Herramientas Personales

Cambiar a contenido. | Saltar a navegación

Navegación

Navegación
Menu de navigation
Usted está aquí: Inicio / Historia / Autores / José Antonio Vega Álvarez / Cuando Turón no quiso fiestas
Acciones de Documento

Cuando Turón no quiso fiestas

¡No está la cosa para fiestas ! No, no es que haya un mal humor generalizado, pero es que el contexto complicado suscitado por el nefasto COVID ha aguado nuestra vida cotidiana, las actividades y las grandes citas sociales y festivas tan esperadas por la gente. En esta entrega, José Antonio Vega remonta el tiempo para recordar otro momento, en este caso de trágica memoria, en el que nuestro valle se quedó sin fiestas

HABLANDO DE TURON

 

 

José Antonio Vega

 

CUANDO TURÓN NO QUISO FIESTAS

 

Turón suspende sus fiestas patronales por la crisis del coronavirus. La llegada  de este virus y el confinamiento durante el estado de alarma no solo han obligado a cambiar las rutinas diarias, sino que también han llevado a la cancelación de numerosos eventos festivos en nuestro concejo. El distanciamiento social es una de las medidas más efectivas para prevenir los contagios de la Covid-19, lo que ha provocado que la popular fiesta del Cristo de Turón  sea cancelada este año. El coronavirus, que ya obligó a suspender celebraciones clave en el concejo, como la Folixa y San Juan,  ahora se ceba con las fiestas del Cristo y los Mártires de Valdecuna. Las fiestas dedicadas del Cristo de la Paz son centenarias y sólo se tiene constancia de que se suspendieran coincidiendo con los años de 1935, 1936 y 1937, hoy les contaremos lo que sucedió en el año 1935, dejando para otra ocasión los años siguientes.

No pretendemos contar los hechos acaecidos durante el mes de octubre de 1934. En cambio sí recordaremos, que en nuestra región las Alianzas fueron dueñas del poder durante dos semanas, en Madrid la táctica de pequeños grupos armados y el confiar en los militares no dio ningún resultado, en Barcelona la Generalidat, no contó con el apoyo de las masas, teniendo que capitular ante el Ejército de la República. Pero por vez primera, de forma organizada y a base de la unidad, existiría un poder político obrero, que incluso llegó a emitir moneda propia, en un territorio de España. Los hechos ocurridos en aquellos días, con el paso de los años, se comenzaron a llamar Revolución de Octubre o simplemente Revolución de Asturias, porque en esta provincia tuvo graves consecuencias, los acontecimientos fueron lo más parecido a una guerra civil. El balance de muertos y heridos de aquellos días son difíciles de cuantificar. Los datos arrojan un total de 2.000 muertos, 3.000 heridos y 30.000 prisioneros, entre ellos Largo Caballero, Ramón González Peña, Teodomiro Menéndez, etc. Además numerosos dirigentes socialistas -de izquierda y comunistas- que pasaron momentáneamente a la clandestinidad.

Durante esos agitados días del mes octubre, muchas gentes de Turón formarían parte muy activa, dando como resultado la muerte de algunos y el encarcelamiento de decenas de estos vecinos. A los pocos días de finalizados los sucesos la Guardia Civil detendría a más de 70 vecinos, para entregárselos al ejército.

Meses después, pasados los acontecimientos y cuando se acercaba la festividad del Santísimo Cristo de la Paz, y de Nuestra Señora del Carmen la gran mayoría de los vecinos de Turón no se sintieron con ánimos, sabían que muchos de sus vecinos estaban en la cárcel y que sus familias vivían con fuertes penurias económicas debido a la falta del cabeza de familia, y que era el que generalmente ganaba el jornal. Por eso, ese año, nadie quiso formar parte de la Comisión y por ello Turón se quedaría sin sus fiestas profanas, donde solían destacar sus numerosas actividades culturales, deportivas, fuegos artificiales, audiciones musicales, etc.

Bien es verdad que las circunstancias, y por los hechos desarrollados, y de todos conocidos, no eran las más propicias para celebrar festejos, pero esto no obstante, algunos pueblos de las cuencas, las celebraron como si nada hubiese pasado.

En cambio la fiesta religiosa se celebraría con la solemnidad de años pasados y resultaría concurridísima, celebrándose la novena del Santo Cristo de la Paz, teniendo lugar los tres últimos días un triduo con sermón a cargo del R. P. Segundo, Pasionista de Mieres.

En lo que se refiere a la parte musical, tanto en los días del Cristo como en los del Carmen (una virgen marinera en tierra minera), estuvo a cargo de un coro formado por mujeres de la localidad, dirigidas por el competente maestro Aurelio Pardo y el coadjutor Manuel Álvarez, que interpretaron admirablemente la misa “Te Deum Laudamos”, de Perossi. Del panegírico se encargaría el reverendo padre Tomillo, de la Compañía de Jesús, que era hijo de este valle.

En aquel momento, la Capilla de la Crucina estaba prácticamente en ruina, debido a que en septiembre de 1932, el retablo y el altar habían sido volados y dos años después de estos hechos, y durante los sucesos de Octubre ésta a volvería a ser objeto de un nuevo atentado con la colocación, esta vez, de una de una bomba. En el primer hecho, los desperfectos de la explosión fueron devastadores convirtiendo en astillas al Santísimo Cristo, la Virgen de los Dolores, y San Juan, así como todo el retablo. La venerada imagen del Cristo de la Paz aparecería completamente destrozada, conservándose sólo la cabeza y parte del tórax.

Aún con no haber Comisión de Fiestas, un pequeño grupo de industriales de Turón decidieron en el último momento organizar los actos más rentables económicamente con el fin de aumentar sus ingresos. Para ello organizarían verbenas y romerías que tendrían lugar en la noches del viernes 11, sábado 12, domingo 13 y lunes 14 siendo el baile gracias a una potente radiola, además del clásico organillo y para que nada faltase también hubo la típica música del país.

Además en las tardes del sábado 12 y domingo 13, en el parque de recreo “La Alegría de Turón”, sito en La Veguina, se celebrarían verbenas amenizadas por la Orquesta Ardura. Esta formación musical era de Turón, y pasaría al recuerdo, como una orquesta muy renombrada y aplaudida, que además siempre ejecutaba un selecto y moderno repertorio.

Aquel año parece que tampoco se celebrarían las fiestas del Carmín, en El Lago, que en el anterior año habían tenido tanto éxito de público.

Todos confiaban que al siguiente año volverían a celebrarse en Turón los festejos con la importancia del valle requerían, pues ello sería prueba de que se habría entrado en una época de paz y tranquilidad de la que tan necesitados estaban. La historia demostraría meses después, que sería todo lo contrario a estos deseos. En la actualidad estamos viviendo tiempos difíciles y extraños por causa de la covid-19, aun con esto seguimos contado que el próximo verano las fiestas de Mieres se puedan celebrar «con más alegría que nunca».

© José Antonio VEGA ÁLVAREZ, Mieres, agosto 2020