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Festividad del Cristo 2021

Mucho se podría glosar sobre el título enarbolado por nuestro magnífico cartel de las fiestas patronales del Cristo turonés : “Nun ye El Cristo, ye lo que hay”. Baste el artículo de nuestro fiel colaborador y turonista infatigable Carlos Vega Zapico para reseñar contenido y apuntar alguna reflexión en estas celebraciones de un año (casi) post covid. Vaya también desde esta página un entusiasta agradecimiento a un comité de SOTUFE reducido pero extraordinariamente generoso, imaginativo y trabajador. Nos veremos en tiempos mejores.

Entre Polio y Cutrifera

 

Carlos Vega Zapico

 

Turón superó el “Nun ye El Cristo, ye lo que hay”

 

Y por fin, con la llegada del mes de septiembre, llegaron nuestras Fiestas del Cristo, que, aunque a algunos les cueste reconocerlo, había cierto “morbo” por conocer detalles del programa festivo que se iban filtrando sin confirmación alguna según se acercaban las fechas. Aunque bien es cierto que la situación sanitaria, por la que seguimos pasando, mejora de día en día y a pesar de que  nos empeñemos en eso de la “nueva normalidad”, no están las cosas para lanzar las campanas a pleno repique. Bastante hicieron los escasos miembros de la junta directiva de la Sociedad Turonesa de Festejos con prepararnos una serie de actos que nos sacaran a la calle  e hiciesen que tratásemos de olvidar los problemas de nuestra vida cotidiana. Vaya pues, aquí, mi primer aplauso para ellos y olvido algunas de las tonterías escuchadas a las que no les doy más calificativo que de estupidez. Que si los voladores molestan a los perros, que si la doble circulación por La Vanciella es un peligro, que si la música en la calle está muy alta, que si…. Mucho me temo que si algunos de estos “fenómenos y fenómenas” formasen parte de una comisión de festejos nos quedaríamos sin unos días de merecida celebración. Así que, a palabras necias, oídos sordos. ¡Coño, y luego están alegremente bailando al “ensordecedor” ritmo de los grupos “callejeros”. Hay que joderrrrse, que diría mi siempre recordado Manolito Baquero!

Y ahora, por aquello de seguir el orden establecido en el propio programa, algunos comentarios, totalmente personales, a estos días de celebración festiva. Bien el cartel, obra del turones David Mariñas, aunque coincido con la presentadora del pregón en que eso de “nun ye el Cristo”, es más frase publicitaria que realidad. El Cristo ye el Cristo y así lo celebramos los turoneses que, por cierto, escasearon este año esos del “mi turonín del alma” que viviendo a escasa distancia kilométrica se lamentan del estado en que se encuentra Turón. Pero bueno, de todo tiene que haber en  este valle de lágrimas. Me gustó tanto el pregón como el pregonero en un acto con el salón de La Salle como siembre ocurre con este acto, ¡lleno hasta la bandera!. De Ceferino, ¿qué decir?. Con él, escuchándole atentamente, fui poco a poco recorriendo el anteayer, el ayer y el hoy, uniendo mis propios deseos a ese mañana que está por venir para este Turón que tanto dio y tan poco recibió en esa balanza tan descompensada.

Sobre la reina y damas de honor de los festejos, hubo, como en los toros, división de opiniones por ese motivo animo a que cada uno mantenga su propia opinión respetando, siempre, la de los demás. En frase de nuestros días ¡Ye lo que hay!. Desconozco los criterios de elección del “Turonés del Año” que supongo serán claros y concisos para evitar controversias y posibles polémicas de futuro, de momento, toda mi sincera felicitación al galardonado de la presente edición al que siempre califico como “el hombre más dulce del Valle” y al que, por amistad personal, no necesito adornar con alabanzas innecesarias ni efímero incienso. La nota musical la puso Alfredo González, nacido y vivido entre nosotros y al que más allá de Figaredo se le hace la boca pequeña hablando de Turón. ¡Qué más podía pedírsele al acto presentado por Rosalía !

El Mercau Tradicional y Feria de Coleccionismo celebrado en el parque, dio “ambientillo” al fin de semana eminentemente musical. Había vivido la experiencia de la música en la calle en tierras castellanas y me había gustado la idea cuando años atrás se había celebrado, a menor escala, aquí. Es posible que quince actuaciones en tres días pudieran resultar un tanto excesivas. No sé si menos, teniendo en cuenta nuestra situación geográfica, sería más factible. De todas maneras todo es sentarse, comentarlo y hacer los cambios que se consideren oportunos, tratando -eso sí- de ajustar los tiempos de actuación y no tener que bajar corriendo de La Felguera a La Veguina para no perderse nada. Todo es solucionable. Con diplomacia mal disimulada he de decir que todos me gustaron aunque, como es de suponer, unos más que otros y siempre sin localismo tontorrón, me sorprendieron algunas voces ligadas al Valle que he de confesar desconocía. Por cierto ¿cabría ahí como una más de las actuaciones “Gaiteros de Turón”?.Estilos diferentes y variados que supusieron el plato fuerte de nuestras patronales. Buena experiencia digna de repetición, siempre contando con el tiempo climatológico de nuestra parte. Me comentan que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Mieres -nuestro Ayuntamiento- tuvo parte muy activa en esta actividad. Si así fue y si eso es “política” como dicen algunos, repítase muchas veces ésta “política” que en Turón la aceptamos de buen grado. ¡Gracias Juan!. Aunque, ¡caramba!, por decirlo de manera suave, extrañó, a más de uno, que en un acto “organizado por el Ayuntaminento de Mieres a través de la Concejalía de Cultura y a celebrar en el Ateneo” no hubiese interviniente de la propia corporación municipal ni participante alguno vinculado a la vida social, política o cultural residente en el Valle, vamos “de los que dan la cara día a día” se me dijo, transmito y comparto. Como no conocía el tema, solo puedo apuntar que alguna explicación habrá a la invitación cursada o quizás “los de fuera” sean capaces de solucionar los problemas que “los de dentro” no pueden o no saben. Y, discúlpeseme, pero no se me ocurre, otra explicación para “los excluidos”. Quede bien claro que,  ni contra unos ni a favor de otros tengo nada, pero sí parece un tanto extraño.

Completó el programa una serie de actos para los “peques” que junto al ferial con los ya tradicionales “caballitos”, coches de choque e hinchables hicieron las delicias de esa cada vez más escasa grey infantil y la abundante programación deportiva del Deportivo, siempre colaborador. Alabada esa iniciativa decorativa de Mito que bien podría ser generalizada entre la hostelería y el comercio local siendo del agrado de los turoneses.

Y ahora, si fuiste paciente para llegar leyendo hasta este punto, permíteme hacer pública una reflexión personal -aunque compartida- que suele repetirse con cierta frecuencia y con distintos temas en este Valle en el que vivimos. En 2011 el turonés David Varela -padre de ésta página- instituía un premio de “Relatos Familiares” para que los jóvenes menores de 18 años “fuesen depositarios de las vivencias de sus padres y abuelos”. Aquella experiencia duró cinco años. Los alumnos de los centros escolares dejaron de escribir pero, el padre de la criatura  no se dio por vencido y a partir de entonces decide conceder el galardón a personas o entidades que “destaquen por tratar de mantener vivo el nombre y espíritu del Valle de Turón”. Merecedores de tal galardón -un Atomium- símbolo de trabajo y unidad, fueron entre otros el Club Rítmica Valle de Turón, Ángel Fernández Ortega o la Sección de Arqueología Industrial de la Asociación santa Bárbara. Para el año 2020 el galardón le había sido concedido al oncólogo turonés Emilio Esteban González, “tanto por su labor médica como humana”. La llegada de la pandemia hizo que tal galardón no fuese posible ser entregado, de acuerdo con el galardonado, hasta que se pudiera disponer del suficiente aforo en el Ateneo de Turón, lugar donde cada 14 de septiembre tiene lugar el acto de entrega. Sin duda un turonés que lo merece. Méritos le sobran.

Con el paso del tiempo, Sotufe instituye el galardón “Turonés del Año” que ciertamente no sé si en su segunda o tercera edición, de acuerdo a sus normas y de acuerdo con distintas asociaciones locales. También merecedores del galardón quienes hasta la fecha lo recibieron. Y este año, como en el Valle no hay dos sin tres -por supuesto y con todo mi personal respeto, faltaría más- la Comunidad  Pastoral del Valle instituye el Premio “Santísimo Cristo de la Paz” que por cierto, le será entregado a Emilio Esteban. Con la esperanza y el deseo de que mis palabras no se malinterpreten me hago eco de una pregunta surgida en la calle y que yo hago mía. ¿No serán demasiados premios para un mismo objetivo?. ¿No resultaría siempre más positivo la unidad que la disgregación?. Sería una lección de unidad que resulta, ciertamente, difícil de lograr en el entramado turonés. Pero, por el bien de todos, habría que intentarlo.

Cerraron los actos de la presente edición, la tradicional Misa del Cristo en la que como es de costumbre estaba nuestro pregonero y permítase recordar la falta, entre los concelebrantes, de la siempre eterna sonrisa y la palabra de afecto de Cardiaco, que siempre demostró su turonesía y devoción a esta misa a la que, por cierto, nuestra imagen del Cristo de la Paz en la Cruz no necesitaría tanto adorno floral. Destaca e impresiona por sí sola. Actuó nuestro Coro Minero, menguado para la ocasión y desaparecidos los ensayos internacionales de ediciones pasadas. Para finalizar, la Puya del Ramu y después del “vermutín” o la botelluca de sidra en una Veguina muy animada, tarde de Bollu, que se hizo esperar, con amenaza de lluvia que prefirió sumarse al festejo y que año a año nos sorprende gratamente un poco más. De justicia el agradecimiento al Grupo El Arco, propietario de nuestro “Economato” por el detalle para con los más de 500 socios de la Sociedad Turonesa de Festejos. Por cierto, los pastelitos ¡deliciosos!.

Sé que en el recuerdo quedan las verbenas, el desfile de carrozas o los fuegos artificiales por nombrar tan solo tres de los actos más típicos y tópicos de toda festividad. Ahí Sotufe no tuvo nada que hacer ¡”las normas sanitarias son las que mandan”! y ante este tema no sirve protesta alguna. Tiempos mejores vendrán, quizás hasta en algún momento podamos vernos sin mascarilla y saludarnos estrechándonos la mano como hacíamos…hace ya algún tiempo. De momento, quedan menos de 365 días para una nueva edición de nuestras Fiestas del Cristo de la Paz. Y, como siempre hay alguno  que cree que “les perres” llegan del cielo, decir que Sotufe, en esta edición, no pidió colaboración económica a la hostelería y comercio, “bastante negro tuvieron el año” ni tampoco a los feriantes “llevan dos años sin ingresar un euro”, se me dijo desde la organización festiva. Buena administración de tiempos pasados y colaboración de distintas áreas municipales. A ver si cunde el ejemplo.

A todos, el deseo de un buen año de espera y en septiembre de 2022 nos vemos. ¡Que a nadie se le ocurra faltar!

 

© Carlos Vega Zapico - Turón, 14 de septiembre de 2021-Festividad del Cristo de la Paz