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Entre frixuelos y disfraces

La historia no solo está en los libros, hace tiempo que Carlos Vega lleva la crónica del pueblo insertada en la mente. Sobran pues los archivos, aunque muchos tiene, para que el desfile casi cronológico de los eventos turoneses irrumpa en el presente dando legitimidad a su observación. Justa distancia, clara prudencia y una mirada detallista y discreta a la que poco se le escapa. Disfrutó de los frixuelos y se evadió con el carnaval. Son palabras sopesadas que denotan cariño y preocupación por un valle que nunca dejará de habitarle. Y como la amistad sigue siendo su motor, no podía faltar el breve reconocimiento a los recientes “Mierenses del Año”, Mari y Julio, gloriosos y dulces confiteros.

Entre Polio y Cutrifera

 

Carlos Vega Zapico

 

Entre Frixuelos y Disfraces

 

Pasé la última quincena del mes de febrero en Turón, lo que me permitió conocer de primera mano esas “Xornaes del Frixuelu Rellenu” que en su tercera edición aun mantiene el colorido cartel del amigo Varela y a las que en años anteriores no había podido asistir por encontrarme fuera del Valle. Pese al poco tiempo que quedaba, probé gran parte de los “salados y dulces” frixuelos que se ofrecían, todos me resultó materialmente imposible, sacando algunas conclusiones personales que llamaron mi atención y que, por estar escritas y firmadas con nombre y apellidos, no tienen más pretensión que tratar de poder colaborar con ediciones sucesivas.

De mano, he de decir que me encantó el detalle de un establecimiento que presentaba, en una sencilla pero cuidada tarjeta,  el nombre y composición del frixuelu, todo un detalle que para el cliente supone conocer los elementos del producto a degustar sin estar continuamente solicitando información. Lástima que detalles así no se unifiquen por todos los establecimientos participantes. Por lo demás, deseo larga vida a esta iniciativa hostelera aunque a mirar el número de participantes en tan pocas ediciones, el pesimismo haga de las suyas, una vez más, y no de la impresión de estar las cosas muy claras de cara a ese incierto futuro que nos espera. Al final, el sabio parecer del jurado y del propio público fue el encargado de denominar los mejores y animar a aquellos que quedaron en puertas. Si de algo sirve y sin ánimo de emplear el incienso, todos cuantos probé estaban deliciosos. Ánimo y a aumentar la participación en próximas ediciones, señal inequívoca de que alguna vez el esfuerzo se ve recompensado.

Y así, con el estómago repleto, sin darnos cuenta y con un tiempo que más parecía plena primavera  Turón se dispuso a celebra por todo lo alto su particular Carnaval. Fueron los colegiales quienes se encargaron de poner esa primara piedra festiva en la mañana del jueves 21 de febrero en un animado desfile por La Veguina lleno de colorido e imaginación.  Trenes infantiles, robots y hasta fregonas pusieron la nota de alegría en una mañana que terminó con la quema de la sardina cuyas cenizas fuero depositadas en el río Turón para que sus aguas las depositaran en el Cantábrico allá por san Esteban de Pravia. Mientras tanto, eran varios los establecimientos comerciales que alegraban su decoración exterior con motivos carnavalescos como prolegómeno del gras “Desfile Carnavalero” celebrado en la tarde del sábado 22 del febrero que tiene los días contados. Sonaba el “rum, rum” de que sería espectacular  y a decir verdad creo que no defraudó a nadie.

Atrás, en el recuerdo, queda aquel 1981 en que a iniciativa de la entonces Hostelería de La Veguina se intentaba recuperar los tradicionales Carnavales que tanto prestigio y fama dieron, en otros tiempos, a nuestro pueblo. Pasaron luego a manos de la Asociación Turonesa para Mejoras del Valle, de 1984 a 1989, para, a partir de esa fecha  ser la Sociedad Turonesa de Festejos que por aquellas fechas presidía el desaparecido y recordado Arsenio quien iniciara un nuevo rumbo que   llevaron la celebración hasta nuestros días. Ya lejano, en el tiempo, queda aquel martes 3 de marzo en que niños y mayores salieron a la calle animada por el desparecido Grupo de Danzas de Turón bajo la dirección de Monchu y por la que Baquero al tambor y Varela al saxo pusieron la nota musical de una festividad que daba sus primeros pasos decidida a mantenerse en el tiempo. Nada queda de la “Murga de Bautista” o “Los que Faltaban” ni de aquellas letrillas que se cantaban un tanto picaronas en tiempo de holhanza. A la sardina ya no la acompaña los secos toques de tambor salidos de las manos de Juanito Barreiro ni la corte de plañideras enlutas que lloraban de manera desconsolada su próximo y fatal desenlace a manos del fuego en el parque turonés. En el camino del tiempo pasado fue quedando aquel pregón que, entre otros, pronunciaron Manolito Baquero, José María Pellanes, Miguel Olivar o Marcelino Camporro; la popular “esquela” que anunciaba el fallecimiento de “Doña SARDINA fallecida a consecuencia del IVA Carnavalero” ni tampoco volvió a leerse su “testamento” que preparado por Rofervi, con fina ironía hacía un repaso a todo lo acontecido durante el año y aprovechaba para pedir solución a los distintos problemas del pueblo, era leído por el popular Luis Candanal. Los tiempos han cambiado y eso no admite discusión alguna ni en tiempos de Carnaval por lo que siguen teniendo pleno valor aquellas palabras de Sabi del Viso: “Cada pueblo debe tener el antroxu que se merece. Por una razón sencilla: es una fiesta únicamente basada en la participación de la gente. Por eso en el carnaval no influyen los dineros ni la pobreza personal. Los festejos son únicamente problema de imaginación”.

Llegamos al martes de carnaval cuya tarde estaba dedicada a los más pequeños. Pese a que se anunciaban lluvias, el tiempo, siempre benévolo con le grey infantil permitió que éstos hicieran su tradicional desfile y llenaran el polideportivo de alegría y colorido. Había de todo: policías, extraterrestres, marcianos, hadas, piratas, piterpanes… que disfrutaron de lo lindo sin recordar que al día siguiente había que madrugar para ir al cole. Aún a sabiendas que las siguientes líneas pueden ser mal interpretadas por unos y criticadas por otros, sin que a mí me afecte la presente opinión, creo que los niños y niñas que participan son todos merecedores de premio. Primero por ser participantes y segundo por evitar, cosa que su corta edad no les permite entender, esa competitividad y subjetiva opinión sobre los premios. No sería mejor, para todos un chocolate con churros o bizcochos, como así se hizo, por poner un ejemplo, que un trofeo o un diploma que antes de salir del recinto deportivo ya está roto. Sólo se trata de una simple opinión personal, claro que ahora como ya molestan hasta los voladores y los gastos de cualquier celebración, como para atreverse a opinar sobre nada. En fin, nota alta para las celebraciones celebradas en el Valle a lo largo del mes de febrero

Queda un año para el próximo Antroxu, un Carnaval especial puesto que se cumple el XL Aniversario de esta celebración en Turón y bien merece un esfuerzo tanto de organización como de participación. Estoy convencido que los dinámicos organizadores de SO.TU.FE. no escatimarán esfuerzos e imaginación, de lo demás, el pueblo tiene la palabra. De momento, recordemos la presente edición que nos presentan “Los Danis” con esas máníficas instantáneas a las que nos tienen acostumbrados. El Carnaval, El Antroxu ha muerto con la llegada del Miércoles de Ceniza. ¡Viva el Carnaval, Viva el Antroxu!.

Pero, con todo, necesitaba Turón una noticia que hiciese despertar ese sentimiento que parece dormir en lo profundo de cada uno de sus habitantes y que en ocasiones aparece con el beneplácito de unos y otros. Y la noticia llegó “oficialmente” a medio día de martes de carnaval cuando en el Ayuntamiento de Mieres, nuestro Ayuntamiento, se hizo público el fallo del jurado de los Premios “Mierense del Año” y se conoció que uno de los galardones había recaído en la sin duda “pareja más dulce de Turón”: Mari y Julio ó Julio y Mari, por aquello de la igualdad, que durante más de un cuarto de siglo llevan endulzándonos la vida en esa Confitería La Gloria. ¡Qué Gloria de Confitería!. Merecido reconocimiento que viene a sumarse al de otros turoneses que en su día vieron recompensada su labor por esas Asociación presidida por “Tito”. El 3 de abril ahí estaremos para testimoniaros nuestra amistad. Hasta entonces seguir endulzándonos esa cotidiana vida siempre acompañada de vuestra sonrisa.

  © Carlos Vega Zapico,  Valle del Turón, marzo de 2020