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La pasión por mi valle

San Francisco


No podía haber nacido en un lugar más emblemático, los Cuarteles Viejos. Mi vida comenzó allí,  en 1969, en el  31 bajo derecha. Tuve una infancia feliz en ese barrio entrañable donde todos éramos como una gran familia. Guardo, como casi todos los que pisaron esas calles y vivieron en sus casas, unos agradables e imborrables recuerdos. Había un sentimiento de pertenencia particular. No salí del barrio hasta que me casé.

Antes de entrar en la mina, siguiendo el curso normal de la vida en el valle, estuve de DJ en el River's Club, donde conocí a una mocina de Villapendi que pasó a ser mi esposa en un año 1992 tan señalado en eventos importantes… como lo fue nuestra boda. Un año viviendo en la C/ La Paz, enfrente del colegio la Salle, y luego rumbo a Villapendi donde seguimos felices, disfrutando de un entorno ideal y disfrutando con nuestra familia y nuestro convecinos.

Pozu atardecer.jpgUna afición constante


Desde siempre, la afición por el arte en general, fue una constante en mi vida:  pintura, cerámica, manualidades y por último la fotografía. Llevo más de cinco años dedicando la mayor parte de mi tiempo libre a la fotografía, empecé con cámaras compactas y luego digitales. Pero es a partir de mi prejubilación cuando realmente decidí la actividad con más interés.

El vídeo es algo que nunca me llamó la atención. La fotografía sin embargo refleja y traduce perfectamente lo que siento y quiero en un momento determinado, algo así como cuando pintas un cuadro. La fotografía a pesar del paso del tiempo y de las nuevas tecnologías inmortaliza esos momentos que quieres conservar y trasmitir en una imagen. Un testimonio del instante para tu propia historia.

El paisaje tiene un atractivo particular para mí porque desde pequeño mi padre me llevaba al monte. Con el grupo de montaña San Bernardo, Pedro, padre de Sagrario, nos llevaba por La Llana el Cordal, Picu Cutiellos, Rozamayor etc. Años después sigo escapándome por el valle, con mi cámara, buscando lugares que aún no conozco. Aunque parezca mentira, en nuestro maravilloso paisaje, queda mucho por ver.

La luz y la lluvia


Tengo una debilidad fotográfica por los amaneceres y atardeceres. Son horas   particulares para hacer fotos mágicas,  instantáneas con luz distinta y especial. Siento lo mismo con esos días nublados y de lluvia tan característicos de nuestros pueblos.

De aquel paisaje blanco y negro que parecía acaparar nuestra mirada en el pasado han desaparecido las escombreras, las chimeneas echando humo sin parar y los caminos llenos de barro... Hoy todo es como una paleta de colores y sobremanera en el periodo otoñal. Con el paisaje disfruto del tiempo y de la luz,  con el retrato trabajo el instante, el gesto preciso y efímero.  

Mi inspiración surge del arraigo que tengo a mi Turón, sus gentes, sus paisajes, su fauna, su flora y el encanto de sus detalles… La poesía de mi pueblo.

Daniel González, Turón, noviembre 2013