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Apostando por Turón

“La casa rural de San Andrés es encantadora”, esas fueron las palabras, que en boca de Ricardo Tomillo, me dieron a conocer la existencia de la "Casa Rural El Sumiciu". Y detrás de esta magia, Adolfo, Ana, Alejandro y Adri, cuatro protagonistas apostando por Turón. Adolfo es como un Indiana Jones madrileño-turonés que, con poco más de 49 años, tiene la mente repleta de aventuras, ojos risueños y optimistas, indumentaria ecológica y una mirada que habla más rápido que su boca. Celebra esa puerta abierta hacia un nuevo mundo con pasión. El ritmo de la palabra es acelerado porque brota naturalmente de esa fuerza interior de un proyecto que le habita. Relata sus paseos por el valle con la vista virgen de alguien que descubre lo nuestro, cuando nosotros ya nos olvidamos de comunicar con esa naturaleza que un día fue nuestro mundo. Su entusiasmo es comunicativo, te convence y te lleva a redescubrir esos detalles que hacen o hicieron tu vida feliz. Se deleita del aire libre, disfruta de una renovada libertad y habla de encanto y de misterio animándonos a revivir la esencia inalterable del valle. Adolfo y los suyos han dejado atrás muchas cosas y han descubierto el valle cuando lo negro ha cesado de enfear el paisaje. Hoy venden verde por convencimiento apelando a que cada turonés se esmere por conservar el entorno limpio y atractivo. Una visita a San Andrés y unas cuantas palabras con Adolfo empujarán vuestros proyectos hacia el reino de los posibles. El Sumiciu, más que una casa rural, es la metáfora de un Turón con futuro, un Turón que tiene encanto, misterio y paz. El Sumiciu es una belleza concreta y comprometida con el devenir de nuestro valle. Gracias a Ana, a Adolfo, a Alejandro y a Adri por su defensa convencida de lo nuestro, que hoy ya es parte de ellos. Han llegado de Madrid para quedarse y para hacer de esto el Proyecto de su vida, apostando por Turón.

Y este proyecto interesante empieza en Madrid…


Vivíamos en Madrid, pero Asturias nos gustó desde siempre. El norte es uno de los destinos preferidos de los madrileños. Empezamos a comentar este proyecto allá por el 2004 o 2005. No era nada fácil tomar una decisión así. Yo trabajaba de transportista, entre 12 y 14 horas diarias, Ana, mi mujer, en una clínica veterinaria. En realidad teníamos mucho estrés y aspirábamos a poner un poco de aire fresco en nuestra vida. El perder mi trabajo seguramente nos dio elAna y Adolfo.png empujón definitivo. Pero no era nada fácil, al fin y al cabo, allí lo teníamos todo y allí lo dejamos o mejor dicho lo vendimos: casas y negocio. Renunciamos a todo ello para emprender esta aventura que era un viejo sueño. En realidad eso fue como un cambio completo de “chip”. El único inconveniente…los hijos que, con 28 y 15 años no sabíamos cómo iban a reaccionar y lo que podía significar esa ruptura con lo suyo, el entorno, los amigos, la gran ciudad. Lo comentamos con ellos y afortunadamente nos apoyaron con un “adelante” que nos dio más alas.

Y de repente camino a Asturias…


Bueno al principio no. Al marchar de Madrid lo que teníamos muy claro era el proyecto de casa rural. Estuvimos prospectando por la zona de Ávila, por la comarca leonesa de Ponferrada y terminamos buscando por Asturias lo que queríamos. A punto estuvimos de comprar en Taramundi un conjunto de casa con hórreo, casi en ruinas pero con muchas posibilidades. Teníamos el diseño mental de lo que podía ser aquello. Pero había que empezar de cero y el presupuesto subía muchísimo. Eso era un real obstáculo. Sin desanimarnos seguimos buscando por Pola de Siero, Cudillero, Cabrales
Cuando vendimos un local, el piso que teníamos en Madrid y el chalet contactamos con Roberto propietario de esta casa y vinimos a esta zona, Pola de Laviana, Pola de Lena, Aller… Eran fines de semana y no dio tiempo a ir a Turón, lo dejamos pasar. Así pasó un año y pico… teníamos una casa en Laviana apalabrada pero el propietario alegando la Vista global.jpgprosperidad futura de nuestro negocio aumentó considerablemente el precio y nos quedamos sin casa en Asturias y con la nuestra en Madrid en venta y un plazo de un mes para dejarla.

Volviendo a mi agenda me encontré con una página en la que había escrito Roberto-Turón. Llamé, pregunté si la casa seguía en venta y si el precio era el mismo. El “todo sigue igual” de Roberto nos animó y nos fuimos hasta Turón. La zona nos encantó aunque se veían, al pasar, algunas cosas descuidadas, como el Pozo Santa Bárbara… pero nos gustó la zona, sobre todo la parte de arriba del valle que está como con más naturaleza. El edificio se encuadraba perfectamente con nuestro proyecto: casa rural y casa para vivir. Nos enamoramos de la casa y del sitio. Esta zona del valle hacia la parte superior tiene muchísimo encanto.

Entonces manos a la obra, ¿pero con un poco de miedo?...


Desde el principio supimos que la obra era de envergadura pero no había miedo, más bien respeto hacia el proyecto. La visión que llevábamos dentro nos empujaba. Teníamos un proyecto mental y cuando la vimos imaginamos perfectamenteHabitación desván.png las cosas..así…así … como si estuviésemos proyectando fotos de nuestra mente. De hecho cuando vinieron el arquitecto y el equipo para hacer la obra se quedaron sorprendidos por la claridad de nuestras ideas para cada rincón de la casa. Así fue que trabajamos en equipo, mejorando las ideas, compartiendo. Pero Ana y yo teníamos el proyecto muy encauzado. Cuidamos todos los detalles e instalamos acceso para la gente con minusvalías. El resultado pienso que está muy logrado.

Pero aquí os dejasteis todos los cuartos ahorrados…


No sabíamos lo que nos esperaba aquí pero era la concretización de un gran proyecto. Somos una pareja de aventureros, por decirlo de alguna manera. Nos casamos muy jóvenes y siempre hemos ido sin miedo por la vida, siempre un paso por delante… Nos gastamos mucho dinero, invertimos gran parte de lo cosechado por la venta de los bienes madrileños pero sin hipotecar el presente.

Alejandro.png¿Y el negocio entonces?


El negocio va bien, bastante bien para lo que pensábamos. Todavía no se puede decir que vayamos viviendo de ello, pero los planes van bien, se ajustan a nuestras expectativas. También cogimos el bar de San Andrés para mi hijo. En cierto sentido hemos dado humildemente algo de vida al pueblo. Viene bastante gente al pueblo. En el 2011 tuvimos prácticamente todos los fines de semana cogidos. Este año, buena semana santa y se anuncian bien el puente de mayo, el mes de agosto…Tenemos reservado bastante.

La casa está preparada para grupos de 10 personas, es grande, A veces, como en la última boda que pasó por aquí, se alojaron 16 personas muy a gusto. Todo es muy acogedor y los que pasan por El Sumiciu salen encantados. Viene gente para fiestas, despedida de solteros, cumpleaños, actividades de Empresa: La Caixa, Caja Madrid, varios empleados de Barcelona. Tomillo, el conocido turonés, siempre que viene a Turón, a las fiestas, se hospeda aquí. De hecho él hace mucha publicidad allí donde está, hablando, metiendo fotos en varias páginas.Pasillo rústico.png

¿Qué tiene una casa rural que no tenga un hotel?


¡Libertad, mucha libertad! La gente está como en su casa, está a su aire, se encuentra cómoda y con otro ritmo, casi sin horario. Fue lo que nos dijo una persona que creció aquí hasta los once años, antes de irse a vivir a Jaén y que, por tener familia para visitar en el pueblo, pasó 16 días inolvidables.

¿Y esto del nombre… El Sumiciu?


Ana fue la que tuvo esa ocurrencia. Nos dijeron que esta es la zona del valle encantado. Es menos conocido que el Cuélebre o el Trasgu pero es otro de los duendes de la mitología asturiana. Después supimos que se le asocia con los despistes y las desapariciones de objetos, es pequeño y suele ser invisible.Nos encantó el nombre.

Letrero.jpg¿Cómo os dais a conocer?


Tenemos una página que nos hizo Guerra el de Cuélebre, la tienda de informática turonesa. Realizó algo muy equilibrado, original, atractivo y serio al mismo tiempo. Tiene toques de fantasía, no podía ser de otra forma, pero es una página que todos admiran por su claridad. Las fotos son obra de uno de esos amigos, nuevos amigos, que se hacen por casualidad. Paseando los perros por Espinos nos encontramos con él haciendo fotos, es tocayo tuyo se llama Jorge. Charlamos, hablamos de nuestra casa rural, quiso conocerla y terminó su visita con un montón de fotos estupendas.
Pero además de la página web también estamos presentes en otros portales profesionales dedicados a este tipo de turismo verde. Tenemos como siete u ocho enlaces, incluso a nivel europeo. Nos llaman de todos los sitios. Pero los que vienen aquí son la mejor publicidad, el boca a boca. Hay gente en Turón que no conoce esto y a los que invito a hacernos una visita, pero los que vienen marchan encantados. Tenemos que agradecer a los comerciantes del valle que ya nos están publicitando.

Pero este proyecto sigue siendo una aventura… ¿no?Fachada.jpg


Es una aventura en toda su palabra. Pero teníamos muy claro que tarde o temprano llevaríamos a cabo este proyecto. A veces, como en nuestro caso, los acontecimientos adelantan las decisiones. Pero hay que relativizar. Lo nuestro no es lo de esas aventuras que se ven en “Españoles por el mundo”, los que lo abandonan todo y “vuelven a nacer” por otros continentes.
Pero dicho esto también hubo que convencer a la familia de que esto no era ninguna locura. Los proyectos personales hay que vivirlos intensamente y muchas veces con el único asentimiento del núcleo reducido de la familia inmediata, el matrimonio y los hijos. Al final, cuando ya todo funciona y que vienen a verlo, el resto de la familia también termina tranquilizada y convencida. Así pasó con nosotros.

Una aventura humana también…


Sí, sí, sobre todo. Primero hemos tenido que aprender a hacer de todo, albañilería, carpintería, decoración… El salón de abajo, el del billar, lo hicimos prácticamente solos…el mostrador de madera, los baños de arriba, etc. Un buen aprendizaje muy gratificante.
La vida aquí es diferente, aunque nosotros vivíamos ya en las afueras de Madrid. A pesar de algunos, pocos, altibajos, lógicos seguramente en cualquier situación, aquí hemos descubierto otro ritmo, otra manera de ser felices.
En el corazón, es obvio que todavía late madridismo. Se echa de menos una vida cultural, los conciertos, los espectáculos. Pero eso se arregla con pequeñas escapadas y tampoco estamos tan lejos de Oviedo que tiene bastante oferta de ocio. De Madrid queda el divertimiento pero Turón es la tranquilidad, la paz de la naturaleza, los animales sueltos, poco coche en las carreteras… ¡Una maravilla! Eso se valora mucho cuando se viene de un lugar como Madrid. Al final es un balance más que positivo. Nos encanta nuestra nueva vida.

¿Y Turón en todo esto?

Billar.png
Turón tiene un color verde encantador. La gente que viene descubre lo que no pensaba encontrar o lo que les decían ser Turón, un valle oscuro y que carece de belleza. ¡Qué lejos de la realidad! A Ana y a mí estos espacios nos llenan!Reconozco que a veces vendemos nosotros mejor esto que la gente del pueblo. Estamos enamorados del valle y de esta zona. No somos de los que llegados aquí hubiéramos puesto … el Bar Madrid o Casa rural el madrileño..no tendría sentido. Llenamos el bar de fotos mineras y nos empapamos del sentir del valle, de su historia y de su mitología… lo que descubrimos.

Para seguir potenciando esto es preciso cuidar nuestro paisaje y nuestro entorno. Luchar por la limpieza nos parece esencial para que el valle y sus montes sean acogedores. El abandono del medio ambiente es quizás por despreocupación de la gente. El valle merece que cuidemos los detalles, esa primera vista que tendrán los forasteros al llegar a Turón. El valle somos todos nosotros. Es precioso este monte. Cuando subimos con los perros a la escombrera de San Andrés nos sentimos como solos en el mundo, libres, llenos de paz. Llegados de un mundo agobiante esto nos parece ideal.

Asturias es un foco de atracción para los madrileños. A nuestra casa rural, a El Sumiciu, viene gente de Madrid pero aquí han venido de muchísimos otros sitios… Santander, Alicante, Málaga, Córdoba, Barcelona…

Turón es encanto y misterio, y de aquí para arriba aún más. Pero también es paz… no escuchar nada, el río, el agua que pasa. Hay cosas más allá del entorno físico. Paz y misterio, sí.. Te metes por esos bosques, te quedas solo, es algo alucinante, puro momento mágico. Así vivimos nuestro Turón.


Visita obligada de la página web  casasumiciu.com/  y de la Casa Rural El Sumiciu ( " EL SUMICIU " CASA RURAL
San Andres, nº 12 - 33610- Turón (Asturias) - Tfno : 984 0866 05 -Móvil: 610 32 85 55)

 

Entrevista realizada por Jorge Varela para elvalledeturon.net, San Andrés, abril de 2012