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Construyamos la Cultura del Encuentro

Una homillía que recuerda el sentido profundo de la fiesta en honor al Santo Cristo de la Paz y un reconocimiento por parte del párroco turonés a los grandes valores que le han demostrado los habitantes del valle : " un profundo amor y orgullo por lo suyo, un fuerte sentimiento fraterno y solidario, constancia y tesón en el trabajo, grandes y realizables iniciativas, y algo muy importante, poseen un fuerte potencial humano". Un mensaje en el que agradece el apoyo de las Instituciones, la labor de las asociaciones turonesas y hace un llamado a que demos sentido a nuestras vidas, que sumemos nuestras fuerzas y miremos el futuro con opitimismo.
 

"Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto,
así tiene que ser elevado el Hijo del hombre,
para que todo el que cree en él tenga vida eterna"
 

Gracias por todo lo que somos, tenemos y de lo que gozamos.
 

Estamos de fiesta. El día de hoy y los días previos de este mes de septiembre son momentos de gozo para todos los que nos sentimos vinculados a este valle de Turón. Vivimos las fiestas de nuestro Santísimo Cristo de la Paz. Y, hacer fiesta no es, como entienden muchos, evadirse o despreocuparse de los problemas que diariamente tenemos, más bien todo lo contrario. Hacemos fiesta para dar gracias a Dios por todo lo que somos, tenemos y de lo que gozamos: de la vida, la familia, los amigos, el trabajo. No es por tanto una evasión, sino un meternos de lleno en el meollo de la vida misma, que también es festiva y alegre.

Parece que fue ayer cuando celebrábamos la fiesta de nuestro Santísimo Cristo de la Paz y yaHomilía 1.jpg ha pasado un año. Y, ¡qué bien lo sabemos!, en un año, aunque pase pronto, en el pueden pasar muchas cosas. Y así ha sido.

En un año, hemos celebrado los cincuenta años de la erección de esta parroquia de Santa Bárbara a quien la imagen del Santo Cristo nuevamente vuelve a visitar, porque esta es también su casa y se encuentra muy a gusto en ella; en un año hemos visto con gozo como muchas de nuestras asociaciones turonesas, se unían para trabajar en un loable proyecto común, la ilusión de nuestros pequeños, los niños, con la elaboración conjunta de una digna Cabalgata de Reyes; en un año despedíamos agradecidos a dos religiosos, que desde el carisma de San Juan Bautista de La Salle, lograron conquistar con su sencillez y tenacidad el corazón de los turoneses, los Hnos. Ginés, fundador de nuestro Coro más internacional, el Coro Minero, y Lucinio, impulsor del Centro más social de nuestro valle, el de Personas mayores; en un año hemos sufrido con fuerza en nuestro valle los duros conflictos laborales y las graves consecuencias que el maldito comercio nos impone, aunque también hemos visto la fraternidad cristiana que emana de estas pequeñas comunidades con la atención a las más de treinta familias que entre nosotros pasan necesidad, a través de la actuación de nuestra Cáritas; en un año, nos hemos preocupado en la mejora de las condiciones de vida de la niña Shamira y su familia; en un año participamos de la alegría de nuestros vecinos en sus distintos pueblos, barrios y sus fiestas: San Francisco, Enverniego, Lago, Villapendi, Villabazal, la jornada festiva del Grupo Montaña San Bernardo...; en un año hemos visto iniciar las tan deseadas obras de conservación del templo parroquial de San Martín, por las cuales agradezco su interés y colaboración y les sigo solicitando su apoyo y generosidad incondicionales hasta que logremos afrontar el pago de las mismas; en un año participábamos de la Primera Jornada del Turonés ausente, hermoso momento de convivencia con aquellos a los que no tenemos oportunidad de saludar más que de año en año y que animaría a potenciar y estimular; en este año se recuperó el socabón minero de San Andrés, que nos recuerda el pasado eminentemente minero de este valle; ... en un año hemos visto el relevo de la junta directiva de SOTUFE. Doy desde aquí las más sinceras gracias a quienes hasta ahora ejercieron esta responsabilidad, por sus esfuerzos y desvelos, a Álvaro y su equipo, y doy la bienvenida, a la vez que muestro mi agradecimiento y Homilía 2.jpgcolaboración a la nueva junta con Juan Luis a la cabeza por acoger esta encomienda y no dejar que decaigan o corra el peligro de perderse las fiestas más importantes e históricas de nuestro valle.

¡En un año pasan muchas cosas!


Saludo cordialmente a mis hermanos sacerdotes que hoy nos acompañan y que con amable solicitud acogieron la invitación de esta comunidad cristiana para participar con nosotros de nuestras fiestas patronales. Mi saludo a la Corporación municipal y a los representantes de los distintos grupos políticos de nuestro Ilmo. Ayuntamiento de Mieres. Lamento el desafortunado accidente que sufrió ayer el Sr. Alcalde, háganle llegar mi cordial saludo y que rezo por su pronta y satisfactoria recuperación. Es de muy de agradecer que se entienda por parte de nuestros representantes políticos que una cosa es la justa separación entre Iglesia y Estado o la aconfesionalidad del mismo Estado y otra muy distinta el buen entendimiento que entre ambas instituciones se impone por el bien del mismo pueblo por las que ambas instituciones trabajan, con la presencia de nuestras autoridades en los actos a los que se les invitan, como representantes de todos los ciudadanos, también de los católicos de cuyos votos se benefician todos los partidos políticos democráticos. Agradezco, pues, sinceramente hoy y aquí su nutrida presencia. Saludo igualmente al presidente de SOTUFE y su junta como también a los representantes de las distintas asociaciones turonesas que aceptaron la invitación de las parroquias de Santa Bárbara y San Martín para celebrar juntos la festividad de nuestro Patrón. Al igual que mi saludo afectuoso a la Reina y sus damas de honor de este año 2013. Sed, en vuestro año de reinado, ejemplo para los jóvenes de nuestro valle, con vuestro comportamiento y modo de actuar. Que vuestra belleza exterior sea reflejo de la interior, mucho más duradera.

Dando sentido al hombre


Este año, el Santísimo Cristo vuelve a reunirnos en torno a Él, con sus brazos abiertos para acoger a todos sus hermanos, hijos de su mismo Padre Dios, mostrándonos que sólo la Cruz, sólo el Amor que se desprende de esta Cruz, salva. Un Cristo, que como se nos muestra con extraordinaria belleza plástica en el cartel para las fiestas de este año, es el centro de las mismas aunque otros elementos como el folklore, la sidra y todo el aderezo externo intenten ahogarlo o esconderlo. A pesar de ello, Él quiere salir, salir siempre a nuestro encuentro y caminar junto a nosotros, siempre que se lo permitamos, dejándonos así plena libertad de elección. Por eso, en esta jornada, noHomilía 3.jpg podemos renunciar a transmitir otro anuncio y otra sabiduría que la que en su día comunicó con fuerza convincente San Pablo, el apóstol de los gentiles: a Jesucristo y este Crucificado. Este Cristo, sabiduría de Dios, que desde la Cruz da pleno sentido al hombre. Porque Él nos dice cómo es Dios, un Padre que por amor a cada uno de nosotros, no se reserva ni a su propio y único Hijo; y, a la vez nos muestra la realidad más íntima del ser humano, ser hijo de Dios, lleno de limitaciones, si, que pasa por el sufrimiento, el dolor, la prueba, sí, pero que está llamado a la eternidad que se adquiere como don precioso desde una vida asumida y entregada a Dios.

A pocos días del final de este Año de la Fe, promulgado por el querido y recordado Benedicto XVI, ante nuestro Santísimo Cristo de la Paz, debemos reafirmar nuestra fe en Él, nuestra confianza plena en Él. Sí, también en las pruebas que nos presenta la vida: ante la falta de salud, ante la difícil situación económica propia o de nuestros familiares y amigos, ante el fallecimiento de nuestros seres queridos, ante la desgracia de los inocentes, ante las injusticias que provocamos los hombres... poner nuestra confianza en Él, y saber y experimentar que con Él en mi existencia, otro mundo, otra vida es posible, porque Él me la hace descubrir nueva. Ya, lo afirmaba el santo obispo de Hipona, Agustín: "sin la fe el mundo se desmorona. Porque sin fe desaparece la amistad, sin fe se agota la unión matrimonial, fundamentada en la confianza entre los esposos". Y es que si la fe es confianza en el otro, sin ella todo lo anterior se derrumba. Un mundo sin amistad, sin concordia, sin confianza, ¡claro, que se viene abajo!

La paz en todas nuestras cosas


Tomemos, pues en serio nuestra fe, en el hombre y sobre todo en el Hombre-Dios, Jesús de Nazaret. Redescubramos su presencia en nuestra vida. Porque son muchas las cosas que no vemos y creemos en ellas, pensemos sino en el amor y, no lo olvidemos, Dios es el Amor mismo. Confiemos plenamente en El. Dios no nos quita nada, al contrario, nos lo ha dado todo: nos ha dado la vida, nos ofrece su propia Vida y nos pone en nuestro camino la vida de tantos a los que llegamos a amar con locura: nuestros padres, hermanos, esposos, hijos, amigos... Miremos nuestra vida desde el prisma de la fe, como don de Dios y vivámosla desde su mismo Amor. Descubriremos así, cómo Homilía 4.jpgnuestra vida cobra un nuevo sentido, un sentido más pleno, al que todo ser humano está realmente llamado.

Este Cristo crucificado, al que hoy honramos, es el que logra poner en paz todas esas cosas, por eso lo invocamos como nuestro Cristo de la Paz. Con su sacrificio, con su sangre derramada, ha derribado el muro que nos separa a los humanos: el odio. Y, ¡cuánto odio, rencor, rivalidad, existe hoy en nuestro mundo! Parece que cuando más queremos vivir en paz, siempre hay alguien que nos despierta viejos fantasmas que reviven nuestros odios. Odio que no deja vivir a quien lo padece y alimenta, y que destruye a los que son víctimas de su actitud. Hoy el Señor nos llama a vivir en Paz desde la Paz que sólo Él nos puede dar. Por eso es tan importante que nuestra relación con Él sea sincera e íntima. Una unión que hará alejar nuestros más ruines deseos como la envidia, los celos, los rencores, el odio.

Pecados que también invaden a nuestra comunidad eclesial con el anti testimonio que esto provoca, por ello debemos pedir constante perdón a Dios y ponernos en el camino de la gracia para una sincera y auténtica conversión personal y comunitaria. Y, actitudes negativas que pueden hacer mermar los esfuerzos emprendidos por la mejora de la condición de vida de los habitantes de nuestro valle, o que los frutos que se deberían percibir no fueran los justos y acordes con el trabajo realizado.

Mirar adelante con optimismo


Nos toca vivir momentos difíciles, es cierto, pero por ello precisamente apasionantes. Es en la dificultad donde el ser humano madura y se robustece como tal, también en la fe. No podemos ni debemos lamentarnos más pensando lo que fue este valle y lo que hoy es, como si de un continuo recitado del libro de las Lamentaciones se tratase. Creo que ha llegado el momento de mirar adelante con optimismo, sin perder de vista de dónde venimos y quiénes somos.Homilía 5.jpg

En estos casi tres años entre ustedes me han demostrado los grandes valores que poseen: un profundo amor y orgullo por lo suyo, un fuerte sentimiento fraterno y solidario, constancia y tesón en el trabajo, grandes y realizables iniciativas, y algo muy importante, poseen un fuerte potencial humano. Poseemos además la experiencia y sabiduría de los mayores y el impulso y fuerza de los jóvenes. Y muchos jubilados y prejubilados, que a Dios gracias, gozan de buena salud y muchas cualidades y grandes actitudes que pueden poner al servicio de los demás comprometiéndose en el trabajo desinteresado por el bien común del valle. Todo ello, unido, es el motor del progreso de un pueblo. Pero les falta tomar conciencia de ello. Asumir lo que realmente poseen. Y... permítanme una crítica... crítica que ustedes mismos reconocen y exponen, pero que parece se trata de un muro infranqueable que nadie puede salvar. Y, es que todo lo anteriormente indicado, por desgracia, se ve ensombrecido por los excesivos sectarismos, los prejuicios, los recelos, el exceso de protagonismo individual, las murmuraciones, críticas y zancadillas que entre ustedes mismos se ponen. El día en que todos esos dones, a los que me referí y, que han recibido de Dios, los pongan a funcionar unidos: asociaciones vecinales, culturales, deportivas,... Turón, no voy a decir que se convertirá en la capital del Principado, pero si será un Turón con un mayor futuro que el que ahora desde fuera nos aventuran y nos quieren imponer. No podemos seguir esperando que otros nos solucionen nuestras papeletas, con lasmigajas de las ayudas o de las subvenciones, a las que nos hemos acostumbrado. Es el momento en que todos juntos, desde nuestra diversidad, busquemos unidos el bien y futuro de nuestro valle. Las ideologías pueden estar bien para un planteamiento más o menos idílico de vida, pero nunca para la exclusión del que no piensa igual, menos aún en un estado democrático y cuando se trata de colaborar en el mayor bien posible.

Trabajar y luchar juntos por el bien del valle

Homilía 6.jpg
No tengan miedo, pues, a trabajar y luchar juntos por el bien de este valle en detrimento de los particularísimos y sus efímeras glorias. Y no tengan nunca miedo a las críticas, mayoritariamente estériles, que aunque duelen, son como flor de un día, que nacen de mañana y de tarde se secan. Porque el bien que se logre realizar trabajando juntos será mucho mayor y perdurable y, será también en beneficio incluso de aquellos que murmuran o desacreditan, y así nos igualaremos a la actuación y actitud de nuestro Padre Dios, que todos los días hace salir el sol sobre malos y buenos y deja caer su beneficial llovizna sobre justos e injustos. No tengamos, pues, miedo en hacer por el bien común, sólo así y juntos, lo repito, lograremos que este valle sea un auténtico "pueblo ejemplar", por los valores y bien hacer de sus vecinos, sin necesidad de reconocimientos externos, más que la satisfacción del deber cumplido en provecho y mejoría de los que aquí habitamos.

Son muchas las necesidades de los pueblos que configuran este valle, pero sobre todo son muchas las necesidades de algunas de las familias del mismo. Los gestos solidarios, fraternos me gusta decir a mi como cristiano que soy y que posee una mayor implicación, serán más y más efectivos si logramos trabajar conjuntamente y, lo repito, por el bien de nuestra gente. Y a la población nos corresponderá apoyarlos, no evadirnos y menos aún criticarlos, como por desgracia bien sabemos hacer. Apostemos y construyamos, como nos anima el Santo Padre Francisco, la cultura del encuentro. Del desencuentro todos somos testigos y partícipes, y vemos cuales son los resultados: un valle agónico. ¡No!, vivamos desde el encuentro y el respeto, especialmente del encuentro y respeto por el hermano necesitado y, aquí en Turón sabemos bien quien necesita de nuestra ayuda. Porque estas pequeñas Parroquias no sólo intentan conservar su patrimonio eclesiástico, para que las próximas generaciones conozcan y disfruten de lo que hoy nosotros conocemos, sino que nunca han perdido de vista y se esfuerzan por ayudar en sus necesidades a los vecinos de este valle, manteniendo su dignidad.

Homilía 7.jpgUn clamor y un agradecimiento


Hace un año desde este mismo altar les llamaba urgentemente a apoyar la recuperación de uno de los edificios emblemáticos de este valle como es el templo de San Martín. Y aquel clamor fue escuchado pudiendo ver hoy su recuperación. Hoy le lanzo un clamor no menos urgente que aquel: únanse..., únanse para trabajar juntos por el bien de las gentes de este valle. En mí y en la institución que represento encontrar siempre apoyo en las iniciativas que presenten con este buen fin.

Para ello, queridos todos, les invito nuevamente a volver su mirada a nuestro Santísimo Cristo de La Paz. Él no rechaza ni excluye a nadie. En Él nos podemos encontrar todos, porque su amor inflama y dilata el nuestro. Y unámonos a Él desde la acogida y aceptación de la Cruz, así experimentaremos cómo algo de su Cruz se impregna en nosotros y algo nuestro se queda en ella. Vivamos las dos grandes peculiaridades que el Señor de la Paz nos deja: la unidad y el amor. Desde ellas, con Él, podremos enfrentarnos a cualquier contratiempo. Asumamos y reconozcamos desde la humildad nuestras limitaciones y defectos para cambiarlos, y vivamos como don de Dios las cualidades y virtudes que poseemos, y que son muchas, para ponerlas íntegramente al servicio de nuestros hermanos, así lograremos vivir en Paz, desde la Paz de Cristo y habremos dado a nuestro querido Valle de Turón una perspectiva y una expectativa nuevas.

Eres tu Señor, eres tu Santo Cristo de la Paz quien haces posible que en Turón cada año, en Septiembre, se repita este bendito milagro: que el que te mira te vea y el que te vea te escuche, el que te escucha te toque, el que te toca te sienta, y el que te siente Señor, el que besa tus pies Señor, se estremezca, y el que se estremece al besarte, Señor, ese, ese ya, Señor, está tocando tu Gloria.

Que la Santísima Virgen Reina de la Paz interceda por nosotros ante su Hijo y El, en su para nosotros queridísima advocación del Santísimo Cristo de la Paz siga protegiendo a este su pueblo minero que año tras año lo aclama y proclama como su Señor y Patrón.
Que así sea.

Rafael Menéndez Albuicet, párroco, Homilía por las Fiestas del Santísimo Cristo de la Paz, Turón, 14 de septiembre de 2013