, las ganas de sacar adelante el certamen quesero pueden más. «Es un trabajo de todo el año para el que sacamos tiempo incluso de donde no lo tenemos», indica Daniel Fernández. El secreto está en la división de tareas. «Si bien hacemos todos un poco de todo, procuramos repartirnos el trabajo según lo que cada uno sabe o puede hacer mejor». Así, él, que con la fábrica de embutidos también hace repartos, se encarga de aprovechar los viajes para hacer el papeleo a principios de año. «Si tengo que ir a Oviedo, saco un poco de tiempo para ir a la Federación para solicitar los permisos para el tiro al plato y si tengo que ir a Mieres, me acerco al Ayuntamiento», cuenta.

Alberto González es informático se encarga principalmente de mover el evento en las redes sociales y del diseño de los carteles. «Me ocupo de todo lo que se pueda hacer por teléfono y vía internet», detalla. Y Jorge González, que coge «vacaciones durante el certamen», se encarga de organizar la quedada de BTT por los montes de la zona, una cita que el próximo sábado celebrará su segunda edición después del éxito del año anterior. «Participaron alrededor de setenta personas», indicó este aficionado al ciclismo.

Si bien no pueden verse por semana, su grupo de whatsApp echa humo a medida que se va acercando la fecha del certamen quesero. Hay que contratar a las orquestas lo antes posible. «Este año vienen tres: Taxi, Orquesta Principado y otra un poco más pequeña, Costa Verde». También hay que empezar a vender con antelación los vales para la cordelada de la primera noche, cuando tiene lugar la presentación del certamen quesero y la lectura del pregón –que este año corre a cargo de Marcelino Gutiérrez, director de EL COMERCIO–. También hay que prepararse para la paellada del sábado y los bollos preñaos del domingo.

Esta última jornada es, junto con la verbena del sábado, el que más afluencia tiene. «Si hace buen día viene gente de todas las partes de Asturias a comprar este queso único en el mundo, que se pone a la venta el domingo en el mercáu astur tradicional que se celebra durante todo el día», mantiene Jorge.

 «Es una fiesta muy completa», destacan sobre una celebración en la que no faltará la barra en la carpa del polideportivo. «Otros años la llevábamos también nosotros, pero para tres personas es muy difícil gestionarlo todo y la hemos vendido», apunta Alberto.

Y todavía hay más. No solo se encargan de la organización de las actividades, sino que también se remangan para poner a punto el pueblo.

Limpieza de caminos

A partir del mes de abril comienzan a juntarse «uno o dos fines de semana al mes» para desbrozar y arreglar caminos. «Tiene que estar todo en óptimas condiciones para que puedan pasar las bicicletas y además ya es una labor que queda hecha para uso de los vecinos», comentan.

Un trabajo duro, que implica mucho tiempo y también una importante inversión de dinero. «Sacamos fondos de la lotería de Navidad que empezamos a vender en octubre». También recaudan de las rifas de una cesta de productos asturianos que se sortea durante el último día, de los vales y de las inscripciones a las actividades.

Los vecinos colaboran con donaciones –no monetarias– para los premios de las competiciones y los socios con una cuota anual de diez euros. «Contamos con 370, pero cada año son menos los que pagan y al final tenemos que adelantar el dinero de nuestro bolsillo». Un dinero que en ocasiones no terminan de recuperar.

Tiempo atrás recibían subvenciones para la elaboración del queso, pero este año será la comisión la que compre las tarrinas para meter los elaborados de las queseras Ángeles Crespo y Luisa Fidalgo; «ellas son los únicos referentes que quedan ahora mismo». En la elaboración de los quesos prefieren no meterse, saben solo que «tiene que ser leche de vaca casina».

Recuerdan cómo hace años había muchos más queseros y en la localidad de La Colladiella se celebraban dos fiestas, pero «para tres personas solas ya es complicado sacar una». A pesar de todo, aseguran que seguirán defendiendo el certamen «siempre» que puedan. «El esfuerzo vale la pena solo por ver a la gente disfrutar; con ver al pueblo lleno de gente ya nos sentimos satisfechos», reconocen.

Los secretos de un manjar

La clave del queso Urbiés hunde sus raíces en la materia prima –leche de vaca casina– y, también, en las fases de la luna. Una vez obtenida la leche se deja cuajar durante cuatro o cinco días y se cuelga en unos paños para que vaya soltando el suero.

El proceso de maduración dura entre seis y nueve meses, periodo durante el cual hay que remover la pasta con frecuencia cada menguante para que el moho que se forma en la superficie se extienda homogéneamente.

Una vez que está madura se vierte esa masa en el recipiente final.

El resultado es un queso untoso de un olor muy intenso que tiene un sabor amargo, picante, astringente y ardiente.