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La iglesia d S. Martín de Turón y su Archivo: historia, vicisitudes y estado actual

La iglesia parroquial de S. Martín de Turón y su Archivo: historia, vicisitudes y estado actual.


CDU28964[1].jpgLa más antigua referencia a la iglesia de S. Martín, se recoge en uno de los documentos del Libro de los Testamentos de la Catedral de Oviedo, fechado el 20 de Abril del 857, por el que Ordoño I concede a la Iglesia de Oviedo, diversas iglesias, villas y monasterios, y donde textualmente se dice in ualle Turone ecclesia Sancte Marie et Sancti Martini et Sancte Andree et alia loca que dicuntur Amnes et septem fontes, cum ecclesia Sanctorum Iusti et Pastoris in Porio cum omnibus bonis suis intus et foris. Los trabajos del Obispo Pelayo para magnificar los territorios de la sede ovetense, unido a la escasez diplomática alto medieval, complican la posibilidad de establecer con un alto grado de fiabilidad si esto se corresponde con una realidad histórica, pero la no pertenencia a un determinado señor no implica la no existencia; en todo caso desde fines del siglo X se encuentra perfectamente documentada y ligada a las vicisitudes del Valle. En 1385 en el Inventario de parroquias elaborado por orden del Obispo de Oviedo D. Gutierre de Toledo, se dice San Martino de Turón húsala apresentar el abbad de San Vicente de Oviedo. Es capellán della Pedro Cachero. Ha de manso una emina de senbradura. Los diezmos pártense en esta manera: la metad lieva el dicho abbad, la otra metad el capellán. Paga de procuraçión doze mrs. Riende esta capellanía [ ] mrs. A partir del siglo XV, S. Martín y Sta. Mª de Urbiés su hijuela (1) , se integran en el Arcedianato de Gordón, Arciprestazgo de Lena de Yuso (de abajo) y la Parroquia se constituye como el elemento aglutinador de las aldeas que la definen, mientras los vecinos se reúnen en sus cercanías por sistemas tradicionales.

Hasta la fecha no se han encontrado datos que nos remitan a las características de la iglesia o iglesias anteriores al siglo XVII, aunque si podemos a través de la documentación medieval y notarial de época moderna, acercarnos al tipo de sociedad en la que estaba inscrita. A partir del siglo XVII se realizan grandes obras que transforman su estructura externa y le dan mayor cabida: interiormente tenía una nave central, con su altar mayor, tribuna, sacristía y pequeñas capillas laterales y al exterior puerta de arco (justo al entrar se encontraba la pila bautismal) además del campanario y como elemento más destacado un magnífico cabildo (2) . A lo largo del XVII y XVIII, se realizan en ella obras de acondicionamiento: reparar cubiertas, blanquear paredes, dorados del retablo mayor... En 1804, atendiendo a la Real Orden de 1787, ...y debido a la elevada mortandaz del vecindario (3) , los regidores (4) de la Parroquia se reúnen con el párroco D. Ignacio Castañón, para tratar sobre el nuevo cementerio extramuros contiguo al templo por la cara Norte.

Los sucesos de la Guerra de Independencia también afectan a la Parroquia que entre 1813 y 1815, tiene que ir recuperándose poco a poco tanto a nivel de obras de restauración como de los ornamentos para el normal desenvolvimiento del culto. Entre 1820 y 1823, en consideración a las circunstancias de los tiempos se realiza una revisión de las cuentas de la Mayordomía de Fábrica; nada se dice de daños en la parroquia pero en 1824 se realizan obras importantes: se levanta todo el cuerpo de la iglesia unos 3 m. aproximadamente y se construye una nueva espadaña, se enlazan los macizos y se cubre la capilla mayor a tres aguas; también se restaura el cabildo del templo, a la sazón en ruinas; el monto, 7376 reales, unas 1800 pesetas. En los años siguientes seguirían obras de mantenimiento tanto en la iglesia como en el cementerio. Entre 1857 y 1869 una nueva gran obra afecta a la Pozo San Jos+®1957.jpgparroquia: se trata de ampliar y mejorar todo el presbiterio con su arco, las dos sacristías, la bóveda, el enlosado, asegurar el pórtico y los campanarios y levantar la capilla del Santísimo Cristo; al mismo tiempo se decide levantar un nuevo camposanto dado el crecimiento de la población, ubicándolo junto al río y cerca del lugar donde más tarde se erigió el Colegio de los Hermanos de la Salle (5) . Al parecer hubo muchísimas dificultades para recabar el dinero para estas obras: se tramitaron súplicas al Gobierno, hubo que recaudar dinero del culto y de los Santuarios del Valle y exigir a los Mayordomos el de sus Mayordomías. Había poca confianza en el rematante y fiador y todo se presentaba con obstáculos para no realizar las obras según palabras del párroco; a instancias del mismo se resolvió que la obra se hiciese por Administración, teniendo el cura que hacer de capataz, asistiendo al control de todo. Al final el Gobierno aportó 23.219 reales, se obtuvieron 21.232 del culto y el resto hasta los 60.000 (unas 15.000 pesetas) se consiguió de las Mayordomías y de donaciones particulares, entre ellas la de 2.000 reales del Obispo Morenes. Gentes de todo el Valle trabajaron en la obra como picapedreros, carreteros, canteros, tejeros, herreros, carpinteros, pintores y jornaleros en general, figurando Pedro García como maestro de la bóveda. Al tiempo se repararon o adquirieron los elementos muebles y para culto. A partir de ahí la parroquia entraría en casi medio siglo de "vacas flacas" con fuertes deudas favorecidos por gastos constantes de mantenimiento y pocos ingresos; en 1918 se superaría gracias a una donación de 300 pesetas del Director de Hulleras del Turón y otra de casi 600 del Ayuntamiento de Mieres, como pago del primer plazo del pago por los terrenos pertenecientes a la iglesia y ocupados para la construcción de la carretera La Felguera-Urbiés. Estaban llegando nuevos tiempos para el Valle y para la iglesia, que afectada en su construcción por los sucesos de la Revolución de Octubre y la Guerra Civil (6), se derribará para dar lugar a un nuevo edificio. Lejos quedaban los años en que los párrocos de Turón, comenzaron a dejar por escrito las vicisitudes de sus feligreses y sus muros.

Visita.jpgEs ya en el siglo XVII cuando comienza pormenorizadamente la historia escrita de la Parroquia, tanto a través de sus Libros de Fábrica como de sus Libros de Asentamientos. El espacio temporal que abarcan tiene su inicio en el primer cuarto del siglo XVII: las referencias de Bautizados se remontan a 1627, las de Casados (7)a 1632 y las de Difuntos a 1645. Las referencias de Fábrica alcanzan también esta época. El segmento final en los de Asentamientos, toca como es lógico el año presente y en los de Fábrica, alcanza la década de los 20 de nuestro siglo porque evoluciona y cambia el sistema de Archivo.

Por lo que respecta a los libros de Asentamiento el estado de conservación en general es bueno y en el trabajo de recopilación, influye no tanto el soporte físico como el contenido. Así, en los primeros asentamientos se producen algunos vacíos informativos debido a múltiples circunstancias que van desde las lagunas y faltas de trascripción, a los sucesos políticos que afectan el transcurrir cotidiano. En los Libros de Bautizados, por ejemplo y en muchos casos, la madre aparece sin apellido, con el nombre seguido del topónimo de donde procede o con el nombre seguido de su vinculo matrimonial(7) , que si en algunos casos es suficiente para la identificación, en otros la complica de forma notable, especialmente si el padre es identificado por nombre de pila + topónimo. Esta situación parece venir dada tanto por la falta de costumbre del párroco en la tarea, como por el hábito de usar la referencia del lugar de donde procede una persona más que el apellido. Las referencias de los Visitadores a que todo se asiente en la debida forma y claridad, son numerosas en los primeros años. También eran frecuentes los asientos posteriores a "bautismos de socorro" no tanto por el peligro inminente de muerte como por la imposibilidad de trasladarse en ciertas épocas del año a la Parroquia. Directamente relacionados con sucesos políticos, se encuentra tras la Guerra de la Independencia una referencia del párroco en el sentido de que afectados algunos libros y perdidos datos, se convoca a los vecinos para poder reconstruirlos como asimismo para anotar los vacíos que se hubieran producido por la circunstancia de los tiempos; también tras la Guerra Civil se producen numerosos asentamientos que no habían podido ser realizados hasta entonces. Es claro que en algunos libros faltan hojas por haberse desprendido y perdido o se producen anotaciones mezcladas  de Bautismos, Casados y Difuntos; incluso se dan casos de asentamientos de Difuntos en Libros de Fábrica pues como se indica se iban asentando en él por razón de la sepultura (por razón del lugar donde debían ser enterrados) y no poder los Mayordomos dejar de anotarlas. El conjunto, casi homogéneo sin embargo, ofrece altas dosis de fiabilidad, a lo que contribuye sin lugar a dudas el detallismo con que se ofrecen en un 80% de los casos, los datos. Don Manuel-1.jpg

Los Libros de Fábrica ofrecen un segmento temporal menos amplio y más compacto por su estructura de libros de cuentas; detallistas y cuidadosamente controlados, ofrecen una visión económica del Valle que completa la sociológica de los Libros de Asentamientos.

El Archivo se encuentra en una sala que es utilizada por el párroco como despacho. Inscrita en una construcción de piedra, es fría tanto en invierno como en verano, pero no húmeda, garantizando una temperatura homogénea y seca que favorece el estado de los Libros; estos se hallan bien encuadernados (a instancias del párroco) y guardados en un armario que los protege del polvo y de otros agentes externos; la sala cuenta con un sistema de calefacción individual por aire caliente que no resulta agresivo para los documentos. El acceso a los investigadores tiene que coincidir con los días de despacho (tres días a la semana) pero D. Manuel, constatado el rigor y seriedad profesional del que solicita la consulta, otorga el mayor número de facilidades para la misma.


(sigue en capítulo III)


Notas:
 
(1) La hijuela de Sta. Mª de Urbiés, se segregó el 2 de Abril de 1888 para erigirse como parroquia independiente con 280 vecinos y 1110 almas. Se la clasifica como urbana de ascenso, con Párroco y Coadjutor, dotándola con 1.375 ptas. para el Párroco, 550 para el Coadjutor y 250 para el culto.
(2) Esta fábrica, en sus elementos básicos, se mantuvo hasta 1940 en que se derribó para sustituirla por el templo actual.
(3)En 1804, la crisis agraria se agravó con una epidemia de fiebres; han de formarse Juntas de Socorro y acudir la Catedral a las parroquias que lo solicitaban, con alimentos. La situación alcanzó cotas catastróficas.
(4)Uno de ellos era Manuel Zapico de Carcarosa; tenía entonces 44 años y fruto del matrimonio con Nicolasa González, 7 hijos entre los 20 y los 5 años. Era mi abuelo en 7ª generación.
(5) No se concedió permiso para exhumar los cadáveres del viejo cementerio, pues debía transcurrir un tiempo desde el último enterramiento. Se procedió a rellenarlo con una capa de tierra. Es claro que no se sacaron después los huesos o al menos no todos; en los años 60 de nuestro siglo, cuando se construyen las viviendas que popularmente se conocen como las Colominas, los obreros que preparaban los cimientos, se encontraron con numerosos restos. Bajo la propia iglesia deben conservarse también restos procedentes de la costumbre de enterrar en torno del altar mayor, en las capillas y en la zona de la Epístola. En este sentido el 29 de Julio de 1858, el Obispo de Oviedo, había enviado una carta al párroco de Turón, por la que autorizaba el traslado del altar mayor con su tabernáculo al centro del templo, cuidando que sea con la mayor decencia posible para que no se socaven las sepulturas existentes en la zona.
(6)En 1934, en plena Revolución de Octubre, D. Tomás García, Coadjutor de la Parroquia, ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, trasladó los libros del Archivo a casa de su familia que vivía en las cercanías de la iglesia y allí permanecieron hasta que se calmaron las cosas. La prudencia del sacerdote salvó para la posteridad buena parte de la historia del Valle, entre la que se encuentran mis propios orígenes.
(7) El Libro 6º de Casados (1857-1881) se halla en el Archivo Diocesano de Oviedo.
(8) María de Carcarosa; Ysabel, mujer de Sebastian Zapico de Carcarosa.