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Octubre, un mes para la reflexión

Recuerdos al atardecer

 

 

Carlos Vega Zapico

 

 

Octubre: un mes para la reflexión

 

Casi sin darnos cuenta entramos en el último trimestre de un año que camina a pasos agigantados. Con temperaturas muy por encima de lo que debería ser normal, nos alegramos al ver que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico se animaba a ¿limpiar? el río Turón a la altura de Agualestro en colaboración con el Ayuntamiento de Mieres. Conviene recordar que en el año 2009 -14 años atrás- se daba por concluido uno de los grandes proyectos realizados en nuestro Valle a lo largo de muchos, muchos años, que conocemos como Senda Verde. Esta obra estaba enmarcada en un ambicioso proyecto como era el de recuperar el río Turón en la parte baja del Valle, entre Figaredo y La Veguina. Creo recordar que la obra superó los siete millones de euros. Un parte de aquella inversión se la llevó lo que conocimos como “humedal” que, con la primera crecida del río quedo arrasado. Posteriormente la bajada del caudal del río, dejó sin agua el espacio que era cruzado por una pasarela de madera que pronto se convirtió en “inservible”. El resultado no pudo ser más nefasto. Se inauguró, se sacaron las fotos de rigor y… ahí está el letrero desde hace años: “Prohibido el Paso”. Lo siento Antonio, tanto esfuerzo e ilusión ¿para qué?

Muy cerca, comenzaron los derribos de varios edificios en Minas de Figaredo, lo que obligó -y sigue obligando- a ciertas restricciones de tráfico en nuestra única vía de entrada y salida al Valle y que es regulada por semáforos. Allí se encontraban las conocidas como “Salas de Tractores” aunque con anterioridad estuvieron situadas las cuadras de las mulas e incluso viviendas. No sé si estas obras tendrán algo que ver con el viejo proyecto del Parque Tecnológico del que se viene hablando y escribiendo desde hace lustros. Recuerdo los titulares de prensa allá por abril de 2008 cuando se derribó el “hospitalillo”: “Arranca el derribo de Figaredo para el primer parque tecnológico del Caudal que será financiado con fondos mineros”. Lo nuestro sí que es tener fe. Ya sabéis: “creer lo que no vemos”. Después, se le cambió el nombre por el de “Centro de Materias Primas” … desde 2011 aquel “Plan” quedó aparcado. Que nadie piense que ahora, en cuatro días se nos va a dar todo cuanto se nos prometió para este Valle “paradigma de la reconversión industrial”. Para algo tiene que servir la memoria. Por lo demás ya sabemos que en el Valle del Turón las cosas van despacio, como en palacio.

En los primeros días del mes, volvió el Pozo Espinos a ser protagonista con la entrega de los premios gastronómicos María Luisa García, mierense con vínculos matrimoniales en nuestro Valle, en una nueva edición de “Gastrol.lar”, un congreso de gastronomía rural, en su tercera edición y donde los sectores más implicados en la gastronomía de la Montaña Central intercambian conocimientos y experiencias. El presentador de la gala no fue otro que el actor Juan Echanove, siendo el encargado de cerrar el acto nuestro Coro Minero. Lástima que tengamos que conformarnos con enterarnos por la prensa, verlos pasar y ¡hasta la próxima edición!

La parroquia de san Martín celebró, con motivo de la festividad de los Santos Mártires de Turón, que tiene lugar cada 9 de octubre. Quiérase o no, aquellos desgraciados acontecimientos forman parte de nuestra propia Historia de la que nunca deberíamos renunciar. También san Francisco celebró la festividad de su patrono con misa y reparto de bollu para los socios del popular barrio turonés. Y, siguiendo con celebraciones festivas decir que tuvo lugar el LIV Día del Jubilado que anualmente, desde el ya lejano 1962, organiza la Sociedad Bolística Turonesa con la tradicional comida en un restaurante de Urbiés, entidad pionera en Asturias en este tipo de celebraciones.

Los días 13 y 14 volvieron a escucharse los rugidos de los motores por nuestra única arteria de circulación con motivo de la 18 edición del Rallye de la Montaña Central. La tarde del viernes con la verificación del casi centenar de vehículos participantes y el sábado con esos 10 kilómetros entre la Nueva y Urbiés. Un nuevo éxito de la escudería Turón Arrass en esta cita automovilística ya convertida en una de las principales de las celebradas en nuestra comunidad y puntuable para el Campeonato de Asturias. Al final, el triunfo fue para Alberto Ordoñez y Nacho García en una dura prueba que se vio complicada por la adversa meteorología y perfectamente organizada por la escudería turonesa.

Por casualidad, entré en lo que en su día conocimos como Salón de Actos de la Casa de la Juventud, en su día gestionada por la “Plataforma Juvenil por la Defensa del Valle”, nacida en 1996 bajo la presidencia de Pablo Prieto al que luego siguieron Miguel Prado y Pablo Rodríguez, entre otros. Echo la vista atrás y recuerdo aquellas “Semanas de la Juventud”, la presentación de libros y distintos y variados actos culturales, hasta las sesiones de cine la noche de los viernes. Pues bien, a fecha de hoy ya ni existen las butacas que llenaban el salón de actos. Y lo curioso, es que, a cuantos pregunté, nadie sabe nada de nada. Amnesia general, algo muy corriente en Turón en cuanto se produce un cambio de personas en la dirección de una entidad. Que si galgos o podenco, el edificio permanece sin la actividad que debiera, si es que la “Plataforma” sigue existiendo, lo cual no tengo muy claro, si por falta de jóvenes, por falta de reivindicaciones o por exceso de ambas.

Mi amigo Juan Luis Varela, tristemente fallecido y al que ahora se le recuerda como “gran escultor, pintor y ebanista” diseñó allá por 2005 unos bocetos que bajo el título de “La España fragmentada” dieron lugar a la obra que hoy puede contemplarse en el Pozu Fortuna. Varela quiso dejar reflejada en la obra “el alma de un pueblo que se mantiene, a pesar de todo y acaba sosteniendo verdaderamente un país, una nación, a pesar de que pueda haber, en un momento dado, intolerancia”. A partir del año 2006 se instituyeron los Galardones Pozu Fortuna otorgados por la Asociación Foro Pozu Fortuna que presidía por aquellas fechas Alfredo Valles, en colaboración con el Ayuntamiento de Mieres y que tienen por objeto “el reconocimiento a aquellas personas, organismos o entidades que se hayan distinguido en la realización de acciones u obras que realcen los valores de humanidad, libertad, solidaridad, paz y defensa de los derechos humanos”. Siempre me quedó la duda de saber el ¿por qué? siendo en realidad “Pozu Rincón” perteneciente los terrenos a Hulleras del Turón -adquiridos a la familia Aza- y a Inocencio Figaredo, se le conoce como “Pozu Fortuna”. ¡Cosas de la vida! Como ya es tradición allí se celebró el acto de entrega de los galardones que en esta XV edición recayeron en Pablo García, maría Jesús Izquierdo y la Asociación “Amicale des Anciens Guerrilleros Espagnols de France”.

Puso punto final al mes, la celebración de Halloween. Mira tú si no podía llamarse “noche de todos los Santos” o cualquiera denominación en este idioma llamado castellano. Pues no. ¡Halloween! So.Tu.Fe, volvió a ofrecer todo un espectáculo bajo el título “El internado” en el antiguo colegio La Salle que se vio complementado con distintos concursos: de disfraces, de calabazas… en un trabajo “muy espeluznante” y no válido para todas las personas. Volví a entrar en “mi segunda casa” después de mucho tiempo. Realmente no hace falta mucha imaginación al recorrer aquellas aulas llenas de recuerdos. Mesas y sillas rotas y amontonadas, libros tirados por los suelos, restos de lo que en su día fueron ordenadores, clases destrozadas, lluvia en las aulas… ¡Qué pena y tristeza ver uno de los edificios más emblemáticos de nuestro Valle completamente destrozado! Y con eso, con las tristes lamentaciones, nos conformamos. ¡Que tiempos aquellos en que vaciábamos el interior de una calabaza y metíamos en ella una vela encendida! No había para más y con eso había que conformarse.

Como puede verse por cuanto antecede, el Valle del río Turón, esa extensión que ocupa una parte muy importante del municipio de Mieres, sigue vivo. ¡Claro que sigue vivo! Pero los latidos de su corazón son, evidentemente, más suaves, más lentos, más imperceptibles cada día que pasa. Y eso, como el enfermo al que el médico le diagnostica el agravamiento de su enfermedad, hay que aceptarlo. Hay que vivir con la mayor dignidad posible y no en continuo lamento que nos acelere la gravedad y nos lleve el fallecimiento.  En 1997, parece que fue ayer y ha pasado un cuarto de siglo, el Centro de Recuperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo, que por aquellas fechas tenía su sede en el conocido como Chale de Figaredo, a propuesta de la Plataforma Ciudadana “Pulso por Turón”, elaboró un documento con una serie de actuaciones económicas y sociales para evitar el despoblamiento del Valle que fue remitido a la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. Nunca se tuvo respuesta del mismo.  Ahora, aquella “pieza de un engranaje insustituible dentro del motor de la economía de la comarca e incluso de Asturias, cuando funcionaban a plenitud todas sus fuentes de producción hullera”, como llegó a definirse a nuestro Valle, parece haber caído en desgracia tanto por las distintas administraciones como por los propios vecinos, cansados por el montante demográfico casi a niveles ínfimos, que hace se vayan perdiendo nuestros valores sociales, culturales y hasta festivos que tanto echan de menos los del “mi turonín del alma”. Algún día habrá que afrontar esa realidad de manera activa que nos deje ver las aguas por debajo de tanta maleza como cubre el cauce del río. Seguiré insistiendo una y mil veces que es imprescindible, para iniciar el camino, la elaboración de un “Plan Estratégico para el Valle del Turón” que aborde, de manera realista, nuestro declive demográfico, el envejecimiento de la población, la rehabilitación de los viejos edificios, el adecentamiento de fachadas, limpieza de la ribera del río… No, no son sueños. Son peticiones ya realizadas en los últimos años y que nunca fueron apoyadas ni atendidas por ninguna de las administraciones con la complacencia del propio vecindario del Valle.

No queramos aplicarnos la estrategia del avestruz. Mientras los propios vecinos no sean capaces de tener las cosas claras y hacer un frente común a sus prioritarias necesidades no se pondrá comenzar a vislumbrar lo que podrá llegar a ser el Turón que nos espera. El resto, ¡cantos de sirenas!.

© Carlos Vega Zapico,  Valle del Turón, Octubre de 2023