Mis recuerdos 2
Margarita Suarez Zapico
Mujeres en el lavadero de la Reguera de Fuexo
De izquierda a derecha: 1- Matilde la de Paulino 2- Conchita la nieta de Paulino 3- Loli, la esposa de Doro 4-Tía Predestina. 5-Mi madre Manolita 6-7- Solé y Maruja las de Vicente el barbero 8- Azucena “Zuce”
Ya no existe el lavadero y más que una foto ya es una página de la historia de mi pueblín, en este caso de sus admirables mujeres. Tengo muchos recuerdos de mi vida en la Reguera de Fuexo y muchos más y maravillosos del famoso lavadero, donde coincidían las mujeres y a veces algunos niños. Es verdad que lavar la ropa no era una tarea siempre agradable pero también era un momento de necesaria conversación. Cuando era pequeña me encantaba ir a lavar con mi madre y escuchar los chismes que delante de mi hablaban a media lengua, para que yo no me enterara, pero como de tonta tenía poco, me enteraba de todo. ¡Recuerdos!
Luis González
Alegría infantil
La foto fue en la Pruvia en 1960. Es el reflejo de la alegría infantil que yo sentía en la terraza de la casa de mi güela Amparo que ya había quedado viuda del güelu Fernando. Mis tíos Argentina y Rogelio regentaban el bar del pueblo. Nosotros vivíamos en la casa de al lado. Allí fue donde nací y permanecí hasta los diez años antes de bajar para Canabatán. Son recuerdos de una época tan distante y distinta que me parece hasta ficticia. Mi hermana Victorina y yo éramos felices con nuestro padre Luis también del pueblo y nuestra madre Milagros de Fuexio. Era la época en que yo iba al colegio de los Frailes. En cuanto a la guitarra, un juguete de reyes, la verdad es que nunca le saqué una nota bien sonante. Pero esa es otra historia….
Olga Alonso
Cumpleaños en San Andrés
De pie izquierda a derecha: Chelo la de Barragán, Coloma y Paco Secades
Sentados mismo orden: Alfredo Velasco, José Secades su hermana Isabel que cumplía años, Maria Elena Cabo, Olga y Blanca Alonso González y José Barragán
Las fiestas de cumpleaños suelen traer muchísimos recuerdos. No solamente por lo del propio acontecimiento, que ya es bastante, pero porque solemos rehacer la historia de cada uno de los participantes hasta nuestros días. Como soy muy nostálgica, lo que me retransmite esta foto es mucho cariño y amistad…el compartirlo todo. Casi todos, siempre hay excepciones, estamos muy orgullosos de nuestras raíces y nos gusta conservar ese sentimiento. Sobre todo que está hecha en la casona que tiraron en San Andrés, donde todos éramos vecinos y amigos.
Iris García
En la nieve de la Riquela
Los recuerdos de mi infancia con mi padre, en la Riquela donde nací, son de un cariño muy grande que continuó toda la vida. Se llamaba Montero García y nació en Repedroso el 14 de febrero de 1929. Era una persona muy luchadora que al quedarse sin madre muy pequeño y tener muchos hermanos tuvo que buscarse la vida muy joven. Soluciones había pocas, sobre todo viviendo enfrente del Pozo Santa Bárbara. Con quince años, empezando apenas su juventud, entró en la mina. Fue picador y emprendió unos estudios de enfermería que la dureza de su trabajo no le permitió acabar. Era su gran sueño. Murió el 7 de mayo de 2008 dejando una huella imborrable de una persona siempre muy solidaria con los demás y muy protectora con su familia.
Sonia Álvarez Santiago
La sonrisa de mi madre
Esta es una foto entrañable para mí. Está sacada en Llanes alrededor del año 1958. Mi madre, Julia Santiago San Esteban , una mujer muy guapa, nació el 22 del julio de 1930. En esta foto aún estaba soltera por eso no tengo ningún recuerdo, pero me encanta su sonrisa y puedo pensar que estaba feliz. Hace ya siete años y medio que murió , el 18 de junio de 2008, y puedo añadir que contemplar esta foto me emociona, que me saltan las lágrimas y echo de menos su presencia.
Pilar Clemente Díaz
Te sigo añorando papi
El título de la foto hubiera podido ser: “Te sigo añorando papi”. Porque es lo que siento cuando la veo, es lo que me dice mi corazón. Mi padre nació en 1920 y aunque se llamaba Antonio Clemente Gonzalez todos lo conocían como “Julián”. Fue un minero dedicado que se retiró siendo “postiador” en Polio. Su vida, desgraciadamente para mí, fue demasiado corta. Se casó con 39 años, vivió cerca del plano y termino su vida en Figaredo con 59 años. Un cáncer truncó su vida y me dejó sin querido y genial “papi” cuando yo tenía 19 años… Treinta y cinco años después aún te sigo añorando papi.
Turón, febrero 2016