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Ya nada es igual… ni parecido

Recuerdos al atardecer

 

Carlos Vega Zapico

 

 

 

 

Ya nada es igual… ni parecido

 

¡Coño!, que pronto olvidamos el pasado

Comenzó el cuarto mes del año, aquel que antaño conocíamos como el de las “aguas mil” con la celebración de “La Soledad”, en Inverniego o Enverniego, que nunca supe cómo era realmente el nombre. Aquella celebración festiva en que recuerdo los “praos”  llenos de gente celebrando la terminación de la Semana Santa. Hoy, con una de aquellas cestas de mimbre, en que nuestras madres  metían tortilla, “empaná” y filetes empanaos “pa un regimiento” sobraría para dar de comer, merendar y cenar a todos los asistentes a la procesión que desde “el puente verde” sube la imagen de la Virgen a su capilla, del siglo XIX-XX, cuyo suelo conocí de losas de piedra y actualmente, tras una reparación a últimos de los años 90, de un gres que, con toda sinceridad, ofende a la vista.

No hace falta que los del “mi Turonín del alma” nos lo repitan constantemente a quienes vemos a diario el acontecer en el Valle del río Turón. Sí, sé que somos los turoneses muy dados a recitar de memoria, al igual que hiciéramos en la etapa escolar con los pueblos de España, aquello de: “teníamos cuatro cines, una pista de baile, una discoteca, 20.000 habitantes…”. No hay duda que poseemos buena memoria selectiva. Pero, ¡oh casualidad¡, nunca hablamos de otras cosas que, con el paso del tiempo se nos van olvidando o, lo que es peor, no queremos o no nos interesa recordar. Para muestra, nada mejor que exponer algunos ejemplos que, de vez en cuando, son necesarios recordar para entender algunas cosas de las que nos suceden.

Y, como los tiempos estuvieron un tanto revueltos en el tema educativo por  aquello de la subida de los menús escolares, concertados previamente y el trasporte escolar, no está de más recordar cómo allá por el mes de septiembre de 1981, se inauguraba el nuevo colegio de Villapendi, “con capacidad para 320 alumnos y un coste  de 30 millones de pesetas”. Por aquellas mismas fechas se trabajaba en la construcción de un nuevo centro escolar “comarcal” en Vega de Guceo que sustituyese a lo que conocíamos como “Escueles de la Cuadriella y del Parque”, con el parvulario en los bajos de la llamada “casa de los maestros”, que se decía contaría con 16 aulas y que contaba con “un presupuesto de 64 millones de pesetas”. Había, por aquellos tiempos, una “guerra abierta” entre las dos comunidades educativas. He de decir, porque estuve presente, que previamente a la construcción de los dos nuevos centros escolares, el Hermano Clementino, director, en aquellas fechas del Colegio La Salle, había puesto sobre la mesa la posibilidad de hacer un estudio  de las necesidades escolares del Valle y ofrecer la posibilidad de  ampliación del centro, convirtiéndose éste en único para todo el Valle.

La propuesta, que no pasó de la primera reunión, dio paso a la inauguración de dos nuevos centros escolares de E.G.B. El Colegio Público Villapendi del que fue su primer director José Antonio Gómez Fierros, inaugurado en septiembre de  de 1981 y el Colegio Comarcal Vega de Guceo, en octubre de 1986 con un total de 350 alumnos como “centro aglutinador de la dispersión vecinal que presenta la zona” bajo la dirección de José Luis Ferrerías. Es necesario tener en cuenta que seguía existiendo el colegio Nuestra Señora de Covadonga-Isabel La Católica creado en 1975  y cedido en uso a los Hermanos de La Salle, estructurado, en aquellas fechas, en 16 unidades al haber contado con la integración del centro regentado por las Hermanas Dominicas. Han pasado algunos años y la situación escolar es bien distinta como consecuencia de la disminución de la población de nuestro Valle. El colegio Nuestra Señora de Covadonga-Isabel la Católica cerró sus puertas al finalizar el curso 2005-2006 con Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria. Los datos actuales son muy distintos de aquellos iniciales ofrecidos: El Colegio Comarcal Vega de Guceo cuenta con una matrícula de unos140 alumnos y el Colegio de Villapendi atiende a 26 alumnos. En su día, expuse mi opinión sobre el tema educativo turonés que no fue entendido o quizás mal entendido intencionadamente. A estas alturas, ni entro ni salgo; ni quito ni pongo. Los datos y los acontecimientos, quizás demasiado claros, denotan lo que no es nuevo y viene sucediendo con la planificación de las necesidades de este Valle a todos los niveles y a espaldas de la realidad que nunca se trata de planificar.

Por cierto y siguiendo con el tema escolar aunque a otro nivel. Soy uno de los muchos turoneses que, en tiempos pasados, accedimos a la Universidad después de haber realizado los estudios del desaparecido PREU después de haber pasado los filtros de ingreso, reválida de cuarto, reválida de sexto y prueba de madurez de ingreso en la Universidad y al que con posterioridad se le cambió el nombre por el de COU o Curso de Orientación Universitaria y desembocaba en la hoy conocida como PAU o EVAU, dependiendo de que en qué Comunidad Autónoma se realicen los estudios y que parece volverá a cambiar en breve. Galimatías que viene a complicar la nomenclatura de los sucesivos cambios de nombres de Leyes Educativas en las que no acabamos de aterrizar. Viene esto a cuento, por las sucesivas y anuales quejas de los actuales estudiantes contra estas pruebas que, por cierto, superan en más de un 96-98% de los alumnos que a ella se presentan. Acceden  y en tanto por ciento muy inferior terminan su carrera universitaria. Pero bueno, cada uno tiene su opinión que respeto como no podía ser de otra forma y manera.

Un segundo ejemplo, tampoco voy a aburrir al posible lector, es lo que en mi opinión personal ocurre con lo que en su día trascendió a todo el concejo y se convirtió en la Asociación más emblemática del municipio mierense, nuestro municipio. Corría el año 1977 y surge la Asociación Turonesa para la Mejora del Valle que asume, desde el primer momento, la representación de cuantos problemas, que no eran pocos, había que tratar de solucionar ante el estado de apatía en que el Valle se encontraba por parte de todo tipo de instituciones. Se trabajó duro y desinteresadamente, hasta que la política “hizo de las suyas” y ¡zás! Ya nada fue lo mismo. Con el paso de los años y sin desmerecer a cuantos formaron parte de las distintas Juntas Directivas, echo de menos aquellas exposiciones, aquellas charlas, aquellos concursos escolares, aquellas ideas, aquellos informes detallados… y, en nuestros días, no sé si habría que cambiar su nombre por el de “Asociación Turonesa de la Piscina”, única actividad ¡que no es poco! Y que, en la actualidad, parece ser el único objetivo de la Asociación. Por cierto, estoy en total desacuerdo que las Asambleas Generales de Socios y otras comunicaciones, sean convocadas a través de las llamadas “redes sociales”. ¿Tanto cuesta hacer una docena de fotocopias y poner la publicidad en los lugares de costumbre para que todos podamos enterarnos, o ¿es de obligado cumplimiento estar “enchufado a la maquinita”?

Durante el segundo trimestre del presente año hubo y en abundancia, lluvias y fuertes vientos y como era lógico de esperar, éstos hicieron de las suyas. Con el paso del tiempo todavía son visibles los efectos de los mismos puesto que nadie parece estar enterado de ello. Haciendo caso del viejo refrán: “una imagen vale más que cien palabras”. No pondré un centenar de instantáneas pero sí algunas que demuestran lo acontecido y que todavía nadie ha tratado de solucionar.

Comenzaba el año 1985 cuando el tristemente desaparecido Remigio Álvarez Menéndez, “Migio”, instituía el “Pote de Oro”, distinción con la que se quería galardonar a aquellas personas que nacidas en el Valle o fuera de él se distinguiesen… y que desde un principio contó con el favorable pronunciamiento de la “Asociación Turonesa para la Mejora del Valle”. Más de cuatrocientos comensales se daban cita en el parte alta del Valle. Uno podía o no, estar de acuerdos con toda la lista de galardonados, pero no cabe duda que aquella distinción con la que se obsequió a José Manuel Fernández Felgueroso, Club Deportivo de Turón, Asociación de Amas de Casa, Emilio Esteban, Eladio, Comunidad La Salle, Sabi del Viso,  Luis Fenrro…. y muchos más que harían interminable la lista. Eran, al menos, un aliciente que, como tantas otras cosas, se ha perdido. Durante un antes y un después, cada febrero, Turón estaba en la prensa regional. Desconozco los motivos por los que aquella celebración gastronómica hace años que ha desaparecido. Sí, antes de que sigas leyendo, te diré que no pienso olvidarme de las Jornadas del Pote, nacidas en…. Y que, en mi personal opinión, desvirtuadas de la idea original, siguen celebrándose a lo largo de toda una semana en el mes de diciembre. Lástima que aquella “semana cultural” a celebrar en torno a la festividad de Santa Bárbara haya pasado a formar parte de nuestro recuerdo colectivo. Claro que, a la vista de la cantidad de nombres que figuran en las placas “Fallecidos en el Valle de Turón” y del número de asistentes que cada 8 de diciembre acuden a un cada vez, “más rápido y acelerado” acto de recuerdo, tan poco es de extrañar. Eso sí, un tanto por ciento muy elevado de los escasos asistentes al acto, son siempre los mismos, con nombres y apellidos. A ellos, ¡muchas gracias por mantener vivo, año tras año, el recuerdo de aquello de cuanto presumimos!

Por lo demás y en nuestro diario acontecer, seguimos con nuestra particular “historia interminable” en el tema de esas “viviendas para mayores” de las que como el Guadiana aparecen y desaparecen cada cierto tiempo y que nadie de los representantes municipales se ofrece a buscar otras alternativas de mayor calado y más necesario para un Valle con una población envejecida y no digamos en un futuro que está a la puerta. Al paso que vamos, todos nos veremos en la necesidad de solicitar una de esas “44 viviendas tuteladas”, que serán la solución a todos nuestros problemas de edad. Como siempre: que si galgos, que si podencos… incapaces de llegar a un acuerdo con los propios vecinos que conocen, mejor que nadie, las propias realidades y necesidades de su diario acontecer. Me da igual el gobierno municipal, el autonómico y el central, tan solo nos necesitan cada cuatro años para que con su nombre depositemos ese papelito con sus nombres y una vez metido en la urna… ¡Adiós que os vaya bien!. Es duro pero a las pruebas me remito de lo sucedido con Turón por parte de todas las administraciones. ¿o no?

Sospecho que dentro de varios años seguiremos hablando de los cines que tuvimos, de la sala de fiestas llana a rebosar, de aquello que pudo ser  todavía no llegó… lo malo es que, de seguir a este ritmo, pocos habitantes quedarán en el valle que puedan enterarse

Por cierto, me sorprendió enterarme, por la prensa, del homenaje que “Turón rindió a Licinio Ricardo Tomillo”, aunque a decir verdad, mucho más me sorprendió al preguntar a mis propios convecinos, algunos de ellos con mucho trato con el homenajeado, que nada me supieron decir del mismo, salvo lo que algunos habían leído en el mismo medio de información. ¿Tú, entiendes algo? ¡Yo tampoco!

Volvimos a celebrar, pese al “día de perros” la “foguera de san Juan”, claro que, como hace referencia el título, ya no se celebra la víspera del 24, ahora vale quince días antes o veinte después. 400 personas departimos unas buenas paellas entre conocidos y también echamos en falta  a aquellas personas que pese a estar en todas las salsas, nunca las prueban. Lástima que el agua no nos dejara disfrutar de una tarde de buena y agradable sobremesa. Otro aplauso a Sotufe que no parece descansar. Si sumamos la fiesta de san Andrés y la del quesu de Urbiés, no dudo que alguien diga eso de: “en Turón tan tol día de fiesta”.

No quisiera dar por finalizadas estas líneas sin expresar mi sincera felicitación al Club Deportivo Turón por ese impresionante trabajo que lleva realizando en los últimos años y cuyo colofón se tradujo en el ascenso de categoría. No soy futbolero, lo dejé hace años cuando el deporte comenzó a convertirse en un auténtico mercado persa pero estoy al tanto de las cosas del Valle. En el marco de las tradiciones a conservar, bien recuperado el nombre de La Bárzana, esa espicha cuyo calificativo tiene que ser el de “inmejorable”, porque se superan cada año como lo hacen con ese “campus” que cada final de temporada hacen para los más jóvenes, de los 4 a los 14 años, en el que no le falta detalle. Claro que para hacer todo ese trabajo hay que tener gente y la Junta Directiva forma sin duda “equipo” y observo, para mí de suma importancia, el buen nombre y los “detalles” que el Club va dejando por esos campos de nuestra geografía. Ánimo. A seguir así y a celebrar, por todo lo alto, ese Centenario. A vuestra disposición.

Nada mejor para concluir estas letras que el recuerdo hacia dos personas estrechamente vinculadas a la vida de todos los turoneses. Me refiero a los hasta ahora propietarios de la emblemática Confitería La Gloria. Dieron continuidad a Tino y Paqui y durante muchos años nos endulzaron toda celebración festiva. Ahora llega  el momento de la jubilación para Julín al que deseamos disfrute del tiempo libre como él sabe hacerlo. Así es la vida por lo que mientras despedimos el buen hacer del “maestro”, damos la bienvenida a Bárbara que será la encargada de endulzarnos los días que nos quedan. Que la suerte te acompañe en esta nueva andadura y que Confitería la Gloria siga siendo una Gloria de Confitería.

Cuando estas líneas salgan publicadas ya habremos dado a bienvenida al verano después de haber pasado una primavera como “las de antes”: calor, frío, agua, calor… y tormentas, que nunca faltan. Y, sobre todo, esas Danas o Depresiones Aisladas en los Niveles Altos de la Atmósfera que con tanta frecuencia nos anuncian los hombres y mujeres “del tiempo”. Así que, a todos ¡Feliz verano!

© Carlos Vega Zapico,  Turón, junio de 2024