Susana Pérez-Alonso, una vida con sentido.

Susana Perez-Alonso es poco partidaria de biografías y de poner en un papel supuestos honores. Nace en el seno de una familia de clase media en Asturias y realiza sus primeros estudios en la escuela pública de su pueblo, Turón, en plena cuenca minera asturiana. De ahí quedarán grabadas muchas de las imágenes que después refleja en sus libros. Posteriormente se traslada de población y pasa a estudiar en un colegio religioso hasta su entrada de nuevo en la enseñanza pública antes de su llegada a la Universidad en donde realiza estudios de Derecho, Filosofía y termina la Diplomatura en Graduado Social, conocida hoy en día como Relaciones Laborales siendo experta en Derecho laboral y Sanitario. Es igualmente Procurador de los Tribunales. Nunca se dedicó a escribir hasta que hace aproximadamente diez años decidió cambiar de vida y dejar su despacho, entre otros motivos por temas de salud, ya que padece una enfermedad genética grave y como consecuencia de ella no se prodiga ni en el trabajo ni en actos sociales. Huye de las reuniones literarias y de los círculos sociales cerrados. Fundó la Asociación de Usuarios de la Sanidad, la primera que existió en España, colabora en campañas de Donación y Trasplante de Órganos, fue Secretaria del Consejo de Salud del Principado de Asturias, y en la actualidad es miembro nato del mismo. 

Fue una de los integrantes de la Comisión de la Memoria Histórica de la ciudad de Oviedo, encargada de inventariar los símbolos de la dictadura franquista en dicha ciudad y se le concedió la Medalla de Bronce de Oviedo. Militante del PSOE fue sancionada por criticar la falta de libertad de expresión dentro de su formación política y por denunciar públicamente que en la actualidad la democracia no deja de ser una especie de ópera bufa, por opinar que quien dirige los destinos del mundo son las multinacionales que están suplantando el poder de los Gobiernos. No estando conforme con la sanción acudió a los Tribunales de Justicia buscando amparo a este derecho fundamental. Ganó en primera instancia y en la actualidad está a la espera de que el Tribunal Supremo de España dicte Sentencia sobre este caso. Abrió la vía a muchos militantes de todos los partidos políticos españoles ya que fue la primera demanda presentada y ganada en España por este motivo.

Socialdemócrata convencida y militante, antinacionalista a ultranza, luchadora infatigable contra la especulación urbanística, las nucleares, el poder de la industria farmacéutica, la armamentística… tiene muy presente sus orígenes y nunca pierde el pasado de vista: Biznieta de judíos centroeuropeos que construyeron fábricas de vidrio en Asturias y que llegaron a esta tierra huyendo de los progromos que padecieron durante siglos. Su padre era hijo de un militar republicano y parte de su familia vive en Francia, nunca regresaron del exilio. La mitad del año vive en el campo apartada de todo menos de sus árboles, sus plantas, su familia y sus perros. Hace dulces, mermeladas y licores y escribe. Siempre dice que el mundo ha dejado de interesarle, que no tiene remedio, pero no aguanta a la tentación de opinar a la menor oportunidad.

Colaboradora de diferentes medios de comunicación (El Mundo, Cadena Ser, Cope, Onda Cero, La Nueva España, La Voz de Asturias etc) Siempre dice riéndose (con un deje de tristeza) que los únicos que han respetado sus opiniones y su libertad han sido los curas,  en referencia a la cadena COPE. El resto de trabajos los perdió por negarse a cambiar sus artículos o por no querer variar sus opiniones. En definitiva, los lectores devoran sus artículos, sus libros y el poder la detesta. Suponemos que algún motivo existirá para ello. En algunas cuestiones, para Susana Perez-Alonso no existe el gris. Nunca. En la actualidad mantiene una página web www.susanaperezalonso.com/ , un blog barbijusticiera.blogspot.com/en el que expresa sus opiniones, tiene una página en Facebook y un canal en Youtube. www.youtube.com/user/BarbiJusticiera Insiste en que no tardarán en cerrarle todas las vías de internet, que la red perderá su libertad en poco tiempo.

© Literatura en movimiento