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Turoneando

RETRATO 3.jpgHe disfrutado de la resaca de felicidad, como Adela la definió magistralmente, contemplando las fotos que quedarán como recuerdo de nuestro encuentro, si bien el más preciado tesoro que cada uno guardará del pasado sábado, serán, sin ninguna duda, las sensaciones que iban surgiendo a cada momento, con cada abrazo, cada gesto, cada palabra, convertidas por fin en voz, tras meses de imaginar cuáles serían los sonidos que se escondían tras ellas.

Por fin llegó el momento de Turonear, y como me imagino que os habrá sucedido a todos, nuestra reunión no solamente cumplió sus expectativas, sino que en mi opinión, las superó con creces. Como dije el otro día, encontré todo lo que esperaba e incluso más, descubrí que tras todo lo escrito, todos los momentos compartidos y la absoluta certeza de que aquello era totalmente verdad, se escondían un grupo de personas reales como la vida misma, sin dobleces, recién salidas de una pantalla para convertirse en seres de carne y hueso, afables, cariñosos, sonrientes, felices de compartir por fin aquel momento.

Mi contacto con el ciber mundo es este, no hay más, y ahora sé que tras las noticias de la inseguridad, la farsa y la mentira, existe también una ciber exaltación de la verdad y de la amistad, como la nuestra.La Gotera.jpg
El encuentro, como para todos, corto, demasiadas emociones contenidas, muchas ganas de compartirlas, de expresarlas, de vivir en directo lo que hasta entonces solamente habían sido momentos, a veces arañados al tiempo en nuestro afán por no alejarnos, por no perder el hilo de ese mundo que día a día hemos ido creando y que forma parte de nuestra vida diaria, al igual que respirar. Eso es lo que hemos estado haciendo, respirar, que no es ni más ni menos que vivir, y con cada bocanada de aire impregnarnos de todos esos aromas que cada uno hemos ido aportando, las mejores esencias para conseguir un aire más limpio y más puro y con él una vida más hermosa, porque quien estaba solo ya no lo está, y quien disfrutaba de compañía ahora sigue teniéndola, pero multiplicada, escondida tras cada rincón.

Pasada ya la resaca que ha dejado ese sabor dulce de la felicidad compartida, pocas cosas quedan y por decir, solamente que ha sido un placer conoceros y disfrutaros, que espero impaciente el próximo encuentro, y con él la llegada de quienes, por unos u otros motivos, no han podido acudir, y a los que tanto hemos echado de menos. Hasta entonces no dudo que seguiremos encontrándonos ahí, en el mismo lugar, como siempre, o quizás no, mejor que nunca, porque ahora ya con rostro y voz, nuestras palabras seguramente tendrán un sonido especial, distinto, más cercano si cabe, unas palabras tras las que se esconde uno de los más hermosos sentimientos, el de la amistad.

Martes, 25 de enero de 2011