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Me fui para volver

El 14 de septiembre, día grande de las fiestas turonesas hubo llenazo en el salón de actos del colegio de La Salle para escuchar a la pregonera de este año Ángeles González Fuentes (Geli). En el día de su cumpleaños, nuestra poetisa turonesa, la séptima pregonera en la larga historia de este difícil ejercicio inaugural, con un texto con referencias literarias, plagado de poesía y de recuerdos muy entrañables supo llegar al corazón de los asistentes. Se compartió emoción, y el espacio de unos minutos cada turonés revivió su Turón de la mano de una delicada y sensible guía. Con la publicación del pregón, estén donde estén, los turoneses y los visitantes de la página podrán disfrutar del "viaje".



¡Ay hombre, hombre; no eres más que vanidad!
Te castigaré.
Desde hoy no volverás a escuchar el trino de los pájaros, ni el murmullo de los manantiales, ya nunca más disfrutarás del cielo estrellado, ni de la luz de la luna.”…

Y Dios envió al hombre a vivir a un apartamento en la ciudad.


Se trata de un proverbio del filósofo chino Lao Tsê, del siglo IV a.C.   …Y una vez pensé, que ese sería mi infierno eterno.

Me fui para volver

Pregonando.jpg
Pero, otra vez, en soledad, meditando sobre el futuro, sobre la etapa esa de la vida en la que se tiene mucho tiempo para todo (y lo digo así, quizá para no pronunciar la palabra vejez ¡tan hermosa! y tan, por otro lado, temida), vi con claridad lo que más deseaba.

Quería estar entre mis montes, paseando por los senderos al abrigo de los castañares y de les fayes, charlando con la gente de casa en el sentido más amplio del término…y para llevarle la contraria al mismísimo Dios, porque yo soy así, escuchando el trino de los pájaros, el arrullo de los manantiales y mirando las estrellas, siempre que el tiempo me lo permitiera.

Me fui, pero siempre supe que volvería, no para encontrar en Turón la “Arcadia Feliz”, ni buscando el tiempo perdido, en el sentido proustiano, ¡no!, para eso no es necesario regresar físicamente a ninguna parte, cualquier olor en un instante mínimo, cualquier sabor fijado en la memoria y no percibido desde hace tiempo, nos pueden permitir ese retorno; ¡no!, no se trata de volver para encontrar la época en la que se fue feliz, y que seguramente está idealizada por el filtro del tiempo; la vida va pasando y no hay retorno, y según el momento, puede tratarnos con suavidad, puede ser dulce, o amarga, como dicen del té del desierto, pero es vida.

Yo necesito este espacio físico para continuar mi curso vital, para que mi existencia siga fluyendo como un río, negro o cristalino, da igual. Y necesito este espacio que es Turón, porque, haciendo de esta dura etapa que nos ha tocado vivir últimamente, un gigantesco paréntesis, siempre lo consideré un lugar de naturaleza exuberante, aunque muchos no lo entendieran, y en cuanto a lo humano, perfecto, un lugar de gente trabajadora, luchadora, culta y cosmopolita; por eso, sin entrar ahora en datos históricos, que todos ustedes ya conocen, y muchos de ustedes, seguramente mejor que yo, me gustaría contarles otra historia, más de andar por casa, pero que para mí, es el paradigma de la mayoría de las familias de este valle:
 

Mezclándose con esta tierra


Pongámonos, por ejemplo, en 1900, ayer mismo, si consideramos la inmensidad del recorrido de la aventura del ser humano; no conocemos el mes, pero no importa; en ese momento está Bisabuelo y abuela.jpgnaciendo en Córdoba, Leonor Copado Baena, hija de un minero de Cerro Muriano, que 14 ó 15 años más tarde, se trasladará a Turón con su familia, para trabajar en la Rebaldana.

Más o menos en esa época, (es decir, hacia 1916) desde el sur de Francia llega a Asturias Sinesio González González, natural de Quiroga (Lugo), para trabajar, primero en la electrificación del puerto de Pajares y más tarde en S. Tomás, Turón, donde conocerá y se casará con Leonor. Aquí permanecerán el resto de sus vidas.

Por ese tiempo, siempre aproximadamente, Esperanza Martínez Rojo, natural de La Molina (Cabrales), minera en su más tierna juventud, ha decidido, como ella misma decía, echarse la manta a la cabeza y dejar de “trabajar para el inglés”, y creo que en su caso, era en sentido literal. Se traslada a Madrid con su hijita Nieves, recién nacida, empleada como ama de cría para unos “señoritos”; allí se casará, con Nicolás Fuentes Torres, natural de Adrados (Segovia) y ambos regresarán juntos a Asturias donde él trabajará en los talleres de la Cuadriella hasta la jubilación.

Ninguno de ellos se irá nunca de Turón, quizá algún hijo forzado al exilio, quizá alguna hija forzada quien sabe porqué... Son vidas que nada tienen que envidiar a los personajes de Zola, son parte de nuestro “Germinal” privado, con sus alegrías y sus miserias, con sus rostros negros y con sus sábanas limpias, con sus hambres y con su orgullo.

Son mi familia, pero pudiera ser la de muchos de ustedes, no tienen más que mirar en sus recuerdos. Y si ninguno de mis ancestros nació en Turón, todos ellos acabaron mezclándose con esta tierra negra de la que forman parte, de pleno derecho y para la eternidad. Y si este valle es cosmopolita, seguramente se debe a esas migraciones interiores o exteriores, que, al mezclarse con la población autóctona, y según mi humilde opinión, dan lugar a un enorme enriquecimiento social, y nuestro pueblo es rico especialmente en sus gentes.Todos eran trabajadores, todos turoneses; aquí nacerán sus hijos, sus nietos…Grupo junto al  pozo.jpg

Yo, una de las nietas, tuve la suerte de nacer aquí, tal día como hoy, a las diez de la mañana, de 1954, en los Barracones, donde los lamentos de mi madre, tenían de fondo una “alborá” de gaita y tambor.

Los de casa contaban, que llegué con un volador, puede que se trate de una leyenda familiar, así pues, me siento marcada con el estigma de les fiestes del Cristo y quizás con el la pólvora, de dinamita no quiero hablar, más que nada, porque no me pusieron Bárbara de nombre ¡qué ya me hubiera gustado; dicen que los nombres imprimen carácter ¿no?
 

Saltando "la verja" hacia el recuerdo


Trato ahora de hacer lo que los psicólogos llaman una regresión…
Uno de mis primeros recuerdos, sino el primero, se remonta a un día 11 ó 12 de septiembre, en el que casi no sabía hablar, y excitada por el griterío de los críos del barrio, corrí a lo que, los de los Barracones de toda la vida, llamamos “la verja”, desconozco el porqué, ya que se trata de un muro, para intentar ver lo que se estaba montando en los Cuarteles Viejos y que tanta algarabía causaba entre la chiquillería, no vi nada, a penas alcanzaba la altura del muro, pero escuché y salí sin aliento de entre “la melé” de rapacinos, presa de la euforia colectiva, a decirle a mi madre, “mama, ya tan aquí los toches de choter”.

Los coches de choque tienen una larga historia en mi vida, desde esa primera vez que, al ver mi padre la ilusión que me hacían, sin saber ni lo que eran, me llevó, ¡¡Buuf!! Cuantos colores, cuanta luz, cuanta música, cuanta gente… subimos a uno que yo imagino rojo brillante, mi padre me pasó su brazo derecho por el hombro para protegerme, mientras conducía con el izquierdo aquella máquina diabólica, con el primer choque, me aplasté una oreja contra el respaldo del asiento y creo que aún puedo sentir el dolor. ¡Prohibidos por mama, hasta muchos años después…!

Verdaderamente nunca me dieron suerte, o perdía un zapato con el que todos los coches de la pista jugaban al futbol, o me pillaba una pierna entre dos coches o perdía un pendiente… Creo que por Ayer.jpgeso nunca quise conducir y que, también por eso, cuando algo me asusta, me llevo la mano a la oreja…

Sí que me gustaba la caseta de tiro, ir a ver como se desplazaban los curíos de izquierda a derecha, de derecha a izquierda… y a los chavales con buen estilo y buena puntería que pedían como premio aquellas insignias metálicas, esmaltadas con los colores del escudo de los clubes de futbol o mejor aún, las que representaban dos corazones rojísimos y entrelazados, atravesados por una flecha, que después ponían sobre la solapa de sus amores primeros; yo no estaba para eso todavía ¡pero me gustaba ver!

También me gustaban los (…)
algodones de azúcar rosados como un alba
paraíso que se va contrayendo
y va quedando en nada
la Nada pegada en un palito(…)

y los pirulís, y la voz acercándose de “eeel piiiirulerooo” _¡…papa…papa…!

A veces, Turón en fiestas me parecía como de película, todos tan elegantes, paseándose por la romería, saludándose…

¿Y el baile?...Sobre los pies de mi padre la primera vez…

Questa picolíssima serenata
con un fil di voce si puo cantar
ogni innamorato all´innamorata
la sussurrerá, la susur…Vestida para la fiesta.jpg

¡Ya no puedo más!, pero todo sea por Renato Carosone que nos hizo tan felices.

¡ Perdona Tina ¡

-¡Mama, mama, les cadenes!
-¡Mamá, les lanches!
-Sí hija, sí…anda, a la vuelta…
-¡Mama, los caballitos!…


¡Ay, cómo pasan los años!, entonces empezaron a gustarme más otras cosas, especialmente estar con los amigos y que mama y papa estuvieran lo más lejos posible. Y seguía gustándome bailar, pero con otro ritmo, digamos.
-¡Eh! ¿Bailes?

Y que en el maldito coche de choque estuviera él y no papá, aunque me destrozara les oreyes o los zapatos nuevos…

Y la explosión de los fuegos artificiales desde el terceru, creo, volver a casa con los restos del olor de la pólvora en el aire, el de la hierba húmeda y el trino de los tordos en el picalín de los castañares de indies, que lucían su fin de verano en los cuarteles… Llegar a casa y acuruxame toa n´aquel magníficu colchón de lana que vareaban cada primavera, al sol de la “cerona”, algunas vecinas expertas.
 

Soy de Turón y quiero a Turón


Yo soy de Turón, ¡y mi hija!, aunque haya nacido en Muries, porque allí nacen todos los de este valle (que, por cierto, antes era un pueblo) desde hace tiempo. Yo vine aquí a parir para que ella siguiera atá por esti raigañu, y quiero que, sin olvidar el pasado, porque como dijo Nietzsche: Un pueblo que no tiene pasado está condenado a desaparecer, quiero un futuro para todos nosotros, especialmente para nuestros jóvenes, quiero que sigan teniendo una buena educación y un trabajo digno en su momento; yo no sé nada de economía, no sé como se pueden solucionar estos terribles problemas sin fin que padecemos, solo sé que aquí, siempre se luchó por los derechos de la gente Bollu.jpgtrabajadora, los derechos humanos, que siempre supimos poner toda la carne en el asador, que nunca nos asustamos de nada, y sé que con la unión de todos, aunque seamos muchos menos, conseguiremos salir adelante, esto no es un edificio en ruinas, que nadie se confunda, sólo está en reparación, aunque sea lenta.

Y también sé que, hombro con hombro, sin olvidar, pero mirando a delante, forjaremos seguramente un mundo nuevo (cualquier día de estos).

Ahora, es el momento de dejar latentes en un rincón todos los problemas, ¡ ya los recuperaremos dentro de unos días!; ahí fuera, está la fiesta, y si siempre supimos luchar y trabajar, también supimos siempre disfrutar, así que, hoy 13 de septiembre de 2013, aunque mi alma esté encogida por ciertos acontecimientos que me han devuelto a casa antes de lo previsto, por la vida, al fin y al cabo, yo quiero disfrutar de les fiestes del Cristo en compañía de todos ustedes, vosotros, que también formáis parte de los míos. Después seguirá su curso la vida…

Todavía no sé muy bien, por qué soy merecedora de honor de estar hoy aquí; Hoy.jpgquizá, como en el año 54 no hubo pregón (me ha informado un buen amigo con fidedignos datos al respecto), el destino (o los responsables de la Sociedad Turonesa de Festejos) haya considerado que una mujer de ese año, y la séptima en la historia de este evento (de nuevo recurro a la fuente de datos de mi buen amigo) podría rellenar esti furacu.

13 de septiembre de 2013, la sétima mujer que hace el pregón de estes fiestes y que lo hace en día de su cumpleaños. El trece, el siete, números cabalísticos…

…Por eso, parafraseando el Nuevo Testamento ( Evangelio según S. Mateo):
“Setenta veces siete”, es decir, hasta el infinito, os agradezco a todos este grandísimo honor que es para mí, estar hoy aquí.

S.Alcalde, Ss.miembros de Sotufe, autoridades, amigos: Gracies por contar conmigo y felices fiestas.