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Culto precristiano y nacimiento de San Justo.

Un nuevo trabajo de Mayte Zapico para completar la rica historia del pueblo más antiguo del valle: San Justo.

Diploma real del rey Ordoño I


Cases pa Cullá-2.jpg
En la referencia más moderna que tenemos sobre S. Justo (1) podemos leer: pueblo en la ladera derecha del Valle, situado en una vega por debajo del Picu Cugullu, a unos 740 m. de altura. Tiene dos barrios: la Caleya y Les Cases de Cullá.

La referencia más antigua, parte de un diploma real del 20 de Abril del 857, por el que Ordoño I, da a la iglesia de Oviedo diversas iglesias, villas y monasterios y entre ellas in ualle Turone ecclesia Sancte Marie et Sancti Martini et Sancte Andree et alia loca que dicuntur Amnes et septem fontes, cum ecclesia Sanctorum Iusti et Pastoris in Porio cum omnibus bonis suis intus et foris. Y si bien el documento es una de las muchas falsificaciones del Obispo Pelayo, ésta lo es en el acto jurídico de la donación pero no en la existencia de los lugares que nombra, mucho más antiguos que el propio documento.


Culto precristiano


En este sentido y como primera referencia no escrita a S. Justo, cabe señalar el antiquísimo culto precristiano que se asentó en lo que hoy es la ermita del pueblo. Como saben los que conocen el lugar, dentro de la iglesia, a la derecha de la entrada, se encuentra un pozo del que se extrae tierra que aseguran tiene propiedades curativas, sobre todo para afecciones reumáticas: es más que probable que dicho pozo no sea otra cosa que el último resto del lugar que ocupó un dolmen o piedra sagrada similar ligada a un culto mistérico de los primeros habitantes del territorio; qué tipo de culto es algo que ignoramos, aunque quizás no sería descabellado suponer un rito benéfico y sanador ligado a la madre tierra. En todo caso, conocemos de la existencia en toda la zona de elementos similares (v. notas 2 y 3). Dicho culto no debió perderse con los romanos -bastante sincréticos en estos temas- y puede que dadas las condiciones de aislamiento del lugar se mantuviera con bastante pureza y aún más, que lo hiciera en los turbulentos años que seguirían al desmembramiento del Imperio y en los primeros años del Alto Medioevo, cuando algunos monjes eremitas buscarían como lugares de misión y de refugio, territorios especialmente recogidos y consagrados desde tiempo inmemorial. Ya se ha dicho en SAN JUSTO Y PASTOR.jpglíneas anteriores que las invasiones musulmanas, hicieron desplazarse a numerosos grupos de cristianos hacia el Norte; no es aventurado suponer que miembros de estos grupos se asentaran en el Valle y que eligieran un lugar especialmente significado; la misión de convertir a los paganos entendiendo este término no como idólatras sino como habitantes de los pagus o aldeas, recayó siempre sobre pequeñas iglesias y monasterios, independientes de la jerarquía episcopal y con una gran capacidad de sincretismo religioso: un pequeño cenobio fundado por gentes venidas de tierra de infieles con santas reliquias y asentadas en terrenos fértiles y considerados desde siempre como sagrados, tenía bastantes posibilidades de obtener éxito como propagador del cristianismo y explotación económica. ¿Pero qué reliquias eran estas? Si el lugar ha recibido desde la Alta Media el nombre de S. Justo y S. Pastor (aunque el tiempo lo haya abreviado dejando sólo al primero) es evidente suponer que alguna reliquia de estos santos o al menos la tradición de ellas, llegó al territorio en este momento o en uno no muy posterior (2) . Hay que considerar también que el culto de los niños mártires tuvo mucho éxito entre los grupos mozárabes desplazados al Norte y entre los anacoretas del Bierzo; la leyenda sobre la llegada de los santos al pueblo es significativa: a lomos de caballería, de allende los puertos y por el camino que desde Urbiés salía a S. Justo a la altura del convento que se hallaba cimero sobre la iglesia (3). Visto todo lo anterior, podría deducirse que S. Justo nace de la cristianización de un lugar sagrado desde tiempo inmemorial, sobre el que se asientan un grupo de monjes, desgajados del monasterio matriz (4) y dedicados a mantener el culto, atender las posesiones, cristianizar y orar. La actual iglesia, pudo ser, la capilla-relicario en memoria de los santos en torno de la cual nació el poblado que recibió el nombre del santo titular.

Evolución posterior


En cuanto a la evolución posterior todavía en época medieval, quedó supeditada en sus rasgos generales a lo que se ha dicho anteriormente para el Valle: roturación y cultivo sobre tierras de fuero o de privilegio, dominio señorial y cesiones del mismo al campesinado bajo pagos anuales y ciertas concesiones y una vida marcadamente rural, agrícola y ganadera; S. Isidoro de León y su Catedral primero, S. Vicente de Oviedo después y por fin los Quirós como grandes propietarios laicos del final del Medioevo, serán los que graviten sobre el territorio. S. Isidoro está presente desde el siglo XI cuando Alfonso VI, dona al monasterio, diversas posesiones, entre ellas, en el Valle de Aller, el monasterio de Hellenes con todas sus pertenencias; la ubicación exacta de este monasterio no esta clara, pero si se IMG_2168-1.JPGsabe que configuraba una gran explotación, formada por la denominada de forma ambigua Cuenca del Aller y que incluía lugares como Collanzo, Carabanzo, Grillero, Ujo, Roçamoyo (probablemente Rozamayor), Soto, S. Justo y Turón. A principios del siglo XIII, los tributos que recibía la explotación para S. Isidoro, se distribuían en la siguiente forma:


-3 sueldos de buena moneda (4 maravedíes) en marzo
-1/5 ó 1/7 de pan
-1/2 de cuanto criar o collir (un claro contrato de plantación)
-cada morador quatro varas de paño para bragal
-qui matar puerco dar los lombos al señor
-sernas: 4 (días) al año a barbechar, asembrar, axayar, acoger
-yantar: 2 = 60 maravedíes. Dependiendo que se pusiera nuestro cillero o nuestra mesa, iba al cillero o al Abad. Por lo general 1 lo daba el Concejo y 1 el Merino (de la partición de los vecinos) (5)
-la mujer que casar o tomar amigo pagar la boda al señor: 27 maravedíes
-el que muera sin hijos quanto ovier finca al señor
-las codicias e caloñas (multas) para el señor

 

Los siglos XIV y XV serán los que marquen el dominio de S. Vicente de Oviedo y de los Quirós. Es muy interesante por lo que supone para la intrahistoria del Valle y de S. Justo, un documento del último año del XV, que por lo que deja entrever transcribo al completo al final de estas líneas. El diploma es un contrato de aforamiento por tres vidas (el forero, el hijo y el nieto) que especifica claramente el pago del canon (120 maravedíes por S. Martín) y en el que se fijan ciertas condiciones (hacer una casa y un hórreo de madera, piedra y teja) y en él se ve la distribución del dominio señorial (S. Justo pertenece por mitad a S. Vicente de Oviedo y a S. Isydro [sic] de León)

 

A partir del XVIICOLUMNAS Y ATRIO.jpg


En las centurias posteriores y hasta la entrada de la industrialización en el Valle, S. Justo seguirá los avatares de aquél. En el XVII, se forma en torno a la capilla, una cofradía que alcanzará notable vitalidad hasta finales del XIX, cofradía que se mantendrá en torno a la romería que se celebraba el 6 de Agosto; también en el XIX, el pueblo sufrirá los sobresaltos de la invasión francesa (soldados galos saquearán la iglesia) y los feligreses acudirán en su socorro para la restauración y la ayuda a las tropas españolas (6) ; en 1934, la capilla fue destruida y al re-edificarse se empequeñeció al suprimirse el cabildo y uno de los arcos de entrada, alterándose de forma grave su esencia original que tan importante resulta para la reconstrucción arqueológica e histórica (7). La llegada de la minería supuso para S. Justo, al menos en apariencia, el declive de su forma de vida: vinculada al campo, alejada de los centros neurálgicos de la industria hullera y mal comunicada; en 1880 quedaban 23 vecinos y a partir de ese momento el descenso se fue incrementando. Sin embargo, esta situación a la larga ha beneficiado a S. Justo: conserva con bastante pureza sus orígenes, la actividad agraria y sobre todo ganadera, se mantiene con fuerza y si bien sólo residen 2 vecinos todo el año, las casas están siendo restauradas para ser utilizadas por el verano o de forma temporal CASA RENOVADA.jpgmientras se atienden las tierras y el ganado (8) ; la carretera que durante decenios se le negó ha contribuido a mejorar sus condiciones de vida.
 

Modelo a seguir


Quizás sea S. Justo hoy, un modelo a seguir para la recuperación del Valle: restauración del ecosistema, economía productiva y mantenimiento del hábitat. Porque es hora de comenzar a educar en el amor y en el respeto por lo nuestro, de buscar la manera de hacer sin deshacer, de mimar la memoria colectiva de la que somos guardianes y responsables frente a nuestros sucesores; en caso contrario nos habremos ganado a pulso la peor maldición de todas: la maldición del olvido.
 

(1) Toponimia 24, Colectivu L´Armá, Academia de la Llingua, 1992.

(2) Ignoramos por supuesto si los monjes trajeron reliquias; en muchos casos bastaba desde luego conque estuvieran representadas. En 1075, cuando Alfonso VI abre el Arca Santa en Oviedo halla entre otras ...ossibus fratum Santi Iusti et Pastoris... Bien pudo darse entonces el traslado de alguna de ellas a Turón.

(3) Las leyendas dicen que la mula que traía a los santos no quiso detenerse para construir la iglesia donde querían sus conductores sino donde ella quiso y donde al dar una coz al suelo, brotó el agua de manera milagrosa. Estos elementos (la indicación divina, el manantial milagroso...) que son comunes a muchas leyendas de traslación de imágenes y reliquias, posiblemente fueran unidos al recuerdo de la cristianización de un lugar ya sagrado.

(4) Esto explicaría las relaciones de dominio que luego tendrán sobre Turón, S. Isidoro de León y su Catedral.

(5) El 4 de Enero de 1407, el Abad de S. Isidoro, nombra encomendero mayor del monasterio a Diego Fernández de Quiñones, Merino Mayor de Asturias; y ello se reafirma por concordia (lo que parece indicar ciertos problemas) en León el 14 de Marzo de 1410.

(6) Referencias muy amenas sobre todos estos temas y otros del Valle desde la antigüedad a nuestros días, los ofrece Manuel Jesús López González en la obra Informaciones del Turón antiguo; Oviedo, 1995

(7) Las columnas del pórtico hablan de un edificio de dimensiones mayores y de mayor importancia que la que hoy podemos dar a la ermita de una aldea. Es más que probable que la actual iglesia desempeñara en tiempos pasados una función paralela a las actividades del convento, siendo el centro espiritual de la unidad económica que formaban aquél y el núcleo poblacional que se fue gestando.

(8) Actualmente sólo residen todo el año una madre y su hijo. Desde estas líneas quiero agradecer a Gene su amabilidad por recibirme en su pueblo y en su casa y, por hacer un hueco en las faenas diarias para hablarme de S. Justo. Esta mujer, sencilla y entrañable, conserva sin que ella le de importancia, un auténtico tesoro en sus recuerdos y palabras.