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Paseando por Villabazal

Camino real...

 

Villabazal_el_bollu_2010.jpgEl viejo barrio de Villabazal acaba de celebrar sus tradicionales fiestas de San Roque y la Magdalena. Buen motivo para, partiendo de La Cuadriella, recorrer aquel “camino real” que antes de la construcción de la actual carretera (1892-1902), pasaba por entre sus estrechas callejuelas, nada distintas de las todavía hoy existentes.

Uno, sube, con cierta frecuencia, por la Tabliza donde se encuentra con Villasoñada construida por Manolín “de Duviges” (Manuel Fernández Suárez, 1883-1967) popular personaje del pueblo y primer turonés que llegó a ostentar el cargo de alcalde del Concejo de Mieres en 1916, y, sin darse cuenta, después de recorrer visualmente Los Barracones, El Cantu, Sesnendi (empeñados desde hace tiempo en darle el nombre de Barrio de Salamanca), San Francisco, la antigua vega de La Veguina (no debe olvidarse que pertenecía a Villabazal) y, al fondo, Villapendi, llega a La Fontica. Aún quedan, aquí, restos del mundo rural de antaño y pueden observarse clavos de madera en las viejas techumbres. Una pena que la vieja casa en cuya fachada puede leerse la inscripción “HIZOSE EL AÑO DE 1793” esté a punto de dar con sus ya cansadas piedras en el suelo. Entre los escombros, acumulados en su interior, otra cita epigráfica: “AVE MARIA PURISIMA Villabazal_piedra_vieja.jpgSIN PECADO CONCEBIDA Año de 1973”. En un lateral de la misma ya no puede leerse la cita de “ QUOZ DABIS ABEBIS”. El desgaste del tiempo acompañado por los juegos infantiles la han hecho desaparecer. ¡Que dirían Trina y Quino si pudieran contarnos las viejas historias de cunado regentaban el bar existente en la planta baja!.

 

Paso por Masuries, junto al antaño “prau de la fiesta”, propiedad de “los Cadenas”, que año tras años cedían la finca para la celebración de la popular fiesta y donde siempre encuentro alguno de “los Saavedra”, con quien es grato compartir un rato de buena charla. Recorro La Carbonera, paso por La Galpillera, por Torones, por Lo Meo y bajando por La Langariella llego al Nozalón donde estuvo situada la vieja capilla que los lugareños levantaron en honor de san Roque y la Magdalena y de la que tengo constancia, al menos, desde finales del siglo XVII. ¡Pena de espacio público ocupado por una mole de hormigón desaprovechado y cada vez más reducido!. Desde aquí, pasando por La Nozaleda llego a La LLera de Villabazal hoy conocido como “El Centro” donde en animada tertulia doy cuenta de unos buenos culetes de sidra. Atrás queda la portilla que cerraba el “prau de la vega” y que hoy conocemos como El Parque: la presa que llevaba el agua al “molín de Galán” y/o “les güertes de La Veguina”. Aun quedan quienes recuerdan “aquel Villabazal_panoramica.jpgviejo barracón de madera que con el nombre de Cinema Froiladela estaba situado en el lugar en que hoy se encuentra el edificio de Telefónica. Por entre la separación de les tables veíamos los guajes algunes escenes antes de que nos echasen casi a pataes”.

Villabazal, que, probablemente, surgiera como aldea alrededor de importantes caserías y del que conocemos que ya en 1880 contaba con unas 60 familias, sigue el ejemplo de la lenta agonía del Valle aunque sus viejas casas dieron paso a modificadas construcciones que nada hace recordar aquella descripción de Sandalio Suárez (1896-1971) en su obra “Mineros de España” en la que aparecen algunas “lindezas” como las que siguen: “ Turón era en aquella fecha de 1923 un barranco mal oliente por el exceso de población, acumulado allí durante la guerra del 14 al 18… Mi hospedaje en Villabazal, era una casita reducida, atendida por una anciana muy meticulosa, empeñada en combatir, en lo que cabía, el círculo de podredumbre que rodeaba su casa y las restantes. El caserón que estaba frente a mi residencia, separado por un camino pestilente por las basuras al mismo arrojadas, contenía unos 25 huéspedes…”. Hoy, nada hace recordar aquella descripción de Sandalio y nuevas y confortables edificaciones van cambiando el viejo barrio que año tras año, gracias al trabajo comunitario ve, por unos días ,volver a los lugareños de la diáspora que fueron a buscar asiento en Mieres, Oviedo, Gijón y tantos otros lugares a los que la “gran familia” se extendió,

Carlos Vega, Turón, agosto de 2010