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María Fernanda o la emoción de Pozu Espinos

“Esa moza sabe más de la mina que un mineru”, así de rotunda y convencida fue la primera información que me dio un amigo turonés hablándome de ella. ¡Qué razón tenía! Sobran las preguntas, cuando estás con María Fernanda, porque esta apasionada por la arqueología minera destila conocimiento con sencillez y claridad, convenciéndote, transformándote, sin darte cuenta, en un defensor más de nuestro patrimonio industrial. Historiadora del arte, enseguida se dio cuenta de que lo que realmente le interesaba era la arquitectura contemporánea. Su fibra de investigadora y un contacto determinante con la profesora Covadonga Álvarez Quintana, historiadora del arte y pionera en España del estudio del patrimonio industrial la llevaron a una dedicación, entre militancia y apostolado, a la arqueología industrial del Caudal donde tenía algunas raíces pero sin un vínculo particular. Junto con Roberto, su marido, conocido durante sus estudios, gestor urbanístico y geógrafo territorial, se instalan en Mieres y empiezan su investigación por Turón en 1996. Para ambos, el valle, a pesar del declive minero tenía “un material para interpretación en un estado optimo”. El Pozo de Espinos selló definitivamente su atracción por el patrimonio arqueológico turonés: “ Recuerdo, dice María Fernanda, el día en que llegué a Pozu Espinos. Me quedé sin palabras. No lo conocía, sabía que existía, había leído cosas, fuentes… pero llegar y verlo… ¡Díos mío qué maravilla!”. Tal fue el impacto que el castillete se convertirá en emblema, imagen comercial y nombre de la consultoría cultural que fundaron hace diez años: “Es nuestra imagen por puro convencimiento”, dicen a coro los dos. Esta entrevista pues es una voz coral, una sinfonía a la arqueología minera en la que un Roberto-Mahler, comedido y reflexivo, controla los adiago del descubrimiento de los vestigios, a la vez que María Fernanda-Beethoven, apasionada y convincente, imprime el ritmo de su conservación con un molto allegro que descompone la indiferencia. Nunca más contemplaré nuestro patrimonio industrial con esa mirada acostumbrada porque hoy siento emoción.
María Fernanda es una colaboradora asidua de nuestra página a través de sus excelentes artículos sobre los cines o la minería del valle.

¡Dedicarse a la arqueología industrial! … más que a vocación suena a apostolado…

 

Esto es a Dios rogando y con el mazo dando. Dedicarse al patrimonio cultural en general en este mundo, en este país y en esta región que nos toca es muy sacrificado sobre todo si no eres un funcionario. Prácticamente no hay trabajo establecido, es muy complicado. Creo que se predica con el ejemplo. Al final hay un poco de las dos cosas. La vocación es necesaria porque esto no es fácil pero también hay que convencer. Tiene que gustarte y al mismo tiempo tienes que hacer que a los otros les guste. Pero aunque el camino es algo complicado sí que empieza ahora a haber cierta sensibilidad. Afortunadamente, empiezan a despertarse voces individuales o colectivas frente a una gran masa de opinión indiferente. Sin embargo aún tenemos a grupos de gente que sigue considerando que todo esto tiene una importancia relativa, sobre todo por ser reciente, por no ser “guapo”, por no ser funcional y por toda un serie de pegas que suelen poner.

Vuestra consultoría Pozu Espinos es un proyecto tallado a medida para llevar a cabo esas tareas de historiador, documentalista, investigación, etc… algo de pioneros sí que tenéis..

Pozu Espinos 2-1.jpg
Aunque esta empresa no sea fácil, es exaltante y gratificante el trabajar en dúo. Roberto tiene una formación similar a la mía. En esto del patrimonio tienes que ser muy versátil, hacer trabajo de campo, ponerte las botas y subir al monte, manejar la fotografía, la cartografía… Al final, al trabajar en pareja, distribuyendo el trabajo, te das cuenta que no podríamos funcionar de otra manera, por lo menos en este tema nuestro.
( Roberto añade) La sensibilidad de Mª Fernanda por el patrimonio arqueológico industrial fue una pasión que empezó antes de conocerme en la facultad, hoy este proyecto es algo que nos llena y que nos une. Hicimos trabajo de campo juntos, sobre todo al principio. Recorrer el valle, el monte, como íbamos al principio que no teníamos teléfono móvil, siempre es más seguro si vamos juntos.

¿Cómo fue la acogida en ese largo y detallado trabajo de campo que hicisteis?


Bueno esto ya forma parte de la anécdota y seguramente fue debido a la incomprensión de lo que estábamos haciendo, pero hubo gente un poco agresiva y que incluso nos echó los perros. Sin embargo la respuesta en general fue muy buena. El contacto con todas esas personas mayores, con nuestros paisanos, fue óptimo, aunque las mujeres fueron más reservadas. Lo que te transmite esa gente es algo que no te dan los libros, ninguna revista científica. Cuando un hombre habla de su trabajo, se enorgullece, sobre todo el trabajo minero que tiene una componente de dureza que hace que los hombres se sientan bien recordando ese pasado. A una mujer no se le puede preguntar por esa faceta porque no ha tenido un trabajo asalariado, en lo común, en la reciente historia de la minería. Otra cosa sería si fuera una maestra de una escuela de empresa. Entonces probablemente no tendría ningún problema. Hubo unas condiciones de vida que no fueron muy buenas y a la gente, principalmente a la mujer, no le gusta recordar la parte oscura, pobre y dura. Seguramente se trate de un pudor protector y respetable.
Plano de Santa Bárbara-1.jpg
Yo, dice María Fernanda, pasé interminables horas en Turón, haciendo muchísimo trabajo de campo, sobre todo cuando realicé el proyecto para CeCodet, día tras día, pueblo tras pueblo. Al final ya me esperaban : “tu yes la moza que ayer estaba en La Cuadriella, el otru día en Repipe y el otru en los 1º de San José…ya tenía ganas que vinieras.. “. Y allí estaban para contármelo. Efectivamente, esto te tiene que gustar sino no es vida.

 

Pero llegasteis a un Turón con vestigios mineros, pozos abandonados y grupos totalmente desaparecidos… El patrimonio con P mayúscula la gente lo asocia con los pozos…


Es un error. Yo subí al grupo Urbiés, escribí sobre él cuando no había prácticamente nada escrito. Urbiés es muy interesante por ser un ejemplo muy tardío de grupo de montaña. Queda menos, pero quedan cosas interesantes del Mosquil, por las técnicas tradicionales aplicadas a una fecha muy reciente. Los grupos de montaña son muy interesantes. De hecho descubrimos algunos vestigios cuando estuvimos haciendo el catálogo urbanístico. Pero en aquel momento mi aproximación era la identificación de elementos arquitectónicos y un grupo de montaña como tal, no genera arquitectura, genera muy poca construcción. Estudié algunas bocaminas, logramos localizar muchas oficinas, algunas de grupos de montaña. El tema de la minería de montaña necesita un estudio que combine análisis funcional, cosa que sí puede hacer un historiador que conozca el patrimonio industrial. Pero el trabajo también tiene que ir por el bies de medio ambiente y urbanístico. Tiene muchas posibilidades Turón con la zona de Fortuna y el Artusu. Yo a lo que me acerqué fue al tema de la arquitectura. Sí me interesó el tema de las oficinas, porque se conservan muchas, las de Santo Tomás, 4º San Pedro, etc… Había muchas y las fuimos identificando. Por lo menos podemos decir qué era lo mínimo que tenía un grupo: un botiquín, unas oficinas con zona para el listero, el topógrafo y el vigilante. Muchas veces había cocina porque comían allí y tenían una mujer que les atendía. Todo esto fue un descubrimiento porque no está prácticamente ni escrito ni estudiado. 

La P de patrimonio se aplica pues a todo. El valle de Turón tiene los tres grandes sistemas de minería que se conocen: grupos de montaña, el aprovechamiento de las capas sobre el nivel del valle, la minería de pozo vertical que además está representada con las tres técnicas que hay para apurar un pozo vertical, castillete, torre de extracción y skip pero también tuvo minería a cielo abierto, incluso tempranamente, la hubo en San Víctor. Turón es paradigmático porqueSanta Bárbara años 20-1.jpg reúne los tres sistemas de explotación pero es interesante también por el hecho de cómo se dieron.

¿Y Turón en la cronología minera?


Turón no es el primer lugar donde empezó la profundización de pozos verticales. El primero fue el Pozo Arnao y después el de San Julián de Box en Tudela Veguín. Aquí, en el valle, no se empieza a profundizar hasta la época de 1910. Coincidiendo con la primera guerra mundial, comienza la perforación de Santa Bárbara, aunque las instalaciones de superficie son de los años veinte. Consta que ya hay labores de profundización, y está documentado, entre 1914 y 1916. En la minería turonesa tenemos procesos paralelos. Cuando comienza el grupo Urbiés en los años cuarenta-cincuenta ya había pozos verticales. Y se abre el grupo de montaña porque interesa esa zona. En Turón ha habido de todo. Tenemos grandes instalaciones como Santa Bárbara que es un auténtico pozo doble y elementos más modestos como Espinos con una pieza muy coqueta que te da un poco la idea de lo poco profundas que son sus dotaciones. Pero también ha habido grupos de montañas con muchísimos pisos. Hay de todo en un territorio relativamente pequeño. 
 

¿Y en qué estado se encuentra tanto tesoro arqueológico?


Es obvio que el estado no es solo sinónimo del punto en que se halla en el estudio. Hicimos un informe para la Consejería de Cultura y el Instituto de Patrimonio Histórico de España cuando se iba a incoar BIC ( Bien de Interés Cultural) para todo el valle de Turón aunque solamente fuera para Santa Bárbara. El trabajo está conocido. Pero no se trata de llevar en paralelo el conocer, proteger e intervenir. Desgraciadamente son cosas diferentes. Por ejemplo San Hulleras de Turón.jpgJosé, intervenido, sin uso y vacío, Santa Bárbara con la máxima figura de protección y está en ruinas y Espinos sin proteger pero intervenido y es lo que podemos enseñar a la gente. En este espacio pequeño vemos de todo.

¿Había futuro en la minería de Turón?


Yo creo que no. Hay dos cosas. El tema no es Turón, es el carbón asturiano. Desde un punto de vista energético es excelente, en concreto el de Turón se llamó el Cardiff español, el Cardiff asturiano, por su potencial calorífico. Pero el carbón asturiano presenta problemas estructurales por su propia disposición. La disposición de las capas hace que tengamos un carbón que es muy trabajoso de extraer y que una vez extraído se presenta de tal forma fracturado y mezclado con otros materiales que obliga a un trabajo adicional para que se pueda comercializar. Es bueno pero presenta problemas estructurales. Se ha explotado, desarrollado y mejorado en los momentos en que la coyuntura ha considerado que compensaba, por motivos políticos o económicos, motivos arancelaros o aduaneros. Hubo políticas más o menos restrictivas para importar o exportar; situaciones como la primera guerra mundial que obligó a España a ponerse las pilas y a exportar porque el precio era muy interesante pero también fue necesario cuando España cerró sus fronteras por autarquía y necesitó esa producción. ¿Qué valor tiene hoy? Eminentemente estratégico porque no somos competitivos frente a lo que puedes traer de cualquier otro lugar del mundo. Como dice la Unión Europea se pueden conservar pozos y labores que puedan activarse si fuera necesario. En Turón queda carbón tenemos ese valor estratégico. El cierre o el abandono paulatino de las explotaciones no es un tema de agotamiento geológico. En Turón queda carbón por supuesto.

¿Por qué y para qué mantener el patrimonio arqueológico industrial?

El Mosquil-1.jpg
Como cualquier otra parte del patrimonio cultural de una sociedad. Es la huella material que nos habla de una parte de la historia intangible y que en el caso de Asturias ha sido totalmente decisiva para definir nuestra identidad, nuestra sociedad y nuestra cultura. Asturias se mantuvo en unos parámetros estables y poco agresivos prácticamente desde la Edad Media hasta 1840. Vivíamos con un aprovechamiento de nuestro campo, de nuestros animales y de nuestra costa. Apenas se había producido un crecimiento demográfico. Vivimos así un siglo tras siglo hasta que nos descubrieron nuestro carbón. Los inversores y financieros hicieron que en Asturias descubriéramos lo que era el capitalismo industrial, el capitalismo financiero y que el valor de una acción de papel era superior al de una moneda de oro. Asturias es hoy una sociedad posindustrial.

La conciencia por el patrimonio industrial es reciente. Las dos niñas pobres del patrimonio cultural, sobre todo en Asturias, son: la etnografía y la industria. Hemos tomado conciencia de manera tardía. Es más fácil asumir lo que es o muy antiguo o muy singular, o lujosos o excepcional y cuesta más comprender que forma parte de nuestro legado lo que fue en su día común, funcional, etc. El mismo problema presentan los hórreos en ese sentido. Creo que es fruto de la progresiva toma de conciencia sobre lo que es el patrimonio cultural y también por haber pasado de la idea de lo que era un monumento histórico artístico a la idea de lo que es un bien patrimonial. Esa transición la tiene que hacer la administración pero también la tiene que hacer el común de la sociedad

El valle también tiene un patrimonio etnográfico que defender y tal como yo lo veo hasta las cosas que se consideran LLANO POMAR 2-1.jpgemblemáticas del valle de Turón desde una perspectiva etnográfica están en un estado muy discutible. La supuesta mejora del medio rural y la del patrimonio etnográfico, las decisiones no pueden estar más únicamente en manos de ingenieros de caminos o de personas que no conocen el valor cultural de esa piezas a la hora de intervenir en ellas. Seguramente hay que mejorar los viales pero conviene discutir del tipo de firme con el que queremos mejorarlos. Hay que trabajar de manera conjunta pero también se trata de convencer a la administración y al vecino que no se puede borrar, a veces por mera comodidad, la huella histórica.
 

Cuatro o cinco pozos, según cómo se cuente, ¿no son demasiados pozos a la hora de reivindicar o de repartir fondos?


¿Qué es lo que se quiere hacer con ellos? ¿Invertir? ¿Para qué? Hay cosas que merecen la pena que se conserven porque sí, que tengan un uso o no. ¿Para qué? No se trata de proteger por proteger. Generalmente esas piezas son versátiles, son instalaciones de gran escala, un castillete, una máquina. A lo mejor el edificio del compresor puede permitir un gran proyecto por ser una pieza a gran escala. Tenemos exitosos ejemplos de recuperación en Alemania.

Una vez que se conozca todo habrá que tomar decisiones sobre el conjunto. Habrá que valorar… lo más antiguo, lo más representativo, lo más reciente, lo más singular, lo más común, etc. Se trata de operar con una serie de criterios ya conocidos. A la hora de utilizar los fondos hay que estar muy seguros de lo que se quiere realizar. No se puede invertir en la obra y pensar luego en lo que se va a hacer. ... ¿Es interesante esta pieza? ¿Queremos protegerla? ¿Queremos intervenir en ella? ¿Con qué fin?..

A mí siempre me ha parecido un ejemplo modélico dentro de este concejo el de la implantación de Rioglass Astur en Sovilla. Sovilla era como la “Cuadriella” de la Sociedad Hullera Española. Conservaron el lavadero y lo convirtieron en un almacén robotizado. Valoraron que tenía interés y que formaba parte del patrimonio. La antigua central termoeléctrica,escombrera de Figaredo-1.jpg que en la Cuadriella está “muerta de risa”, ellos la han transformado en sus oficinas, en un edificio emblemático que ilustra todos los folletos de Rio Glass Internacional. ¿Está protegido? Ni falta que tiene, pero lo hicieron porque a la empresa valoró que le interesaba. 

Los pozos no son lo único interesante. Necesitamos algo de todo, preservar y mostrar algo de minería de montaña, algo de pozos verticales. Interesa mostrar hasta qué punto una empresa modificaba el territorio e incidía en los otros aspectos, educación, asistencia sanitaria, atención religiosa, vivienda. Las antiguas vías del ferrocarril fue una gran oportunidad perdida. Parece ser que el gas está metido por la trinchera cuando hay tantos otros sitios para llevarlo. Perdimos la opción de que eso se pueda recuperar algún día con un tren turístico por ejemplo. Pensemos en esa escala, en esas opciones, de esa manera, a la hora de decidir en qué invertir y con qué finalidad, turística, cultural, productiva o cualquier otra.

¿Y todo esto en una perspectiva de futuro, de futuro para Turón?


En Turón como en otros sitios hace falta un tejido de gente que se mueva para conseguirlo. No tiene por qué ser solo el turismo, eso es únicamente una parte. El turismo verde es una cosa de pequeño impacto, muy lenta y a lo mejor no tiene las mayores posibilidades pero nada va haber que lo cambie por completo. Aquí no va a llegar una actividad que modifique la situación del valle. Esto ha mejorado mucho desde un punto de vista urbanístico, medioambiental, etc.. Es un sitio más agradable para vivir de lo que era. Ahora hace falta que se llene de actividad que se pongan negocios, que la gente esté allí y que la gente que va y viene por razones laborales encuentre un Turón en buenas condiciones.

Casa Gonzalo-1.jpg¿Y un pozo visitable, un museo …?


Un museo no cambiará nada y además nunca lo pondrán. En cuanto al pozo… Habría que tener alguna instalación minera más que se pudiera mostrar. Nuestra experiencia es que hay que implementar lo que hay, mejorar las condiciones de visita al Pozu Espinos, los accesos, poner un baño… Si queremos enseñar algo seguramente habría que enseñar algo de minería de montaña , dar una idea más general, poder mostrar una vivienda, una casa modesta con su cocina bilbaína, dar una idea de vida , no de museo.. Ya que existen esas piezas intentemos que ese patrimonio hable por sí mismo. 

Reconozco que algo vamos consiguiendo. Al Pozu Espinos vienen grupos escolares de toda Asturias pero también hemos logrado que un promotor, un tour operador catalán que tiene salidas a Asturias haya puesto el municipio en su recorrido. Al llegar con los grupos desde León en autobús, lo primero que visitan es Bustiello, Espinos y Fortuna. La experiencia es buena, reaccionan muy bien. Les entusiasma, les sorprende , les encanta el paisaje, van por la senda… Creo que contándolo bien a nadie le es indiferente.

¿Se puede emocionar uno con la arqueología industrial?


¡Por supuesto! -Roberto añade- por eso nos dedicamos a esto. Cuando estás investigando sobre una empresa, una actividad más o menos remota y llega un momento en que encuentras un documento como el de la primera instalación de Santa Bárbara, fotos, elementos para reconstruir o identificar espacios, su función o datación, un plano… es emocionante. Claro que lo es. Un documento o una memoria técnica de hace 150 años que te permite reconstruir o saber cómo funcionaba perfectamente una instalación son como unas piedras rosetas que te ayudan a encontrar las cosas.San José.jpg Resulta muy emocionante.

Todo se termina..¿todo vuelve a comenzar?


A nosotros Turón nos duele… Tiene tanto futuro como Asturias, solo es un cacho de Asturias, una región que tiene que decidir que es después de no ser industrial. Es preciso cambiar de mentalidad. Aquí tenemos la mentalidad Hunosa, por Avilés la mentalidad Ensidesa… Eso se acabó. En un momento en el que prácticamente no teníamos un tejido industrial ni un grupo empresarial potente, sólo aquellos capitanillos de la industria , los Sela los Sampilo, la llegada de la empresa estatal cercenó todas esas iniciativas. Nos han hecho un flaco favor.

Yo veo tantas posibilidades, con cierta escala territorial, a Turón, por todo lo que encierra y porque para la gente de fuera sigue siendo un nombre, un término que asocian con el movimiento que tuvo la clase obrera y el minero asturiano, en ese sentido es paradigmático. 

Seguir el proceso, la rehabilitación no es suficiente. Hunosa no volverá, nadie nos va a solucionar la papeleta. En cierto sentido esa tutela, ese monocultivo del carbón, fue muy malo, lo modificó todo. La época de las grandes empresas con miles de operarios ya pasó. Conseguimos dinero pero muchas de las cosas que se consiguen con los fondos mineros no son productivas, por eso tenemos que cambiar la tendencia. Hay que pedir a la gente una mayor implicación en ese sentido. El futuro no se espera, es cosa de todos.

Para más información: www.pozuespinos.com/

Jorge Varela para elvalledeturon.net, Mieres, enero de 2012