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Casa y carbón, los Cuarteles

Los cuarteles y sus variantes, como más tarde las colominas, fueron parte de nuestra historia, dibujaron nuestro paisaje y formaron núcleos importantes de población minera. Eran mundos aparte ideados por los industriales del carbón para albergar a sus obreros y tenerlos al alcance de sus explotaciones. El estudio de su desarrollo e implantación en la Cuenca y en nuestro valle en particular realizado por la doctora y profesora de la Universidad de Oviedo, Covadonga Álvarez Quintana, hace más de treinta y cuatro años, detalla sus orígenes, tipología y finalidades. Con esta publicación condensada y al alcance de cada turonés añadimos al homenaje recordado por la historiadora María Fernanda Fernández “ reconociendo, como dice, la dificultad añadida de convertir lo que has vivido en objeto de estudio y hacerlo con rigor, objetividad y maestría”.

CASA Y CARBÓN

Covadonga Alvarez Quintana

 

 

 

La vivienda industrial histórica (1880-1936) es en Asturias dominantemente vivienda minera y patronal. Ello porque la minería y minero-metalurgia han sido los motores y sectores dominantes de nuestra industrialización, y porque únicamente las grandes empresas y sociedades de este ramo han resultado ser las mayores promotoras de alojamientos. En torno a este cauce del Caudal que atraviesa el concejo de Mieres y a los otros dos ríos (el Aller y el Lena), que al unirse lo forman, fue consolidándose durante el último cuarto del siglo XIX una concentración de sociedades mineras y derivadas (Fábrica de Mieres S.A. en 1879, Sociedad Hullera Española en 1892, Hullera de Turón en 1890, Minas de Figaredo, Electra del Viesgo, etc.) de entre las que dos, las primeras, detentaron en fechas distintas el mérito de ser las más importantes empresas regionales.

 

La comarca del Caudal y el alojamiento industrial histórico

Sólo tres cuestiones pueden ser suficientes para aproximamos al concepto del alojamiento industrial histórico de Occidente, y con él al minero de la comarca del Caudal: jerarquía, economía y estrategia para el incremento productivo.

Jerarquía

La plantilla de productores es una pirámide definida por categorías profesionales: desde el obrero (base) al ingeniero-director (vértice), pasando por obreros especializados, empleados y técnicos medios.  La vivienda traduce con literalidad la existencia de estas castas profesionales: mayor superficie habitable, distribuida incluso en más de una planta, a más categoría profesional; multiplicación y especialización funcional del número de piezas, en vez de la cocina y los dos o tres dormitorios de las familias productoras  de base. Estandarización edificativa y agrupaciones habitacionales, en mayor o menor número, frente a los diseños únicos y viviendas unifamiliares aisladas de jefes o altos empleados con parcela de uso privado y recreativo (jardín).

La habitación industrial es un fenómeno constructivo anónimo, al que sólo contraría la vivienda de directivo, que como del edificio administrativo de servicios de la empresa coinciden en ser los únicos proyectados con rúbrica de ingeniero y/o arquitecto.

Economía

El ahorro, por ejemplo,  alcanza a la superficie construida de que dispone cada familia, distribuida por lo general en una sola planta. Se prescinde de piezas que no alberguen funciones de primera necesidad --caso del pasillo. salón o comedor, despensa, despacho y desván  de desahogo; todas ellas presentes en las casas de altos empleados y directivos-respetándose dos únicas estancias: la cocina y los dormitorios, estos últimos en número de dos a tres por lo general. Ello intensifica la función de la cocina.

Además el emplazamiento de la vivienda suele estar a pie de factoría o bocamina, allí donde los solares resultan ser mucho más económicos que los urbanos, además de ser propiedad de la misma empresa. Aparte de disciplinar, la vecindad de domicilio y centro laboral interesaba al empresario por evitarle el suministro de un sistema de transporte o, en su ausencia, asumir el bajo rendimiento de una plantilla que realiza diariamente largos trayectos desde su casa al trabajo. Excepciones en su momento fueron ciertas intervenciones en el poblado dirigido de Bustiello y  algunas otras de relativa modernidad como las barriadas de S. Francisco  y S. José de Turón, de 1915-21 y 1928-32 respectivamente; y el barrio de las Vegas en Figaredo,  de 1920-23.

La ley económica repercute también en el desinterés por el diseño, el estilo y la ornamentación de la habitación obrera que debe de ser sana, cómoda y económica.

La aparición en la vivienda obrera junto a los materiales tradicionales (barro cocido, madera y piedra), de otros nuevos de ellos derivados (mosaico, cerámica vidriada, maderas decoradas, piedra artificial, etc.) y hasta entonces privativos de la arquitectura burguesa coetánea, se detecta en la comarca del Caudal y en el tema de la habitación no antes de 1898, en la Hullera Española primero y en la de Turón después; adelantándose en la vivienda de jefatura o propietario. pero generalizándose posteriormente a las de las secuencias más bajas de la jerarquía empresarial.

La vivienda como estrategia para el incremento productivo

Una de las funciones que tradicionalmente viene asignándose a la habitación industrial es el de favorecer el incremento productivo al combatir dos de las lacras que menoscababan el rendimiento laboral del proletariado: la enfermedad y las malas costumbres. A ambas favorecían las pésimas condiciones del alojamiento de masas (realquilados, hacinamiento) generadas por la contradicción interna del capitalismo, al concentrar la mano de obra sin concederle  habitación.

El tema de la moralidad que tanto preocupó a patronos y empresarios, y dentro de ella la lucha contumaz contra la promiscuidad  de sexos, decidió que la vivienda dispusiera al menos de tres dormitorios (respectivamente para los cónyuges, hijos varones y mujeres), sino del par de ellos necesario para la división. A este mismo concepto se debe también el que cada alcoba tenga su acceso independiente, hecho que se constata en más de un noventa por ciento de las viviendas estudiadas en esta muestra. Por su parte, a postulados higienistas de aplastante insistencia y no menos interesada vocación  corresponden  los alojamientos  con al menos dos fachadas  a  la  calle, lo  que  permite  el  establecimiento  de  corrientes  de aire, la presencia  de una  ventana  por pieza,  la correcta  orientación,  y una media de superficie útil por vivienda de relativa suficiencia.

 

TIPOLOGÍAS DE LA VIVIENDA MINERA (cuenca del Caudal)

A pesar de los inflexibles y limitados principios enunciados que rigen la habitación industrial , sorprende de ésta la pluralidad de variantes y riqueza de tipologías. Cada uno de este par de prototipos dispone a su vez de variantes y derivados, se mezcla en mixturas o establece con otros formas de transición.

 

EL CUARTEL

Su condición de prototipo por excelencia  del  alojamiento  industrial, más el hecho de que por sí solo contabilice más del cincuenta por ciento del total de las tipologías registradas en esta comarca del Caudal, justifica su referencia en primer lugar.

Hemos definido el cuartel minero de esta comarca como un modelo de alojamiento colectivo y económico, indisoluble del acontecimiento industrial histórico y por tanto de procedencia exterior. Además de ello, tres puntos más de carácter morfológico completan la definición: la presencia del corredor como forma de acceso colectivo a los pisos altos - la configuración volumétrica a la manera de un prisma estrecho, alargado y bajo - la presencia de más de una planta edificada.

El corredor, elemento atractivo de esta tipología, supone solamente una de las dos formas de acceso colectivo al conjunto habitacional, a las viviendas  de la planta  baja se entre directamente por la acera situada bajo aquél. El corredor se dispone siempre en la fachada principal del prisma edificado. A él se accede por una escalera, también con él adosada, pero esta vez a una de sus medianeras. El corredor es así una forma, además de adosada, cubierta; de transición entre la vivienda y ]a calle, polifuncional: acceso colectivo a la vivienda, tertulia, secado de la ropa, etc.

Además del corredor, resulta característico del cuartel minero de la zona su disposición en forma de una pastilla de notable mayor longitud que anchura y altura, con cubierta a dos aguas y caballete paralelo a la fachada. Esta particular combinación de proporciones resulta de la disposición alineada de varias viviendas por planta entre dos y siete por lo general-, a modo de celdas que se vuelcan a la calle directamente, o a ésta a través del corredor. Cada familia del cuartel dispone de una media de unos cuarenta a cincuenta metros cuadrados útiles, repartidos en cuatro piezas (cocina y tres dormitorios, más raramente cinco) alojadas una en cada esquina del cuadrado aproximado en el que la planta se inscribe.

El cuartel parece haber sido hasta 1905 aproximadamente la forma de alojamiento de obreros especializados y empleados medios. De las grandes empresas mineras de este valle sólo una, Fábrica de Mieres, desestimó el cuartel como modelo de alojamiento para sus productores, no tanto por criterios habitacionales precisos como por no haber domiciliado más que a la plantilla más cualificada. La iniciativa privada por su parte también construyó según esta tipología, pero siempre en menor número y riqueza de subtipos que las otras dos grandes sociedades, la Hullera Española y la de Turón.

El cuartel adosado

El modelo más característico en la agrupación de cuarteles es el de un conjunto de unidades exentas y alineadas. No hay modo de que un cuartel se adose a otro por la medianera, sólo sería, en este caso, un cuartel más largo, pero sí de que lo haga por uno de sus dos muros largos, configurando entonces ésta muy curiosa tipología de la que en toda la comarca sólo ha aparecido un ejemplar construido alrededor de 1915, en plena época alcista del carbón y por tanto también de la inmigración a los centros hulleros.

Cuartel-casa de escalera

Su modelo, sino más económico sí más evolucionado y práctico, acabó imponiéndose entre 1915-21 y 1920-23 respectivamente para los barrios mineros de San Francisco y Las Vegas. ambos promocionados por la Hullera de Turón y prototipo del nuevo cuarte. El acceso por portal y escalera, con viviendas a izquierda y derecha, permitió un cambio distributivo y una mayor amplitud en las casas, sin que por ello se perdieran parte de los puntos definitorios del cuartel: volumen en forma de pastilla alargada, alojamiento  colectivo de densidad  importante  y presencia de corredores, si bien estos aparecen ya privados de la función de acceso y convertidos en balconaje corrido de uso  individual.

 

LA BARRACA

La barraca, vivienda económica unifamiliar y de una sola planta, aparece en fechas recientes (entre 1915 y 1920 aproximadamente) combinada con un cuartel escasamente ortodoxo.

Una de las características de la barraca es su vocación asociativa a otras unidades, formando agrupaciones pequeñas, no superiores a las cinco o siete viviendas. También existe homogeneidad en el empleo y disposición de los materiales (mampostería en muros, ladrillo macizo en el recercado de los vanos y esquinas, madera en la carpintería y estructura de la techumbre, teja árabe en la cubierta), y en la planta de cada casa que, sin variar sustancialmente de la de cada célula habitacional del cuartel, adopta la misma forma aproximadamente cuadrada y las cuatro piezas interiores de aquél.

En la comarca del Caudal la barraca se distribuye en dos zonas bien diferenciadas: en el valle de Turón, donde aparece promovida por la empresa de su mismo nombre, y en el ya referido entorno de las parroquias de Mieres, La Peña, La Rebollada y Ablaña, lugares en los que responden a intereses inversores exclusivamente privados, derivados precisamente de la restringida política de alojamientos de la que fue la más importante em­ presa siderúrgica del país. En este área de influencia industrial de la Fábrica de Mieres, y a tenor del déficit de vivienda, encontró el particular un campo propicio para la construcción de alojamientos modestos y elementales, de escaso riesgo inversor y asegurados beneficios.

El barracón de madera

Más interés que los primeros, que aunque de previsible gran antigüedad, posiblemente ya fueron adquiridos por la Hullera Española a los concesionarios anteriores,  fueron después reconstruidos en fábrica por la empresa, guarda el único ejemplar que sobrevive ruinoso en Turón a un conjunto compuesto por seis filas de tres barracones de madera adosados. Estos vestigios materiales y otras pistas filológicas, por ejemplo el calificativo de tabla que acompaña  aún hoy a algunas construcciones, apuntan a una tipología de vivienda,  presumiblemente  frecuente en los orígenes del desarrollo minero, que favorece el ahorro del promotor tanto por consistir en una sola planta  (economía en cimientos, accesos a los pisos altos y en materiales en general) como por el empleo de madera (tablazón al exterior en muros perimetrales, ripia al interior y en tabiques) en vez de fábrica, lo que favorece la rapidez de su construcción aún a costa de acentuar con ello su precariedad.

 

VIVIENDA UNIFAMILIAR ADOSADA (de más de una planta)

Curiosa tipología en verdad, tanto por su limitada aparición, no de número, pues asciende éste a un total de noventa y cuatro viviendas, respecto al cuartel o la barraca, como por la peculiaridad  de sus características. Construcciones en dos momentos diferentes, en la década de 1880 las Piezas, Lago y Repipe; de 1900 en adelante los ejemplares conocidos como de Tropel, La Central y La Cuadriella, facilitándose así una evolución en dos tiempos, al cabo de la cual el modelo deja de repetirse. Se mantiene con firmeza el destino a empleados de las dos intervenciones de Fábrica de Mieres, así como de las más modernas dela Hullera de Turón, dudándose en cambio de la categoría profesional de los alojados en Repipe y Lago, aun cuando nuestra sospecha recaiga también a favor de productores cualificados.

Al igual que el cuartel, es este modelo de alojamiento colectivo de altura superior a un nivel (por lo general planta, piso y a veces buhardilla), dispone como él también en ocasiones de un corredor o galería de cristal en el primero.

La Hullera de Turón, cuya escritura fundacional data de 1892, construyó setenta y cuatro viviendas en total de esta tipología, distribuidas en distintos puntos, pero siempre en vecindad con las bocaminas.

Unos  veinte-veinticinco  años  después,  en  el  transcurso  o inmediatos años del primer período expansivo de la minería asturiana, la misma Hullera de Turón volverá a construir dos conjuntos de viviendas para empleados,  para  las que retoma,  reinterpretándola,  esta  tipología  de vivienda. adosada  de más de una  planta que, a juzgar  por su reutilización, parece haber resultado satisfactoria  a la empresa. Los cambios introducidos casi duplicaron  la superficie habitable por planta, incluyendo un pasillo distribuidor que la atraviesa de atrás a adelante. Además de este pasillo, de una escalera con hueco amplio y propio, y de cuatro huecos en vez de los dos pre­ cedentes,  cada  nivel  diversifica  y especializa  las funciones en sus piezas (cocina, comedor, despacho y dormitorio en el bajo; cuatro alcobas en el primero). Al lado opuesto del patio de servicio de que dispone cada casa, y ante la fachada principal,a tres crujías, en vez de las dos de la versión más antigua, suele disponerse un pequeño jardín  decorativo, sin precedente tampoco en la anterior variante tipológica, aunque no ajeno al concepto de terrace inglés, cuya referencia aquí avala la condición de filial que la Hullera de Turón mantuvo respecto a otra empresa naviero-siderúrgica bilbaína, muy vinculada al Reino Unido.

VIVIENDA DOBLE

Desde que la Exposición Universal de París de 1867 difundiera el modelo de casita rodeada de jardín adoptado por la Société Malhousienne des Cités Duviéres, ésta se convirtió en figura estelar del alojamiento patronal. Ahora bien, al hecho de que críticos, teóricos y alto personal de la empresa (médicos e ingenieros) le mostraran su adicción. no elevó el número de realizaciones. Así se comprende que sean muy escasas las copias conservadas de este modelo en la comarca del Caudal.

Tanto el modelo de La Malatería, propiedad en su día de Fábrica de Mieres, que lo debió erigir hacia inicios de 1890, como las casitas de Bustiello, de construcción en triple fase entre 1898 y 1917, o las tres muestras de la Hullera de Turón con fecha de 1930 son ejemplos de viviendas dobles, no unifamiliares, aunque también aisladas o adosadas y con disponibilidad de un pequeño huerto y jardín particular.

 

CASA DE VECINDAD Y CASA UNIFAMILIAR AISLADA

La casa de empresa unifamiliar, aislada y cerrada sobre sí misma es privativa del ingeniero-jefe o del propietario, y desde los años veinte incluso de técnicos medios. Su porcentaje es por tanto insignificante en el conjunto censado, sin que esto impida diferenciar con precisión dos momentos. Hasta  la Gran Guerra, la casa de la máxima jerarquía  empresarial, la   llamada popularmente gerencia o casa de ingeniero, hace al exterior uso de los mismos materiales, formas y recursos compositivos y estéticos que el resto del conjunto habitacional. Unicamente la superioridad de dimensiones, el emplazamiento aislado y el disfrute de una parcela mayor transmiten la representatividad deseada. La gerencia de la Hullera Española en Ujo, o la casa que fue del famoso ingeniero Del Riego en La Cuadriella de Turón sirven de ejemplo a lo referido, a la vez que se contraponen al modelo que se construye durante y después de la eclosión carbonera de 1914 a 1917. El chalet de Mario Manzano, pequeño propietario minero de Ablaña, el de la familia Figaredo, el más moderno de los de Bustiello, o los dos regionalistas desaparecidos recientemente en La Cuadriella de Turón reproducen con textualidad temas, formas y estilos arquitectónicos vigentes en la sociedad burguesa del momento.

 

© Covadonga Àlvarez Quintana para www.elvalledeturon.net  -  Abril 2021