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Una ermita para un pueblo, La Crucina.

CAPILLA DE LA CRUCINA


Crucina.jpgEn el Valle de Turón ha habido a lo largo de la historia dos centros de peregrinación que han destacado por encima de todos los demás. En la antigüedad más remota fue el de los niños mártires Justo y Pastor; en época más reciente ha sido desplazado a favor del de La Crucina.

El origen de este santuario, situado en Sobrepuenes y del que pasamos a ocuparnos a continuación, se remonta al último tercio del siglo XVI. Por entonces, constaba apenas de una diminuta cruz depositada en una especie de hornacina.


La fiesta de esta capilla que se celebraba el 14 de septiembre ( Exaltación de la Santa Cruz) adquirió, cuando agonizaba el reinado de Fernando VII, un carácter popular sobrepasando las previsiones. Si a ello añadimos que la fiesta principal de la feligresía se venía conmemorando, desde siglos atrás, el día de S. Martín con un tiempo frecuentemente desapacible, había que plantearse un cambio de patrono hacia el verano aunque pesaron como una losa la tradición de un milenio. Y ahora era una ocasión única si se aprovechaba el “tirón” del santuario de La Crucina, cuya festividad suscitaba una llamada multitudinaria. Algo así debió de pensar el párroco D, Joaquín López,que inauguró la capilla en 1858 ,siendo visitada durante el verano, por la reina Isabel II, la cual conocedora de la notoriedad de este recinto sagrado, a su paso por Ujo para tomar los baños en Gijón, ordenó que su comitiva se trasladase a nuestro Valle para arrodillarse ante la imagen del Crucificado.

La ermita fue bendecida en solemne función religiosa el día del Cristo de la Paz y el párroco aprovechó este evento para solicitar al Obispo el mantenimiento de esta misa anual, así como también el cambio de patronazgo a dicho día. Y fue de esta manera como, a partir de entonces, los turoneses comenzaron a celebrar sus fiestas más importantes el día 14 de setiembre de cada año.


Concluiremos esta breve aproximación al santuario, señalando que esta capilla tenía una puerta porticada con un murete de piedra coronado por una cerca de madera que le confería un aspecto rural y entrañable. Lamentablemente esta fábrica fue demolida hace ahora unos cuarenta años, alegando fallos en su estructura a causa de las minas (*), suplantándola por otra de factura más moderna.

 

(*) Realizó la obra José Rodriguez. integrante de una familia de prodigiosos canteros, completada con sus hermanos Emilio y Ramiro, procedentes de Pontevedra, que intervinieron en el levantamiento de numerosas edificaciones de sillería, destacando las iglesias de S Martín v de Santa Bárbara.


Datos aportados por Manuel Jesús López “Lito”. WWW.LITOWEB.ES