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Setiembre 2015 : El Cristo de la Paz

Con las fiestas del Valle ocurre como con cualquier acontecimiento de nuestra propia vida. Las opiniones al final, más allá del optimismo inservible o del pesimismo estéril, son una mezcla de lo que se esperaba o lo que uno aportó con una gran dosis de nostalgia comparativa. Carlos Vega agradece la labor de los pocos que se mueven y plantea meritorias sugerencias para un Cristo mejor.

Recuerdos a media tarde

 

Como sucede cada año, desde tiempos perdidos en el pasado, Turón celebró, a mediados del mes de  septiembre, sus tradicionales Fiestas del Cristo de la Paz. No sé si mejores o peores que las de años anteriores, que para todo hay opiniones, pero ya digo yo que hay que agradecer a un reducidísimo grupo de personas el esfuerzo de programar, realizar y sobre todo “cuadrar cuentas” para que el resto nos dediquemos a disfrutar y sentados en cómoda silla “terracera”, en plena Veguina, nos dediquemos a dar “palique” a lo humano y a lo divino. Por aquello de recordar queda aquí una visión, personal y que bien pudiera ser transferible, de algunos actos realizados, tratando de seguir el programa aunque éste en demasiadas ocasiones no se cumpla y nos confunda a todos.

El Cristo de la Paz: Desconozco la antigüedad de la advocación del Cristo de La Paz como patrono de Turón. En su día publique aquella carta, fechada en 1858, en la que el entonces cura párroco escribe al Sr. Obispo de Oviedo y cita “un humilladero con una efigie titulada el Santísimo Cristo de la Paz”. El sacerdote solicitaba “licencia para levantar una Capilla en el mencionado sitio”. Sabemos que en aquella madrugada del 14 de septiembre de 1932 “unos desconocidos hicieron explotar unos cartuchos de dinamita destrozando la imagen del Cristo y el retablo”. La capilla, la que conocemos hoy en día, se reconstruyó en 1965. Aquí descansa el Cristo hasta que es trasladado a la iglesia  parroquial de san Martín  para la celebración del día 14.

El Cartel: Difícil papeleta la de Varela cuando año tras año la comisión de turno le encarga la confección del cartel festivo. Sé de buena tinta que ya no le quedan motivos que plasmar, no obstante, ahí están las referencias al Cristo, al pasado minero y a la tradición. Este año con una panorámica diferente de ese pozo San José que vemos como poco a poco, deudas aparte, va cayendo en el olvido de aquello que, en su día” estaba pensado como “referente cultural de Turón”. ¡Qué poco cuesta soñar en campaña electoral!. Con todo a Varela le queda cuerda y recursos para rato por lo que espero siga ofreciéndonos esos carteles que plasman la Historia de nuestras fiestas a todo color.

El Pregón: Posiblemente el acto más social de todas las fiestas como bien dijo Jesús, el presentador del acto, que va camino de convertirse en vicepregonero, con su buen hacer sobre el enorme escenario que algún día habrá que concluir. Desde hace algunos años vuelve a verse “de bote en bote” ese precioso salón del antiguo colegio La Salle, del todo infrautilizado y que podría dar mucho juego para dinamizar la vida cultural del Valle, ¡Lástima de edificio que se nos viene abajo! pero, ese es otro tema. En esta ocasión el encargado de anunciarnos las fiestas fue José Luis Tirador, hijo de Luisa y Braulio “el de la librería”, del 45 bajo derecha del viejo barrio de San Francisco, -mejor Los Cuarteles-. Y allí estaban sus amigos de juventud, Avelino, Pepín, Quique, Jamín, ¡todo un detalle!. Pero, José Luis, poco puede hacer por nosotros el Cristo, si nosotros mismos somos incapaces de unirnos ante problemas comunes y seguimos viviendo de recuerdos de aquel Turón que conocimos cuando éramos niños y del que nos negamos a afrontar de manera real y unitaria el futuro. Nadie regala nada y tú lo sabes bien. Pudimos ver, que, desgraciadamente, no escuchar, a Luis Alberto, el “fíu de Berto el confiteru”, esa voz de la que a través de las redes sociales nos enteramos que tan pronto está en América como en el norte de Europa o en África. Vamos, que no para y que sigue transmitiendo cordialidad y cercanía como cuando tocaba la gaita. En primera fila, media corporación municipal, con el alcalde a la cabeza, que bien podrían haber celebrado un pleno monográfico sobre el Valle. Allí estaba la familia Varela, al completo, que desde Bélgica viajan a Turón para no perderse los días festivos. Algún que otro expregonero/a, cosa que es de agradecer, puesto que una mayoría, recibido el oficial agradecimiento de la comisión festiva, perecen perder la memoria. Y, los ya clásicos presidentes de asociaciones locales entremezclados con algunos residentes fuera del Valle y a los que suele verse con cierta frecuencia cuando se trata de asistir a ciertos actos socioculturales programados a lo largo del año. También hubo destacadas ausencias, pero, cada uno es libre de asistir a donde quiere, aunque luego se tome Turón como bandera de “sentimientos localistas” ¡Faltaría más!.

Les carroces: Era en mi niñez uno de los platos fuertes del programa festivo. Cada barrio hacía su carroza y la sana rivalidad hacía que casi siempre ganase Vistalegre que parecía, por aquellas fechas, ser el barrio que más imaginación derrochaba, acompañado, sin duda, por el gran trabajo a desarrollar por los jóvenes, verdadero motor de todo el montaje. Con el tiempo fueron decayendo y creo que este año fue uno de los que menos público vi en aquella Veguina, antaño repleta de gente. Creo que debería hacerse una llamada a la participación de los distintos barrios del Valle. Desconozco los verdaderos motivos por los que año tras año disminuye esa colaboración y es posible que sea uno de los actos que haya de replantearse. Soy consciente de que cada vez somos menos habitantes y que la población está envejecida pero, no es menos cierto que hay gente joven que debe afrontar su grado de responsabilidad en todo cuanto se programe. Y, si no, tener la valentía del cirujano: “hay que amputar, de nada sirve alargar la agonía por más tiempo”. Quizás sea drástico pero, como dicen ahora: ¡ye lo que hay, amigu!.

Premios David Varela: Comenzaron con un ¡a ver qué pasa! Y ya en su Quinta Edición se han convertido en un acto clásico de nuestras fiestas. La idea de mantener viva los recuerdos de las personas mayores me parece fantástica. Ahora han de recoger el guante los jóvenes y mantener viva esa tradición que poco a poco se nos va perdiendo. La página “elvalledeturon.net” cada día innova para no quedar anclada. ¡perfecto! Y no es coba. Sólo falta que los turoneses se impliquen en hacerse partícipes activos de su propia Historia

El Bollu: tradición pura llena de olor y sabor. No puede haber fiesta que se precie que no termine con el “bollu preñau”. Tarde agradable, canción asturiana y muy buen ambiente ¿qué más se puede pedir?

Los Fuegos Artificiales: Sí ya sé que este año nos trajeron a todos en vilo. Hubo fallos de comunicación y otra serie de circunstancias que hicieron que tuviéramos de verlos al día siguiente del que estaban programados, pero, siempre vale más tarde que nunca, aunque estos “pequeños detalles” son los que hacen grande a una Sociedad.

A reconsiderar: En el programa, se anunciaba para el sábado 12 la final del II Concurso Gastronómico “Master Chef Turón”. La iniciativa había sido toda una innovación el pasado año y, cuando menos, resultaba un acto novedoso. Lástima que la falta de participantes obligara a los organizadores a suspender tanto la eliminatoria a celebrar en El Lago como esta final. Desconozco si el fallo fue de falta de publicidad, tanto dentro como fuera del Valle, o en la comodidad de “ver los toros desde la barrera” aunque sé, de buena tinta, que algún participante de la pasada edición se preparó, a conciencia. Espero y deseo que en ediciones venideras pueda tener continuidad como también la debería tener esa comida de confraternización que bajo el título de “Día del Turonés Ausente” no tenía más pretensión que sentarse ante unos granos de arroz, comer, charlar y pasar un agradable jornada rematada por el desfile de carrozas. Luego, tienes que escuchar las maravillas de esa “Comida en la Calle”, que se celebra en Avilés, de esa “Arrozada de Miranda” para nada menos que 3000 personas…

Las Fiestas del Cristo 2015 han terminado. Turón vuelve a la normalidad después de unos merecidos días de descanso. Es hora, para la Junta Directiva de SoTuFe de hacer balance. De mantener algunas cosas, quizás mejorar otras y ¿por qué no? incluir en el programa alguna innovación. La próxima edición se celebra el 50 Aniversario de la fundación de la Sociedad Turonesa de Festejo. Hay que sentarse, unirse y echar el resto. Queda tiempo para hacer las cosas bien y tengo conocimiento de que ya se piensa en ello. 50 Años, medio siglo ¡no se cumplen todos los días.

© Carlos Vega Zapico, Valle del Turón, setiembre 2015