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Ricardo, el guardián de Felguera

Descubrir un pueblo por primera vez, de la mano de Ricardo, su alma numantina, y de mi buen amigo José Luis, gran pateador y fotógrafo apasionado del valle, es una experiencia entrañable, inolvidable y hasta conmovedora. El sol acompañó el paseo y de repente todo se presentó casi perfecto en su quietud y en el ritmo pausado de sus vidas, las cosas y la gente: las casas elegantemente restauradas de Pandel, sus satisfechos propietarios, los hieráticos vigilantes de los huertos plantados en sus cayados y esos caminos alfombrados de castañes… Bajaban caballos y jinetes y Carcarosa seguía canalizando nuestra mirada y nuestros pasos. Y allí, detrás de una curvatura empedrada y sin nombre, el camino hacia nuestra terra incognita. “Ricardo Fernández González, hijo de Libertad y de Florentino, feliz morador de Felguera de Carcarosa”. Esta podría ser la tarjeta de visita del último vecino de ese puñado de casas solariegas que se disimulan detrás de esa curva discreta, subiendo de Pandel a Carcarosa. Ricardo con sus 61 años, último y fiel guardián de algo que no se resigna a ver desaparecer y minero durante 27 años, de Fortuna a La Rebaldana, tiene una memoria prodigiosa. Lleva los nombres grabados, con sus anécdotas, los de Carcarosa, los de Pandel, los de Pervaca…Ramón el de Nardina, el hermanu de Arcadio, Milde, Narda y Rosa casada con Lito el hermanu de Celso el de Carcarosa… Es una huidiza memoria necesaria. Él sigue allí por el “capital”, su ganado esparcido por los praos, hace el “sanmartín” con la ayuda de sus hermanos y aunque “acostumbrau y fartucu” de contemplar el valle desde el Collau hasta Villandio no deja de reconocer el encanto que tiene su Felguera de Carcarosa. Hizo su propia carretera en los años noventa y aunque su vida se ha vuelto más fácil no abandonará su casa hasta el último sueño. Así es su vida.
DSC01143.JPGApoyado en una portilla, sonriente y prudente en el contacto …

Seguramente se llama Felguera de Carcarosa porque está por debajo de Carcarosa… está entre Pandel y Carcarosa. Yo siempre lo conocí así. Vivían hasta seis familias, lo que parece poco pero tampoco había tantas casas, y a veces vivían bastante “amontonaes” en dos habitaciones. La gente era la de aquí de toda la vida pero también teníamos vecinos que eran de Galicia o de Portugal. Venían a hacer lo que hacíamos todos … (añade un gesto) trabajar en la mina. Pero reconozco que la mayoría de la pequeña población del pueblu éramos todos algo parientes.

Se le nota emoción en el recuerdo...

Mi madre era de aquí, se llamaba Libertad González, mi padre, Florentino Fernández, venía de enfrente, del otru lau del valle, Collau de Urbiés. Mi padre murió joven, con 69 años, después de haber trabajado mucho …mucho, en la mina y en el campo, cultivando la tierra y cuidando del ganao. Mi madre, de la que cuidé hasta el final,  murió con 91 años. En vida de mi padre ya éramos los tres únicos habitantes de estes cases. La gente empezó a marchar del pueblu hacia 1965, los que trabajaban en los pozos del valle se fueron a vivir más cerca del trabajo, de Pandel para abajo, otros que no eran de por aquí volvieron a trabajar a su tierra. Pero recuerdo que cuando yo tenía 6 o 7 años ya había marchado la mayoría…los últimos en irse… (no quiere equivocarse en el recuerdo) un portugués y la familia mía … menos nosotros tres, mis padres y yo. Era difícil pero cuando no se conoce otra cosa unu está muy apegau a todo esto. Nuestra vida, aunque bajásemos a la carretera para el trabajo y les compres, estaba aquí. De hecho vivimos muy felices y nunca nos faltó de nada.

No sé cómo se encontraron mis padres pero fuimos una familia muy feliz y tranquila. Y aunque eran tiempos complicados y duros nunca pasé fame porque mis padres trabajaban mucho. Tengo dos hermanos más…yo me quedé por aquí, lo mío era esto, los otros dos estudiaron y salieron.
 Curva a Felguera.jpg
Se encienden sus ojos… ¿nostalgia o picardía?

La escuela nunca fue algo que me gustara. Seguramente por eso me enraícé aquí e hice toda mi vida afincau en esti pueblín… Fui poco a la escuela de Pandel … en la casa de Flora con Carmina, una maestra pequeñuca. Recuerdo sobre todo la escuela de Carcarosa a la que asistí un poco más. Aunque lo que me salvó fue que mi padre me mandase a clases particulares allí en Carcarosa, por la tarde, con un matrimonio de maestros. Yo iba a la escuela con una botella de leche en la mano pa vendela, había que aprovechar el “viaje” y sacar algo de dinero. Pero a mí lo que me gustaba era el ganao y disfrutaba mucho ayudando a mi padre.
 
Salen palabras de satisfacción...

La carretera o lo que hace función de carretera hasta aquí la hice yo en 1996. Estábamos un poco aislados, aunque estuviésemos bien. Ahora subo en coche hasta aquí. Esto da autonomía y cambia la vida pero yo ya tenía coche. Subía por la carretera de Carcarosa y lo dejaba aparcado cerca del lavaderu.
 
Mira a lo lejos y mostrando un sendero ahogado por la maleza, enumera los recuerdos fatigosos y festivos

Antes… todo se hacía andando o a caballo. Por el camín llegábamos a Pandel y de allí a San Andrés o al economato de La Rebaldana. Volviamos con todo lo necesario para algunos días. En Pandel y en Carcarosa sobre todo podíamos comprar alguna cosina…vino cuando se vaciaba el pellejo… pero lo esencial venía del economato. Había que salir de aquí, bajar y subir…pero bueno eso era lo que hacíamos todos, fuese para el trabajo, para las compras u otras necesidades.
Carcarosa.jpg
Recuerdo el ambiente del pueblu cuando era pequeñu, tendría unos seis años… aquel grupo de críos…éramos casi todos primos…y nos divertíamos con poca cosa…creo que disfrutábamos más que ahora. Les fiestes de tambor y gaita eran en Carcarosa, festejando Santa Ana. También recuerdo a Manolete y a su acordeón en aquella “pista” donde se hacía la verbena.

Nuestra vida giraba también alrededor de los animales, la época de la siega, les castañes… (el gesto de la mano y la sonrisa en los ojos acompañan la palabra) … ¡Claro que éramos felices!
 
El tono se hace más pausado y la palabra reviste pudor.

Para salir de aquí había que estudiar. Mi hermano Florentino por ejemplo estudió su carrera en Burgos y ahora, aunque vive en Gijón, trabaja en Oviedo...¿La familia? Bueno tampoco tengo tanta… Vivo solo pero tengo una hija que reside en Barcelona y ya tengo un nieto que nació en agosto de este añu. La comunicación ahora ya nun ye problemática. Comunicamos a menudo…
Vuelve al pasado y el verbo recupera vigor...

Dejé de vender leche pa la lechería y fui pa la mina. Era un trabajo más seguro y que pagaba mejor. Eran momentos en que se encontraba trabajo sin dificultad, se podía escoger. Hoy está todo más complicao. Yo trabajé arriba en Fortuna y luego me pasaron al pozu Santa Bárbara…también me acuerdo de Podrizos y de les mules. Lo mío fue y sigue siendo en Felguera vista aerea.jpgparte eso,  la mina y el ganao...les vaques. Si sigo aquí es porque tengo algo de ”capital” y hay que cuidar por ello.Seguramente lo hago más por ocupación que por necesidad. Ahora se necesitan tantos trámites para todo que a veces paso más tiempo con la carpeta debajo del brazu que con les vaques. … Sí que me entretiene todo eso pero también da trabajo. Hay que dar de comer a los animales y realmente no vives del ganao, hay que comprar “piensos”…no siego, compro leche, poca, la necesaria para el café…Pero esta es mi vida, el sentido de mi vida es esto….aunque cueste a veces.
Muestra orgulloso una foto aérea de Felguera "comprada bastante cara", dice, hace años. Sus palabras son sencillas, emotivas y convincentes...

Si tuviera que hablar de Felguera diría que no sé´qué tien pero que me apegué a esto y que no me arrepiento…No es porque yo piense que sea el más guapu de los pueblos aunque tien encanto y está muy bien situau, protegiu, casi escondiu. Mucha gente del valle, creo que la mayoría, no sabe dónde queda esto, además, subiendo por la carretera de Pandel a Carcarosa, en la curva que viene hacia el pueblo, no hay ni un cartel que lo indique. Algo olvidados por el Ayuntamiento sí que estamos. Para muchos, el pueblu tiene encanto...como estoy en él parezme normal.. (se interrumpe y desnuda su corazón) … pero sí ... sí es un lugar agradable y tranquilo. Mi madre aquí fue feliz y eso ye importante pa mí.
Mira a su alrededor y piensa sus palabras…algo quedará dentro, seguro.Ricardo oval.jpg

Hace unos años hubo gente interesada por alguna de les cases, madrileños. Ahora aunque algunas estén bien por fuera (vuelve a pasear su mirada por el pueblo) …por dentro están casi cayendo…o sea que hoy costaría mucho rehabilitales y para pasar un fin de semana sin garantía de buen tiempo… en estos pueblos, más o menos abandonados, va cayendo todo y la inversión es muy grande…. (insiste) Pero la gente, para cuatro días de verano y un fin de semana… (vuelve a pasear su mirada a lo lejos) …si hay buen tiempu todavía pero si no, cuando llueve y que está esto muy cerrado, comprendo que haya que estar muy convenciu o apegau a ello para seguir por aquí. Pero esto es el pueblo, mi pueblo.
Se cierra el gesto y cuestan las palabras...
 
Es verdad que a veces me pregunto qué va a ser de esto. Muchas casas son de parientes míos, hoy de algunos nietos. Trabajar la huerta ya poca gente lo quiere hacer… Futuro complicadísimo… ya lo es para Turón …aquí peor. Cuando se terminaron les mines se acabó todo, les bienvenides jubilaciones arreglaron na más que el presente.. Pero bueno no habrá que perder la esperanza.. Algo pasará…. Yo… si puedo, seguiré en Felguera hasta el final, porque es mi vida.
 
Nos fuimos discretamente, como llegamos, casi disculpándonos por la molestia, ahí quedan Ricardo y Felguera...la fusión entre un hombre y su pueblo.


Entrevista realizada por Jorge Varela para elvalledeturon.net, Turón, noviembre 2011