Navidades solidarias

Cabe ser muy cautos a la hora de felicitar porque éste no es un año cualquiera. Lo fácil y habitual sería declinar la palabra “feliz” en sus infinitas facetas, deseando lo mejor, multiplicando, desde la sinceridad del corazón, todo lo que uno puede desear a los conocidos, amigos o seres queridos. Pero quién mejor que cada uno de nosotros para saber lo que hemos echado de menos, lo que nos ha faltado cruelmente, lo que hemos sufrido o las pérdidas que nos han impactado. Sigue este largo paréntesis provocado por el coronavirus y mientras apunta la esperanzadora campaña de vacunación, estas Navidades no serán como las otras y el año nuevo empezará diferente. Solidaridad, como recordaba Evelia Gómez, y empatía pueden ser el binomio de nuestra felicitación. Es necesario comprender lo que ocurre a nuestro alrededor, tener conciencia colectiva para que nadie quede tirado pero también empatizar con los dolores y las carencias, comprender y respetar el sentir de los demás. Que la empatía y la solidaridad sean pues abundantes y que el optimismo y la esperanza fortalezcan nuestra mente y nos acompañen en el año nuevo.