Todo lo que soy es el fruto de mis vivencias en el valle
Autobiografía y reportaje "Al dormirse Turón..." por José Luis Gómez Vegas.

Llevaba tiempo recibiendo sus fotos y sus montajes PPT, sin saber quién era y sin conocer la verdadera motivación a tal profusión de instantáneas de los mil y un rincones del valle. Me imaginaba un personaje mas bien solitario, profundamente enamorado de su tierra y disfrutando de largos paseos por el valle, contemplando cada detalle, sintiendo emociones y queriendo retener esos momentos para compartir con sencillez y casi con fervor lo que más conoce, su pueblo: Turón. Mi encuentro con José Luis confirmó eso y mucho más. Es la historia de un hombre modesto, discreto y apasionado, con un turonismo a flor de piel. "Cámara libre" pues a este nuevo colaborador ,
Jorge Varela
De Las Hurdes a la cuenca minera
Mi autobiografía no podía pasar por alto esas raíces extremeñas que me vienen por mis padres, Teodoro

De Vistalegre a Los Barracones
La infancia fue alegre y despreocupada. Todo transcurrió por las calles y caminos de Vistalegre, la Calellina y la Crucina. Tiempos felices que me llevaron hasta Párvulos en el colegio del parque, antes de pasar a cursar 6º de EGB en la Cuadriella. Allí terminó la que fue mi relación poco amorosa con los estudios. El dejar los libros no tenía muchas alternativas o mejor dicho, en mi caso, solamente una: buscar trabajo. Y así fue como pasé por las duras tareas de la construcción y el trabajo pesado con los madereros. Luego vino el paréntesis de la mili, y a la vuelta, tras el obligatorio reconocimiento médico, mi entrada en Hunosa en 1987 y la mudanza al barrio San José o Los Barracones donde sigo viviendo. La vida en la mina no fue fácil. Transcurridos unos años una artrosis degenerativa puso fin a mi actividad minera, con un retiro bastante prematuro.

El paisaje como pasión
Pero esa parada laboral afortunadamente me dio alas para recorrer muchas zonas de Asturias con la cámara en mano, fotografiando esos bellos rincones de nuestra región. Mi gran afición es sin lugar a dudas la montaña. Pertenezco al grupo de montaña San Bernardo de Turón desde hace 40 años y con él he recorrido y pateado nuestros espléndidos parajes.
Mi afición por la fotografía viene de lejos. Con seis años ya le insistía a mi padre para que me comprase una “máquina de hacer fotos”. La verdad es que mi deseo se cumplió muy rápido. Al cumplir los siete años me compró una cámara en casa Pepín el fotógrafo. Era sencillita pero suficiente para empezar a hacer mis pinitos con ella. Fotografiaba todo y poco a poco fui corrigiendo mis propios errores. Pasaron unos años, me compraron un aparato mejor y los clichés fueron mejorando. Así llevo más de 39 años con la cámara en mano, capturando lo que veo y que me emociona.

Mis lámparas como tributo a los mineros
Para ser completo también tengo que añadir otras dos aficiones, seguramente de temática alejada, aunque yo sí les encuentro alguna explicación, los bonsáis y las lámparas de mina. Con los primeros llevo casi 20 años y seguramente me llenan por ese amor que tengo a la naturaleza. Las lámparas de mina, cuya colección también empecé desde niño, están cargadas de historia, ligadas a esa minería en la que yo me moví y que es parte de nuestra vida. Voy recuperando lámparas por el valle para queden aquí y que sirvan de testimonio de nuestro pasado. Es una colección que he ampliado bastante con adquisiciones en otros países mineros.

Turón es mi mundo. Nací, crecí, trabajé y sigo viviendo en él. Todo lo que soy es el fruto de mis vivencias en el valle. Yo no sabría vivir en otro sitio. Es mi paraíso, mi fuente de inspiración para la fotografía. El trabajo que hago lo dedico todo a él y aunque mi aporte sea modesto, me esfuerzo en dar a conocer en todas las partes del mundo, gracias a internet, el verde paisaje de nuestro valle que he recorrido de un lado a otro.
Cuanto más pateo por los caminos, entre Polio y Cutrifera, más me sorprendo de la cantidad de rincones tan hermosos que tiene. Mi querido valle de Turón, siempre va conmigo en el alma y en el corazón.
Los Barracones, enero de 2011