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Carlos María Ydígoras, mil vidas para un escritor

Carlos María Ydígoras se licenció en Derecho, fue navegante, minero, traductor, periodista, combatiente y, sobre todo, escritor. Se dedicó a la literatura "gracias a la guerra y a la cárcel" porque en una prisión argentina comenzó a escribir su propia historia. De regreso a España, trabajó en las minas asturianas, en el pozo San José (Turón), experiencia que noveló en un libro, verdadero canto a los mineros, publicado en 1961: Los hombres crecen bajo tierra. Por este vínculo literario con Turón entra en la galería de nuestros escritores.

Carlos María Ydígoras, mil vidas para un escritor.



© Paula Chouza, 19 julio 2010, El Páis

Estudios, guerra y escritura

Carlos María Ydígoras se licenció en Derecho, fue navegante, minero, traductor, periodista, combatiente y, sobre todo, escritor. Se dedicó a laCarlos María Ydígoras - HCBT.jpg literatura "gracias a la guerra y a la cárcel" porque en una prisión argentina comenzó a escribir su propia historia. Lo publicaba El País Semanal en 2000. Tenía solo 16 años cuando decidió combatir en Rusia con la División Azul, los voluntarios españoles del Ejército alemán en la II Guerra Mundial. "Me falsifiqué la autorización de mis padres", reconocía en aquella entrevista. Nacido en Burgos el 14 de septiembre de 1924, el escritor falleció el 18 de junio de 2010 en el hospital de Cantoblanco, en Madrid, después de haber sufrido una neumonía.

Ydígoras, una vez licenciado en Derecho, se instaló en París para estudiar Investigaciones Diplomáticas y allí empezó a vender periódicos, a traducir y a dar clases de español. Aprovechó los intercambios estudiantiles para viajar por toda Europa hasta enrolarse en Génova como marinero en un mercante nórdico. Luego llegó la escritura.
 
De Argentina al pozo San José

A mediados de los años cincuenta se trasladó a Argentina, donde vivió tres años y publicó su primer libro, Algunos no hemos muerto, producto de sus reflexiones bélicas. "En la guerra ves lo peor y lo mejor del hombre", decía a EPS. "Si casi dan ganas de decir que la guerra es bonita, si no fuera tan jodida (...) Allí en Rusia aprendí a fumar, no había fumado en la vida; aprendí a beber, no había bebido en la vida, y aprendí a joder, no había jodido en la vida. Esas iniciaciones te dejan marcado de por vida". Confesaba además la pérdida de su fe religiosa: "Resultó que me dejé a Dios en la estepa. Después de ver tantas barbaridades, tantas muertes, miré para arriba y dije: 'Coño, ¿infinitamente bueno?... Eso no puede ser, aquí hay un error".

De regreso a España, trabajó en las minas asturianas, en el pozo San José (Turón). Un canto a estos profesionales es su obra Los hombres crecen bajo tierra publicada en 1961. Después de esta etapa volvió a viajar. Esta vez por países como Tanganica (la actual Tanzania), Nigeria, Estados Unidos o Irlanda del Norte. Como periodista fue corresponsal en la guerra de independencia de Congo y reportero para Pueblo, Arriba e Informaciones.

Entre sus obras están los títulos Kio o un 10% de absurdo; Cuando el miedo llama a un hombre (vivió con pescadores de Lanzarote y escribió la historia); La colina del árbol (adaptada como guión cinematográfico y rodada por Luis Lucía como Grandes amigos en 1967) o Secuestro de un papa muerto. En América contra América, publicada en 1982, Ydígoras denuncia la colonización cultural del "Gobierno yanki". "Quieren hacer del continente latinoamericano unas nuevas Filipinas", decía durante la promoción del libro en EL PAÍS. Desde Francia, su único hijo, Carlos, cuenta que su padre "peleó siempre contra la injusticia, especialmente contra la influencia de EE UU en un tiempo en el que era la referencia mundial y criticarlo resultaba muy peligroso".
Hombre de izquierdas

Carlos Ydígoras Revenga, nacido del matrimonio entre el escritor y Thoenis Olga María, retrata a su padre como un hombre "de carácter fuerte, un luchador hasta el final. Peleó para ser respetado y porque se respetase la justicia. Rechazó todo puesto en cualquier partido político porque quería estar libre de toda influencia en su vida". Ydígoras se reconocía "de izquierdas": "Aunque no tenga carné de nada, por indisciplina". Entre las publicaciones de la hemeroteca de este diario figura una carta al presidente Felipe González de 1988 en la que decía: "Que el Gobierno que usted preside a veces acierta y otras no queda fuera de duda; que en su partido surgen de cuando en cuando bocazas, también".