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El arte de los recuerdos

Palabras de Evelia Gómez, Presidenta del Jurado, en la entrega de los premios del IV Certamen David Varela de relatos familiares

Antes de hacer entrega de los premios correspondientes al IV  CERTAMEN DAVID VARELA  DE  RELATOS  FAMILIARES, permitidme hacer una breve introducción, decir unas  palabras.

En primer lugar, queremos dar las gracias a todos ustedes, a todos vosotros por la asistencia a este acto. Creemos que con este certamen literario, con estos premios, estamos contribuyendo a enriquecer la excelente programación de estas fiestas patronales del Cristo de la Paz de Turón.

Agradecemos, muy especialmente, contar con la presencia de don    DAVID VARELA, patrocinador de estos premios. Él acude como cada año,  fiel a esta cita festiva. Fiel a este amor que siente por su pueblo, su querido pueblo de Turón y que, a pesar de residir lejos, en Bélgica, lo lleva muy cerca, en su corazón y  jamás lo olvida. También sabemos de sus desvelos en la elaboración una larga genealogía turonesa. Un trabajo que  ha sido reconocido muy merecidamente  con un premio nacional. Todo un orgullo para el Valle de Turón. Enhorabuena. Gracias, don David por esa entrega, por su generosidad y, quiero decirlo, por esa sonrisa suya, tan contagiosa, que viene a alegrarnos el día y la fiesta.

Para usted - y por la parte importante que también  le corresponde a su esposa, Amor,  y a sus hijos,  Jorge y Camille,  vaya  nuestro más cariñoso saludo y un especial reconocimiento.

Dicho esto, paso a felicitar a los verdaderos protagonistas: a los CONCURSANTES, a vosotros, chicos y chicas, jóvenes escritores turoneses, que os habéis esforzado en vuestros relatos, muy cuidados, muy expresivos y de un alto nivel. También es justo citar a don José Espiño, director del IES de Turón y a su equipo de profesores porque son motivadores y trabajan con los mismos objetivos que este certamen persigue y que como sabéis son: los de preservar la memoria colectiva del pueblo, despertar la creatividad y fomentar el espíritu crítico. Todos trabajamos por lo mismo: LA FORMACIÓN INTEGRAL DE NUESTROS  JÓVENES TURONESES.

LOS PREMIOS

 

En esta convocatoria, además de los tres primeros premios (están en las bases del concurso) daremos a todos los participantes un DIPLOMA y un pequeño RECUERDO (consiste en UN ATOMIUM, símbolo de Bélgica,  lugar donde reside don David y su familia. El Atomium es una construcción que reproduce la forma de un cristal de hierro ampliado en 165 millones de veces. Es una edificación levantada en Bruselas para la Exposición Universal de 1958. Resulta un edificio muy original formado por nueve esferas de acero de 18 metros de diámetro y es la gran  atracción turística de Bruselas).

Este diploma y el Atomium  reconocen vuestro trabajo y el valor de vuestro compromiso. Porque creo que debéis seguir escribiendo. Como alguno de vosotros dice:  “ME  QUEDAN  MUCHAS  COSAS  TODAVÍA  POR  CONTAR”.

Claro que sí. Hay que seguir practicando lo que Pelayo llama tan literariamente:  “EL ARTE DE LOS RECUERDOS”.

LOS JÓVENES DEL CARBÓN

 

Yo he disfrutado con vuestras historias -hemos disfrutado- A mí, particularmente,  me retrotraen a un tiempo de mi niñez que también pasé en este pueblo minero. Y es que el carbón imprime carácter a los que de alguna manera hemos vivido en él y de él.  Vuestros abuelos fueron  “NIÑOS DEL CARBÓN”. Pateaban los caminos de polvo negro llevando la comida a sus  padres a la mina.  También vosotros sois de una manera más o menos directa: “JÓVENES DEL CARBÓN”. Pertenecemos a la cultura minera, y esto, sabemos,  conlleva una manera solidaria de ser y de entender la vida.

Haré un breve comentario sobre vuestras narraciones. (Es casi una deformación profesional, pues he ejercido la docencia de la Lengua y Literatura en la Enseñanza Secundaria durante toda mi vida).

Sólo algunas CITAS, unas pocas, imposible señalar todas las que quisiera, me ocuparía demasiado tiempo y he de ser breve pues estaréis impacientes por conocer el fallo de los premios, es lógico.

Hay muchas alusiones a los tiempos de dificultades de todo tipo que los abuelos  vivieron, eran:

“TIEMPOS  DE  HAMBRE”. “CUANDO DESEABAS VOLAR…PERO LA LEY MANDABA LLEVAR LAS ALAS CORTADAS…”( Laura)

Y la abuela de Oscar repite:

¡AH, SI  HUBIESES  VIVIDO  LO  QUE YO! ¡SI HUBIERAS NACIDO EN MI  ÉPOCA! “SI ESE PLATO LO HUBIESE PILLADO YO…” 

 

LA JUSTICIA NO CADUCA JAMÁS

 

Y me llama la atención vuestro TONO REIVINDICATIVO (bueno, uno de los objetivos del concurso es  precisamente ese: despertar el espíritu crítico) y lo habéis cumplido bien.

Porque nada de lo que sucedió a vuestros abuelos os deja indiferentes. Fueron mineros, pero también había mujeres con trabajos en la minería, demasiado penosos, pero a las que hoy Laura compensa con esa expresión tan poética, y las llama “AMANTES DEL CARBÓN”. (Me encanta esta denominación) ¡Cuánto sugiere! Es para una larga reflexión. Pero no, no lo voy a hacer. No es el momento.

Y los duros trabajos: “ME NEGABA A QUE EL ESFUERZO DE TANTOS HOMBRES COMO MI PADRE SE VIERA TAN POCO RECOMPENSADO”. (Laura Fernández)

Contando sus historias particulares estáis poniendo voz a tanto silencio obligado. Pero, ahora sois jóvenes con memoria y ya sabéis que LA INJUSTICIA NO CADUCA JAMÁS.

Pero también hay lugar en vuestros relatos para los tiempos felices, los de la fiesta, las excursiones familiares al prau con la merienda  y el baño en el río. Para las historias de amor contadas principalmente por las abuelas: una huida a Francia, una abuela-cenicienta… son novelas reales. (Escriben Carlota y Violeta), Aida  llora de emoción cada vez que escucha la historia de su abuela. Fiestas, juegos, bailes, gaita para un difunto, (con el humor de Ángel)… En fin todo un mundo de experiencias vividas.

SOMOS LO QUE DEJAMOS EN LOS OTROS

 

Por eso NO DEJÉIS DE ESCRIBIR sobre esas  vidas individuales y anónimas. (La verdad que esos abuelos y abuelas deben estar muy orgullosas de lo que cuentan sus nietos). Son historias que van engarzando la genealogía familiar.

Por eso Pelayo dice: “SUEÑO CON QUE MIS RECUERDOS ALGÚN DÍA SERÁN OBSERVADOS Y DISFRUTADOS CON EL MISMO ENTUSIASMO CON QUE YO OJEO LAS FOTOS DE LA MUJER DE MI VIDA” (Se refiere a su abuela) (¡Qué afortunada abuela! Vaya piropo maravilloso de su nieto. ¡La mujer de su vida!  ¡Genial!.

Bien sabe Pelayo que todos nosotros, finalmente, estamos llamados a ser un recuerdo en aquellos que nos siguen. Así que al lado de tu frase coloco otra  de la escritora mejicana, Ángeles Mastreta, que dice más o menos lo mismo que él: “. LO QUE RECUERDAN DE UNO”.

Así que conocer el pasado no sólo debe ser un motivo de nostalgia, sino  una necesidad que nos sitúe más acertadamente en el presente. Saber de dónde venimos y cómo llegamos a ser lo que somos. Con ese conocimiento seremos más auténticos y más capaces de enfrentar nuestro futuro.

A propósito de esto, ROSALÍA MERA, este nombre no os sonará, pero si os digo que fue la fundadora de ZARA, junto con Amancio Ortega y que fue la mujer más rica de España ( murió el año 2013), era de origen humilde y con gran esfuerzo  consiguió su inmensa fortuna, sin embargo,  nunca hizo alarde de ella, ni se prodigaba por fiestas o televisiones. Ella que sabía de sacrificios y privaciones, cuando le preguntaban sobre ese retraimiento en la ostentación de su riqueza, respondía con un rotundo : “LOS ORIGENES MANDAN”  “NUNCA OLVIDO DE DÓNDE VENGO”                   

LAS VOCES DEL PASADO

 

Como nosotros, escribimos para no olvidar. Vuestras narraciones forman ya una  “ARQUEOLOGÍA LITERARIA”. Con ellas ponéis la vida de los protagonistas a circular por pozos, castilletes, bocaminas, trenes, lavaderos, vías, etc. Es decir, por todas aquellas instalaciones que forman la “ARQUEOLOGÍA MINERA” tan promocionada actualmente. Se está restaurando este patrimonio industrial para que la historia minera no caiga en el olvido. Vuestros abuelos fueron protagonistas en ese tiempo de apogeo del carbón. Mineros, mujeres obreras, campesinas o amas de casa vivieron, trabajaron, amaron y soñaron en este pueblo minero.

Y quiero terminar recordando y reivindicando la obra literaria de VICTOR ALPERI, un escritor de casa, mierense, que murió el año pasado (2013).   En una de sus novelas titulada “Dentro del río”, aborda con sensibilidad el tema histórico de la cuenca y la evolución de la minería en  la misma época  de vuestros abuelos o bisabuelos. Estructura la novela en torno a un diálogo entre un padre y su hijo. Busca el contraste entre dos tiempos: el pasado del padre y el más actual del hijo. Me recordó que también vosotros dialogáis con vuestros abuelos. (“Me lo decían mis abuelos”). Bueno, pues quiero terminar con la recomendación que hace el padre en su intento de que la historia no caiga en el olvido:

“TENEMOS QUE PONER ATENCIÓN A LAS PALABRAS ANTIGUAS, A LAS VOCES DEL PASADO”.

© E. Gómez, Turón, 14 de septiembre de 2014 .