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50 AÑOS DESPUÉS

¡Hubo de todo! Camisetas, llaveros, exposición y algún que otro encuentro u homenaje para celebrar los 90 años del CD Turón. No podía faltar un poco de historia para conmemorar también, recordando datos y personas, la historia del mundo futbolístico turonés desde La Salle hasta La Bárzana. Un recordatorio detallado de nuestro colaborador Carlos Vega.

Recuerdos al atardecer

 

Carlos Vega Zapico

 

 

50 Años después

 

A los que en su día,

formaron parte de aquellos 

equipos deportivos del Colegio 

La Salle de Turón, por habernos

hecho soñar hace… ¡50 años!

 

 

Sábado  28 de mayo de 2016. La España futbolera está impaciente ante ese partido final de la Liga de Campeones entre los dos grandes equipos de la capital, Atlético de Madrid y Real Madrid que dentro de algunas horas se jugará en el campo italiano de San Siro, en Milán y que daría el triunfo a los reales. Mientras miles de aficionados se trasladan a la capital italiana,  aprovecho la mañana para ver, en La Bárzana  -tengo que confesar que no me gusta lo del F.Felgueroso aunque sea su nombre legal-  parte del Torneo Infantil que el Figaredo organiza en homenaje a “Mael”. Los niños corren detrás del balón al que pegan con fuerza.                                                                                                        

 Y, no deja de llamarme la atención que a estas edades los equipos pueden ser mixtos. ¡menudo golazo metió una niña de larga trenza!. Comienza a llover y en la grada, donde apenas unas docenas de padres asisten a los encuentros, mientras contemplo el terreno de juego, me vienen a la mente recuerdos de tiempos pasados. Hace ahora 50 años, sobre un terreno embarrado y donde el fútbol era difícil de practicar, unos “guajes” del equipo “La Salle”, de Turón, encandilaban a un campo lleno de aficionados que acudía a verlos. Traro de ordenar los recuerdos que acuden en tromba.

El curso escolar 1965-66 supone el encuentro en la comunidad lasaliana turonesa de los Hermanos Ricardo y Salvador que deciden dedicar parte de su tiempo libre  al deporte. El Hermano Ricardo me contaba hace años el inicio de aquella época: “ Vino a verme al colegio Ángel Redondo para proponerme hacer un equipo de fútbol que él se encargaría de preparar. Yo mismo hice la selección de chavales pero, no tenía portero por lo que se me ocurrió bajar a ver un partido que se jugaba en el colegio de los Hermanos de Mieres. Me gustó Quique así como un defensa llamado Silvino. Hablé con ellos y les propuse jugar con nosotros lo que aceptaron encantados”. Como se carecía de todo, hubo de hacerse una rifa para comprar la correspondiente vestimenta: camiseta azul, pantalón blanco y medias azules era el uniforme. “Esos colores eran sufridos para el barro del campo La Bárzana”, me recordaba. Se cambiaba así la tradicional indumentaria del equipo lasaliano que era de camiseta blanca con una raya que recordaba al equipo vallecano. Como Ángel Redondo dejara de entrenar a los chavales después de los primeros días, se hizo cargo el propio Hermano Ricardo  “o se tiraba todo por el suelo o me hacía cargo del equipo y sin pensármelo dos veces fue lo que hice”, me comentó.

Pero los inicios no resultaron nada  fáciles. “Un día el Sr. Lamelas que era, por aquel entonces, presidente del Deportivo Turón nos comunica que no podemos jugar más en el campo porque se estropeaba. Los padres se oponen a tal decisión comentándole que aquellos “güajes” podían ser los jugadores del futuro Deportivo, así que le convencimos para que fuese a vernos. Tanto le gustó que  dio orden al conserje para que se nos facilitase todo lo que necesitásemos”.

Aquel equipo infantil comienza su andadura jugando el “sector de zona” con colegios de Mieres, Aller y Pola de Lena. “Las goleadas en esa fase eran de escándalo, con un 17-0 a Moreda, quedando campeones de la zona”, recuerda el Hermano Salvador, hoy en Santiago de Compostela. La siguiente fase, fue la de Asturias que estaba dividida en dos grupos, correspondiendo a los turoneses jugar con el Revillagigedo de Gijón, el Masaveu de Oviedo y el Ensidesa de Avilés, donde, por cierto, jugaba de portero Castro, hermano de Quini, que ya en la primera parte tuvo que “tragar media docena” ante la incredulidad del público asistente. De nuevo, campeones de la correspondiente fase y toca jugar la final con el Siglo XX de Gijón, que había quedado campeón del otro de los grupos asturianos. El terreno de juego imparcial: el “Cristo de las Cadenas” donde bajo el arbitraje del, por entonces, internacional Medina Iglesias se ganó por 2-0. “Era tal la gente que seguía a los “güajes” que llevábamos tres autocares además de los coches particulares” recuerda Salvador y de lo cual puedo dar fe por haberme encontrado entre los asistentes al mencionado partido.

El siguiente paso fue León contra los equipos de La Robla, laboral de Zamora y Santander, este último campeón de España del año anterior. “Quedamos campeones con comodidad al ganar todos los partidos y clasificándonos para Huelva donde se jugaría la fase final coincidiendo  con el centenario de haberse jugado el primer partido de fútbol en España, jugado por unos marinos que lo introdujeron en la Península”, recuerda Salvador. Eso ya eran palabras mayores. Y allí se acudió a mediados del mes de mayo de 1966 para disputar, a partir del día 12, el III Campeonato Nacional de Fútbol Infantil con un total de quince equipos “formados por niños menores de quince años de edad”

El primer partido -nada menos que contra los propios anfitriones- se ganó por un contundente 3 a 1, causando, -según las crónicas de aquellos días- “muy buena impresión el juego desarrollado por los asturianos”. El segundo parido fue, nada menos que contra el C.F.Barcelona,  -en el que militaba un tal Carlos Rexach-  encuentro que si bien terminó, la primera parte, con victoria turonesa, concluyó con la derrota de estos por un 4 a 1.  A Huelva no acudió el Hno. Ricardo ya que al estar cercanos los exámenes se tuvo que quedar en Turón. Después nueva derrota con el San Ignacio de Vitoria por 2 a 1y regreso a casa. Jugaron la final dos de los equipos “grandes”: Atlético de Madrid y Barcelona.

El regreso a casa de aquellos “guajes de pueblu” supuso todo un acontecimiento. Ricardo como entrenador, Salvador como tesorero y Nemesio, que por aquellas fechas prestaba sus servicios en el colegio turonés habían escrito una nueva página en la historia deportiva del Colegio la Salle que tanto y había hecho no solo en el campo educativo sino también en el deportivo llevando el nombre de Turón como bandera.

         Luego, al concluir los estudios de bachiller elemental, cada uno de los componentes del equipo fue afrontando su propio destino. Unos pasaron al Juvenil de Turón y otros dejaron un poco de lado la práctica deportiva. Eso sí, siempre se mantuvo una amistad que llevó a reunirse, hace ahora 25 años, en un restaurante de la parte alta del Valle para celebrar una comida llena de recuerdos y anécdotas a la que tuve la oportunidad de asistir y compartir con ellos mesa y mantel. El siguiente encuentro fue, en 1994, con motivo del 75 Aniversario del Colegio La Salle. Entre los actos a celebrar no podía faltar un partido en el que las “viejas glorias lasalianas” se volvieran a vestir de corto de corto. Después, reuniones esporádicas  y alguna  desgraciada  ausencia a recordar. Pero, siempre con buena amistad  y compañerismo.

Después de ver aquellos infantiles en La Bárzana, volví a encontrarme con aquellos “guajes del 66”. Abrazos a unos y recuerdo a los ausentes. Allí estaba Quique del que decían no llegaba al travesaño y fue un gran portero. Trabajó en San Victos y está jubilado de la minería y Silvino el otro de los “oriundos mierenses” ya también jubilado. No faltó a la cita Cholo que repetía una y otra vez la importancia de aquella “hazaña”. Jorge, con algunos kilos de más al igual que Ricardo “el chumbu” que comenzó jugando de delantero centro para pasar a ser un defensa impenetrable. Neira, venido de tierras palentinas y jugador de gran calidad. Ángel Ordoñez que también formó parte de aquel equipo y que pese a no pasar por buenos momentos no quiso perderse  la jornada y Redondo un clásico del Esporting que en nada recuerda aquel “miriñaqui” que aparece en las fotografías de la época. No faltaron las anécdotas, los recuerdos y la revisión de fotografías a través de los móviles. Faltó gente que no pudo asistir por encontrarse a demasiada distancia y otros que recordamos que, desgraciadamente, ya no asistirán a más reuniones de aquel equipo que encandilaba a las gentes de Turón. Caso de “Moro”, Pepe Luis, Perilla y Emilio, un atleta en toda la extensión que se le pueda dar a esta palabra.

Como colofón a estos recuerdos dos anécdotas que dan cuenta de lo suponían estos “güajes” con un balón en los pies. La primera de ellas me la contaba el Hermano salva hace tiempo: “Cuando teníamos que celebrar algún partido entre semana y a media tarde, algunos obreros les decían a los jefes la víspera, mañana juegan los güajes, tengo que salir antes, si no me das permiso, no vengo a trabajar. Arrastraban más gente que el equipo del Turón en tercera División”. Por su parte El Hermano Ricardo recordaba: “ En el mes de mayo del 66, recién regresados de Huelva, se empeñan en que juguemos un partido contra el seminario de Oviedo. Ante mi negativa, desde Oviedo hacen gestiones  para que Don Manuel, párroco de Turón, interceda y pueda jugarse el encuentro.  Por fin, el partido se juega en el Carlos Tartiere. Antes de comenzar, una pregunta: en caso de empate ¿prorroga o penaltis?. Mi respuesta fue rotunda: ¡prorroga!. No hizo falta, al final de los 90 minutos el resultado no dejaba lugar a dudas. Ganamos por 7 a 0 y en aquella ocasión no contamos con Pachín que presenció el partido desde las gradas porque se había quemado la pantorrilla con aceite”.

El final el Hermano Ricardo me desvelaba uno de sus secretos: “ Para tener un poco de conocimiento del equipo del domingo siguiente, mandaba a Agustín de la Lama a presenciar el partido  y sobre todo poder informarme  de qué jugadores eran los organizadores del juego, para poner a Carrete  para anular a ese jugador y cuáles eran las características del portero. Su opinión me sirvió de mucho a la hora de plantear el juego de nuestro equipo”. ¡Así cualquiera!

 

 

 

Epílogo

Y, lo que es la casualidad. El viernes 13 de mayo del presente pudo leerse en la prensa del día la siguiente noticia:  “El Pamplona homenajeó el domingo a sus infantiles que hace 50 años jugaron la fase final del Campeonato de España Infantil en Huelva en 1966. Entre ellos, el que fuera goleador de Osasuna Patxi Iriguíbel”. Un par de días más tarde: “El Ural S.D. de La Coruña, que llegó a disputar las semifinales del III Campeonato Infantil de 1966, siendo eliminado por el C.F. Barcelona, conmemoró aquella histórica fecha”. Por cierto, este Club fue fundado por “un niño de nombre Cesar Augusto Lendoiro con un grupo de amigos”.

 

                                     

 

 

                                © Carlos Vega Zapico -  Turón, julio de 2016