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Rafael Menéndez - El camino de Roma lleva a Turón.

De Lena a Roma y de Roma a Turón… Don Rafael Menéndez Albuicet es un sacerdote que en cada destino tiene una visión clara de la labor que puede realizar. Llega al valle para dar estabilidad a dos de sus parroquias, San Martín y Santa Bárbara. Su nombramiento acaba pues con la fragilidad de una situación que los feligreses asiduos de los dos templos vivieron con doble preocupación: la ausencia de una vida pastoral asentada y el deterioro del edificio emblemático de la iglesia de La Felguera. Nuevo en Turón, sí, pero no por ello desconocedor del valle, del municipio y de sus retos pastorales. Recuerda con cariño que dos curas oriundos de Villapendi, Don Ramón y Don Javier, contribuyeron de manera importante a su vocación y a su formación como sacerdote. Esta designación para él tiene pues un cariz providencialista, ”por eso, dice, este nombramiento en Turón significa algo muy especial para mí, si vengo a Turón es por algo y los retos no faltan, por supuesto”. El estado alarmante del edificio requiere efectivamente una intervención urgente. Este avilesino de cuarenta y un años, con raíces familiares valencianas que pasó doce años en Lena y tres en Roma, recuerda que el primer acto que tuvo, después de ser ordenado, fue en esta zona del Caudal sustituyendo al capellán de Murias, Don Ignacio Llorente, en uno de esos días dramáticos y difíciles de olvidar: la trágica muerte de de los doce trabajadores checos. Los primeros contactos de este hombre abierto y de diálogo han sido calurosos y el recibimiento por tanta gente “comprometida con su fe” alentador. Repite, una y mil veces, que ha venido a Turón “ con afán de servir, de ser útil de alguna manera” y piensa que en estos momentos socio-económicos complicados” es necesario aunar esfuerzos para salir de la crisis, de las crisis, y que los valores espirituales pueden ayudar”.
Don Rafael MENÉNDEZ ALBUICET, cura párroco de San Martín de Turón
 

Después de un vaivén desalentador, nuevo cura en Turón … ¿por mucho tiempo?
 


Me gusta que cuando me nombran para algún destino, me digan cuanto tiempo voy a estar para que tenga una visión de la labor que puedo realizar. Así ocurrió cuando estuve en la zona de Lena y así fue con mi estancia de tres años en Roma.

Yo vengo a Turón con intención de estabilidad. Soy consciente que desde que murió don Manuel en el 2001 hasta ahora Iglesia interior.jpghubo quizás demasiado movimiento de sacerdotes. Eso fragiliza la relación y crea inseguridad entre los feligreses. Es necesario crear estabilidad y confianza para llevar a cabo proyectos en la parroquia.

Como persona y como cura soy bastante providencialista y creo que hay razones para que yo esté aquí. El cura por el que yo entré en el seminario es de Turón de Villapendi para ser más exactos. Don Ramón fue profesor mío en el Instituto de la Luz y fue por mediación suya que entré en el Seminario. Pero además, coincide que el último proceso de formación que tuve en el Seminario fue con otro cura, también natural de Villapendi, don Javier. De ahí que tenga unas buenas relaciones y que sienta cariño por ellos. Por eso este nombramiento en Turón significa algo muy especial para mí. Si vengo a Turón es por algo: Dios algo quiere de mí, aquí y los retos no faltan, por supuesto.
 

¿Cómo son los nombramientos para una parroquia?
 


Como todos sabemos, los curas se hacen mayores y las vocaciones han disminuido. Ahora los obispos están muy limitados a la hora de los nombramientos. Sin embargo, es obvio que evalúan la personalidad de los candidatos y la necesidad concreta de la parroquia que se intenta cubrir.

En mi caso, cuando volví de Roma, había unas vacantes y vieron la parroquia en la que encajaría. En un primer momento tuve que ayudar, como dos meses, al párroco de la Calzada mientras se recuperaba de problemas de salud. Luego vinieron las conversaciones con el obispo auxiliar que me propuso dos parroquias aquí en esta zona y al final se decantó por Turón. Estoy convencido que es una decisión muy acertada.

 

Turón…¿Algo desconocido para usted?

 

La Crucina.jpgDesconocido no, pero del valle sabía muy poco. Estuve doce años en Lena y la primera vez que pisé suelo turonés siendo sacerdote fue para el funeral del querido don Manuel en 2001. Lo que sí descubrí con sorpresa, seguramente como muchos más, es que Turón como tal no existe, que es un río con un valle y que lo forman pueblos y barrios. Me encargan de dos parroquias Santa Bárbara y San Martín. Una vez el nombramiento oficial, vine a Turón acompañado por un guía estupendo y conocedor del pueblo y de su gente, don Ramón. Hice tres visitas importantes y cargadas de simbolismo el templo, el cementerio y la ermita del Cristo de la Paz. Ese fue mi primer contacto.

La gente con la que hablé me acogió con generosidad y afecto pero no faltaron esas inevitables palabras de ánimo, entre deseo y preocupación. “que sea por mucho tiempo y a ver si arreglamos la iglesia que esto se está cayendo”. Así recibí, en directo, dos de las líneas de actuación de mi misión aquí.
 

Gente pues preocupada, pero también comprometida ¿no?


Sin duda alguna. Yo no esperaba nada en concreto al venir a Turón porque vengo sobre todo con afán de servir, de ser útil de alguna manera. Lo que veo y siento es mucho aprecio por parte de la gente, noble y buena. Los fieles, los que acostumbran asistir a la iglesia me dieron una buena acogida y me transmitieron su deseo de estabilidad. Creo que si eso es muy importante en la vida, lo es también en la labor espiritual, lo entiendo perfectamente.

Sí noto, al hilo del cambio de cura, del deterioro del templo y de una población cada vez más envejecida, una bajada en la asistencia a los oficios. Para nuestra maravillosa gente mayor comprendo que las malas condiciones y la incomodidad por el frío les haga buscar otro sitio o que se queden en casa. Pero sé que están comprometidos con su fe y que en cualquier momento puedo contar con ellos.
 

Cristianismo para mayores…¿y la juventud?


Bueno ese es un tema que transciende el valle, es una situación generalizada. Hay una gente joven que ya no conoce la iglesia o que la conoce de oídas. Quizás conozcan al Jesús histórico pero no al que ha dado, se crea o no se crea, gran parte de los valores de nuestra sociedad occidental. Unas generaciones que sin conocer o conociendo poco, rechazan de plano la persona de Cristo y su Iglesia. Respeto la diversidad de opiniones pero me cuesta comprender el Rafael dando misa.jpgrechazo. En cualquier cuestión es importante respetar, conocer, antes de rechazar. Pero este cambio sociocultural es algo más amplio. ¿Cómo llegar a esas generaciones sin que te muestren rechazo? Es tarea ardua, pero no imposible.

Vivimos en un momento en que es necesario aunar esfuerzos para salir de la crisis, de las crisis, y los valores espirituales pueden ayudar. En momentos en que el asociacionismo estaba prohibido, la iglesia, aquí en Turón, dio acogida a muchos colectivos para que pudieran llevar a cabo la organización de sus reivindicaciones. Don manuel siempre defendió una iglesia para todos y de todos. Olvidar eso sería pura ingratitud.
 

Y lo de la sotana, de vez en cuando, … ¿conservadurismo…?


Entraríamos en el cliché, porque sé que la misma crítica existe con o sin sotana. Creo que la gente es bastante adulta para valorar y respetar la persona , no la sotana. En estos años de sacerdocio, que sea de paisano, de clériman o con sotana, allá donde serví, me esforcé en que viesen a la persona, siempre abierta al diálogo en cualquier momento, porque esa es mi personalidad y esa es mi misión.

A veces me preguntan si soy del Opus. No lo soy, pero también añado que la sotana no es exclusiva de la Prelatura, no hay que encasillar a la Iglesia con cierta ideología. La Iglesia es una comunidad que transciende, está por encima de ideologías políticas. La esencia misma de la fe es la relación personal con Dios y desde Él, al hermano, eso es lo importante.

En mi labor de párroco no puede haber exclusión alguna, mi ayuda, nuestra ayuda, va a todo necesitado sea cual la ideología o la religión que profesen, como se ve en la labor de Cáritas parroquial. Lo que está claro para mi es que el cura no puede ni debe decantarse por ningún partido político porque esta actitud puede ser excluyente y choca frontalmente con su labor espiritual. Creo que si en algo tiene que ser “conservadora” la Iglesia es en el depósito de la fe que es lo suyo.
Iglesia grietas bóveda.jpg

Pero no hay Iglesia sin templo… y éste se viene abajo.


Ante una situación tan alarmante, preocupante y peligrosa, lo primero que hemos hecho fue formalizar una comisión de estudio que dio la relación de los desperfectos y valoró en 265.000 euros los gastos de la reparación. Es verdad que esto viene de lejos. Las primeras grietas fueron provocadas por la minería, como en muchas viviendas, pero es que ahora la peligrosidad viene por arriba. Los escombros del tejado hacen peligrar las bóvedas y pueden hacer que haya desprendimiento de alguna que otra piedra. El tejado necesita una intervención urgente.

Seguramente los turoneses de aquí y de la diáspora y los fieles pueden aportar una ayuda, pero es muy difícil que la parroquia pueda afrontar sola tal proyecto y presupuesto. La gente está bien dispuesta pero no son momentos de gran bonanza económica. Se hizo un rastrillo y se sacaron 2000 euros, todo un esfuerzo que hay que agradecer, pero tenemos que contar con el Arzobispado como titular y Hunosa como empresa explotadora del carbón para poder llevar a cabo esta reforma necesaria.

Tenemos pocos edificios en nuestro Patrimonio Histórico, éste, aunque no muy antiguo, está entre los más simbólicos. Para miles de turoneses es la iglesia de todos los recuerdos, de los grandes acontecimientos de la vida. Es algo de todos.
 

¿Un mensaje para los turoneses?

Iglesia laterla.jpg
Con todo el respeto a los que no profesan la misma fe quiero que mi mensaje no sea exclusivo. Mi atalaya es la iglesia y solo puedo hablar desde ese ámbito. No nos cerremos a la acción de la Iglesia, a la acción de Dios. Juan Pablo II decía que había que “abrir las puertas a Cristo, no solamente las del corazón sino la de todos los sistemas económicos y políticos”. Benedicto XVI lo repite con otras palabras: “Dios no nos quita nada, nos lo ha dado todo”.

Esa es mi fe y mi actitud cristiana. En estos momentos de tanta crisis, económica, espiritual, moral, hay incluso crisis de esperanza y eso es dramático. A veces es difícil entrever la luz pero tiene que existir y existe para que podamos avanzar con esperanza. Los cristianos sabemos que después de la cruz, vino la resurrección y la luz.

Ni la fe ni ninguna ideología quitarán los sufrimientos de la vida, o las dificultades inherentes a nuestra condición humana pero sé que la fe nos ayuda, no a resignarnos, pero a aceptarlos y a vivirlos de otra manera. El evangelio es una utopía…pero es una utopía de superación, de esperanza. La Iglesia no quita nada, al contrario, añade a su manera, con gente buena y dispuesta, a la labor infatigable de tantos colectivos y fuerzas vivas turonesas. 

 

Entrevista realizada por Jorge Varela para elvalledeturon.net, Turón, junio de 2011
Fotos Carlos Vega Zapico